Seat Toledo 1.8 20VT Sport / Skoda Octavia RS

La misma plataforma, el mismo motor, similar tamaño, multitud de componentes compartidos… Los "altercados internos" dentro del Grupo Volkswagen son bien conocidos, aunque esta vez cada marca imprime una personalidad diferente a estas versiones.

Seat Toledo 1.8 20VT Sport / Skoda Octavia RS
Seat Toledo 1.8 20VT Sport / Skoda Octavia RS

El Toledo busca cubrir un mayor compromiso, y lo consigue. Más cómodo en toda circunstancia, su tacto general es más suave y filtrado. Y aunque no sea tan preciso como el Octavia, su bastidor garantiza una estabilidad y progresividad de reacciones extraordinarias, apoyado además por el control de estabilidad ESP, que lo ofrece de serie, cuando es opcional en el Octavia. Si sobre una misma plataforma se pueden definir bastidores tan diferentes en su comportamiento, lo mismo vale para los motores, teniendo en cuenta en este caso las diferentes cajas de cambios utilizadas. Este motor 1.8 Turbo de 180 CV, así como todas las variantes, de 150, 210 y 225 CV, es una maravilla mecánica de lo más apetecible del repertorio del Grupo VW. Suave, potente, elástico…, tanto por rendimiento como por agrado de conducción, resulta sobresaliente. Empuja con autoridad en cualquier circunstancia y casi nada malo se puede decir de él, salvo que explorando sus límites, los 15 litros de consumo los sobrepasa también con facilidad.

Las 6 velocidades del Seat, con desarrollos más cortos hasta quinta respecto al Skoda, ayudan aún más a mejorar la capacidad de respuesta de este motor, que si en el Octavia resulta excitante, explosivo se convierte en el Toledo. Con prácticamente igualdad de pesos según nuestra báscula (1.344 kg el Toledo y 1.350 kg el Octavia) y motores, los diferentes cambios utilizados reflejan las ventajas que pueden aportar un mayor número de velocidades. La conclusión es que en tráfico despejado y condiciones favorables no hay ventajas prestacionales ni de consumo interesantes (el Octavia recupera en 5ª y en 4ª igual que el Toledo en 6ª y 5ª) y es en trazados cerrados o densos de tráfico donde el escalonamiento de 6 velocidades del Toledo permite una mejor adaptación del régimen de giro del motor a las condiciones de la carretera.

Esto supone a igualdad de potencia mayores prestaciones en el Toledo, con una exigencia similar en la utilización del cambio, pero por distintos motivos. En el caso del Skoda para compensar una respuesta a bajo régimen más dubitativa, y en el caso del Toledo, desde un punto de vista deportivo, para aprovechar mejor las posibilidades del motor. En el Octavia puede resultar una cuestión de necesidad, y en el Toledo de placer de conducción. Por este motivo existe un cierto contrasentido en estas diferentes definiciones mecánicas respecto a la de los bastidores, más discutible en el caso del Skoda. Lo que no es discutible en ninguno de los dos es la buena percepción de calidad y cuidada ergonomía al volante, mejorada en estos dos casos con la inclusión de asientos deportivos de excelente factura, forrados en piel en el Skoda. Ninguno esconde su origen compartido de inspiración Volkswagen, muy bien rematados en estos altos de gama, que además cuentan con un equipamiento en todas las áreas muy completo.

Al margen de las sensaciones dinámicas de cada modelo, la similitud general es patente, y el precio con que ha irrumpido el Seat Toledo deja en entredicho el que hay que pagar por el Skoda Octavia. Algo que a buen seguro marketing tendrá que arreglar. El Toledo busca cubrir un mayor compromiso, y lo consigue. Más cómodo en toda circunstancia, su tacto general es más suave y filtrado. Y aunque no sea tan preciso como el Octavia, su bastidor garantiza una estabilidad y progresividad de reacciones extraordinarias, apoyado además por el control de estabilidad ESP, que lo ofrece de serie, cuando es opcional en el Octavia. Si sobre una misma plataforma se pueden definir bastidores tan diferentes en su comportamiento, lo mismo vale para los motores, teniendo en cuenta en este caso las diferentes cajas de cambios utilizadas. Este motor 1.8 Turbo de 180 CV, así como todas las variantes, de 150, 210 y 225 CV, es una maravilla mecánica de lo más apetecible del repertorio del Grupo VW. Suave, potente, elástico…, tanto por rendimiento como por agrado de conducción, resulta sobresaliente. Empuja con autoridad en cualquier circunstancia y casi nada malo se puede decir de él, salvo que explorando sus límites, los 15 litros de consumo los sobrepasa también con facilidad.

Las 6 velocidades del Seat, con desarrollos más cortos hasta quinta respecto al Skoda, ayudan aún más a mejorar la capacidad de respuesta de este motor, que si en el Octavia resulta excitante, explosivo se convierte en el Toledo. Con prácticamente igualdad de pesos según nuestra báscula (1.344 kg el Toledo y 1.350 kg el Octavia) y motores, los diferentes cambios utilizados reflejan las ventajas que pueden aportar un mayor número de velocidades. La conclusión es que en tráfico despejado y condiciones favorables no hay ventajas prestacionales ni de consumo interesantes (el Octavia recupera en 5ª y en 4ª igual que el Toledo en 6ª y 5ª) y es en trazados cerrados o densos de tráfico donde el escalonamiento de 6 velocidades del Toledo permite una mejor adaptación del régimen de giro del motor a las condiciones de la carretera.

Esto supone a igualdad de potencia mayores prestaciones en el Toledo, con una exigencia similar en la utilización del cambio, pero por distintos motivos. En el caso del Skoda para compensar una respuesta a bajo régimen más dubitativa, y en el caso del Toledo, desde un punto de vista deportivo, para aprovechar mejor las posibilidades del motor. En el Octavia puede resultar una cuestión de necesidad, y en el Toledo de placer de conducción. Por este motivo existe un cierto contrasentido en estas diferentes definiciones mecánicas respecto a la de los bastidores, más discutible en el caso del Skoda. Lo que no es discutible en ninguno de los dos es la buena percepción de calidad y cuidada ergonomía al volante, mejorada en estos dos casos con la inclusión de asientos deportivos de excelente factura, forrados en piel en el Skoda. Ninguno esconde su origen compartido de inspiración Volkswagen, muy bien rematados en estos altos de gama, que además cuentan con un equipamiento en todas las áreas muy completo.

Al margen de las sensaciones dinámicas de cada modelo, la similitud general es patente, y el precio con que ha irrumpido el Seat Toledo deja en entredicho el que hay que pagar por el Skoda Octavia. Algo que a buen seguro marketing tendrá que arreglar.