Seat Toledo 1.9 TDI 150 CV Sport

Tras su implantación en el Seat León, el poderoso motor TDI de 150 CV de potencia está disponible ahora también para su modelo más representativo. Con esta mecánica, el Toledo se sitúa como uno de los automóviles más rápidos de su segmento.

Seat Toledo 1.9 TDI 150 CV Sport
Seat Toledo 1.9 TDI 150 CV Sport

Estaba bastante claro que, tarde o temprano, el motor TDI de 150 CV tendría que alojarse bajo el capó delantero del Seat Toledo. Esta mecánica, que se estrenó en el fabricante español dentro de su gama media, el León, con unos resultados más que destacables, tanto por prestaciones como por seguridad y contenido consumo, hace que el Toledo se sitúe como la berlina más rápida con este tipo de combustible, tanto de su segmento, como de otros superiores. Y es que resulta verdaderamente destacable la progresión que el Grupo VW ha hecho con este motor de 1,9 litros y cuatro cilindros que, en sus primeros tiempos, nació con 90 CV y pasó a 110 CV, dos motores que todavía se conservan en algunos modelos. La aplicación de la tecnología bomba-inyector dio paso a una potencia de 115 CV y, más tarde, apareció una variante de 101 CV y otra de 130 CV y, en lo más alto de la oferta de potencias, se sitúa este 150 CV que, en este momento es el motor turbodiésel más potente con cuatro cilindros que se ofrece; y todos ellos partiendo de una misma base mecánica. No descubrimos nada si apuntamos que el rendimiento de este motor es más que destacable en todos los sentidos. Para empezar, los 150 CV oficiales se han transformado en algo más de 165, pero esto no es lo importante; lo que de verdad hace que el funcionamiento de este motor sorprenda agradablemente es que la cifra máxima de par casi alcanza los 37 mkg a sólo 2.400 rpm. Gracias a ello, esta versión del Toledo consigue unas cifras de prestaciones destacables en aceleración y, sobre todo, en lo que a las recuperaciones y adelantamientos se refiere. Y es aquí justamente donde el motor TDI de 150 CV demuestra todo su potencial, consiguiendo unas cifras espectaculares. La fuerza de empuje que tiene el motor desde poco más de las 1.800 rpm hace que, una vez superado ese régimen, la aguja del cuentarrevoluciones se dispare hacia la zona alta con verdadera rapidez. Y esto es lo único que hay que tener en cuenta cuando circulamos por carretera, que el régimen de giro no baje de esas 1.800 rpm, ya que por debajo de ese régimen el motor no ofrece una respuesta tan rápida como la que se produce cuando solicitamos potencia por encima de esa cifra. Esto hace que en uso urbano el 150 CV no se muestre tan agradable de utilización como su hermano de 110 CV que mantenía una entrega de potencia más lineal desde casi el ralentí. Evidentemente el Toledo TDI no es un deportivo, en ninguna de sus facetas, ni por bastidor, ni por suspensiones, ni por márgenes de utilización del motor, pero lo cierto es que se puede rodar muy deprisa sin ningún problema con el aliciente de que, además, siempre estaremos gastando mucho menos combustible que en un modelo equivalente de gasolina. Uno de los aspectos más destacados de este modelo es la facilidad con que se realiza la maniobra de adelantamiento; simplemente con pisar el acelerador, el motor comienza una meteórica subida de revoluciones que permite conseguir en tiempos de récord este ejercicio. Y da igual que circulemos en marchas largas o cortas, a velocidad alta o baja... En cualquier caso la operación de pisar el acelerador a fondo se traduce en una entrega instantánea de potencia para que el coche gane velocidad de forma muy rápida. Las cifras dan una idea más que clara de lo que indicamos. Con respecto a su hermano de gama con el motor de inyección directa y 110 CV, el 150 CV gana por goleada en todos los frentes; en aceleración con salida parada, el potente TDI necesita casi segundo y medio menos para alcanzar los 1.000 metros, algo que también tiene su correspondencia a la hora de ejercitar las maniobras de recuperación o adelantamientos.