Skoda Fabia 1.4 16V Elegance

Bien hecho. Hay pocos coches que presenten un perfil tan homogéneo como el Fabia. Un coche al que cuesta sacarle defectos: amplio, estable, con calidad suficiente como para destacar en su categoría… Un utilitario sin «brillos», pero capaz de encandilar por su equilibrio general.

Skoda Fabia 1.4 16V Elegance
Skoda Fabia 1.4 16V Elegance

El Skoda entra en el paquete de los coches más estables que se han probado en su categoría. En autopista se mantiene muy aplomado, en tanto que en carretera de montaña aguanta bien una conducción hasta muy decidida. El eje delantero desliza en estas condiciones, pero, aun así, no lo hace de manera escandalosa. Si se conduce normalmente, el Fabia es un coche de reacciones casi neutras, con un eje trasero con el que parecen no ir las cosas a menos que nos propongamos que cierre la curva y, en esa situación, lo va hacer sin que la agilidad nos llegue a complicar la conducción. Este comportamiento se combina con unas suspensiones de suave amortiguación, muy confortables y que hacen que en el primer apoyo se produzca un ligero rebote de la carrocería, aunque éste no pone en duda ni la estabilidad del coche ni provoca un cabeceo o una inclinación preocupante. Otro aspecto que contribuye a una buena seguridad activa es su capacidad de frenada. No sólo no requiere menos espacio que otros utilitarios, sino que a esta potencia se une una correcta resistencia. Habrá un motor más potente, el 2.0 de 120 CV, pero el 1.4 16V de 100 CV mueve sin problemas al Fabia, y muy bien, si manejamos el cambio. Echamos de menos a este motor una mejor respuesta a bajo régimen —lo mejor de él está por encima de las 4.000 vueltas—, porque unido a la falta de rapidez en la conexión entre la unidad de mando y el acelerador —además de un embrague a la japonesa, algo alto— el Fabia se hace algo incómodo al circular por ciudad o en maniobras a baja velocidad. Otro punto a mejorar es el apoyo elástico del motor, que no es lo suficientemente firme como para evitar que éste se desplace en el vano, lo que genera pequeños traqueteos en los cambios entre las marchas más cortas. Por cierto, el desarrollo final está muy bien equilibrado y nos encontramos relaciones bien cerradas entre sí que apoyan efectivamente al motor. De los dos acabados, el Elegance es el más caro, 220.000 pesetas más que el Comfort. Ahora bien, de elegir aquél, sólo los muy caprichosos tendrán que echar un vistazo al listado de opciones, pues viene hasta arriba de equipo. Con respecto al ya comentado Comfort, dispone de serie de ABS, llantas de aleación, asientos calefactables, retrovisores eléctricos y térmicos, eyectores de agua calefactados, elevalunas eléctricos para todas las puertas y cierre centralizado con mando a distancia. A esto, Skoda anuncia que en un futuro se podrá añadir desde el ESP hasta los faros de xenón, pasando por sensores de aparcamientos, pero eso es ya otra historia…