La progresividad de este motor puede llevarnos a pensar en viajes largos y relajados, donde las emociones estén fuera de lugar. Nada más lejos de la realidad, ya que la mecánica permite estirar las marchas y podremos jugar con un cambio –de seis relaciones- preciso y rápido, que muestra su mejor cara en los trazados sinuosos.En este tipo de carreteras, pronto nos concentraremos en el afinado chasis del Toledo. La tercera generación de este vehículo (con una longitud 1,9 centímetros mayor que la anterior versión, 13,2 cm más ancho y con una batalla 6,5 cm más larga) emplea la base del Altea, del Volkswagen Golf, el Audi A3 y el León, en el que el resultado es espectacular. En el Toledo no se queda atrás: podremos inscribirnos en las curvas con total confianza.
La suspensión trasera, multibrazo, ha modificado su tarado para adaptarse al mayor peso del conjunto, pero es la única diferencia respecto al Altea. Con este modelo comparte mecánica, chasis y la mayoría de los componentes.La carrocería no se bambolea, como cabría esperar en un vehículo de 1,57 metros de altura (que he cargado, además, hasta los topes) y permite que el paso por los giros sea rápido, estable y aplomado. Los neumáticos 225/45 sobre llanta de 17 pulgadas que calzaba nuestra unidad de pruebas también contribuyeron a que el agarre no se viera comprometido.Enlazar las curvas se convierte en un divertido ejercicio gracias, además, a una dirección precisa, con asistencia variable en función de la velocidad, que complementa el buen trabajo del chasis y de la suspensión. Ésta cuenta con un punto más de firmeza en la versión Sport-up, lo que aporta un “extra" de deportividad a nuestro infatigable atleta.Lástima que, al volver a salir a las carreteras amplias, notemos de golpe que esta peculiar “berlina" tiene mucho de monovolumen: los vehículos altos son especialmente sensibles al viento lateral y el Toledo no es una excepción. En teoría, cuando encontramos estas condiciones, la dirección se corrige automáticamente si vamos en línea recta y toma como referencia la nueva posición “cero", con el fin de que no tengamos que realizar un esfuerzo continuo sobre el volante. Sin embargo, apenas hemos advertido diferencias respecto a otros modelos que no cuentan con este sistema.
Los frenos del Toledo merecen una mención aparte, ya que consiguen detener el vehículo en 71,5 metros desde los 140 km/h. Se trata de una marca reseñable en un coche que pesa casi 1.500 kilos.Los frenos del Toledo merecen una mención aparte, ya que consiguen detener el vehículo en 71,5 metros desde los 140 km/h. Se trata de una marca reseñable en un coche que pesa casi 1.500 kilos.