Seat Ibiza 40 Aniversario: conducimos un 1.5 GLX de 1984 y la nueva serie limitada FR conmemorativa

El Ibiza fue una apuesta de futuro en un momento delicado para Seat. La cosa salió a pedir de boca: cuatro décadas de éxitos, cinco generaciones cumpliendo un ciclo evolutivo esencial y seis millones de coches fabricados… de momento.

Jesús Bonilla.

Seat Ibiza 40 Aniversario, conducimos un 1.5 GLX de 1984 y la nueva serie limitada FR conmemorativa
Seat Ibiza 40 Aniversario, conducimos un 1.5 GLX de 1984 y la nueva serie limitada FR conmemorativa

Ponerse al volante de un Ibiza 1.5 GLX de 1984 y de un FR de 2024 de la serie limitada 40 Aniversario resulta una experiencia elocuente para constatar cuánto ha evolucionado el estandarte de Seat en cuarenta años. El primer Ibiza fue una obra coral a varias bandas, en la que Seat y su Centro Técnico de Martorell ejercieron de directores de orquesta: Giorgetto Giugiaro (Italdesign) firmó los bocetos iniciales, la alemana Karmann se encargó de adaptar el autobastidor, la carrocería y el interior para su proceso de fabricación y Porsche se ocupó de desarrollar los motores de gasolina de 1,2 y 1,5 litros (60 y 85 CV, respectivamente) con los que iba a arrancar la producción del Ibiza.

El actual Seat Ibiza es un utilitario muy tecnológico

Cuatro décadas después, el Ibiza actual es un compendio tecnológico de última generación, creado bajo el paraguas del grupo Volkswagen y su plataforma MQB-AO. En él se conjugan un diseño fresco, juvenil y deportivo, dos motores TSI de 1,0 y 1,5 litros sobrealimentados de 115 y 150 CV, unidos a una caja manual de seis relaciones o una automática DSG de siete, y en los que prestaciones y eficacia van de la mano.

Seat Ibiza 40 aniversario
Seat Ibiza 40 aniversario

A todo ello se suma una casi interminable lista de equipamiento de serie, impensable en el original: climatización automática, faros “full LED”, sensores de aparcamiento, control de velocidad adaptativo, asistente de mantenimiento de carril, detectores de ángulos muertos, sistemas de navegación, selección de modos de conducción, sensores de presión de neumáticos, iluminación ambiental interior, llantas de aluminio de 18 pulgadas…

De puertas para adentro, el interior del Ibiza FR Aniversario envuelve al conductor con un estilo calculado hasta el mínimo detalle, no solo en cuanto a diseño sino también en lo relativo a la selección y utilización de materiales. Los asientos  tipo Bucket combinan confort, sujeción y seguridad. El volante tiene un grosor y un tacto agradables y la botonería ubicada en los dos radios permite controlar las principales funciones del cuadro de instrumentación digital, de la radio y del teléfono. Dicho coloquialmente, para controlar casi todo sin soltar las manos del volante. En el centro del salpicadero, una pantalla de 9,2 pulgadas amplifica a modo de ordenador de a bordo el sistema principal de información, conectividad y entretenimiento del coche.

Seat Ibiza 40 aniversario
Interior del Seat Ibiza 40 Aniversario.

El interior del primer Seat Ibiza era otra cosa...

En 1984, los patrones eran otros. El plástico ya había sustituido por completo los paños de chapa vista, al igual que las líneas rectas y sobrias tratan de armonizar un espacio interior que buscaba entonces la funcionalidad y la amplitud por encima de otras consideraciones. No en vano, este primer Ibiza estableció nuevas cotas de habitabilidad entre los compactos del segmento B.

En un alarde de sofisticación, los principales botones e interruptores de luces, intermitencias y control del limpia-lavaparabrisas se concentran en sendas extensiones satélites colocadas también a mano, inmediatamente detrás del volante. Por supuesto, los relojes principales del cuadro son analógicos, y en la consola central se disponen, con un orden arbitrario, los mandos de la calefacción, el reloj horario digital, el hueco del radiocasete y, cómo no, los imprescindibles mechero y cenicero. Los butacones, mullidos y de tela, cumplen estrictamente su función.

Seat Ibiza 40 aniversario
Interior del Seat Ibiza 1.5 GLX de 1984.

El primer Ibiza había que conducirlo; el nuevo se deja conducir

Puestos en marcha, esas diferencias meramente estéticas se multiplican exponencialmente. El primero de los Ibiza hay que conducirlo; el actual, se deja conducir. En los años ochenta, el sonido metálico de la mecánica ayudaba a realizar a oído los cambios de relación, sin la necesidad imperiosa de un cuentarrevoluciones; la ausencia de dirección asistida no representaba un mal mayor más allá de echarle brazos al asunto; y la pelea cotidiana con el sistema de calefacción para desempañar los cristales en los gélidos días de invierno era la norma.

Hoy, cualquiera de esas “normalidades” serían inaceptables en el decálogo fundamental del uso y disfrute del moderno Ibiza. A su volante, más parece una caja hermética que una estructura rodante, aislada de ruidos exteriores, suave y confortable, en la que la mayoría de las acciones adicionales se realiza a golpe de un “click” táctil.

Seat Ibiza 1
Motor System Porsche del primer Seat Ibiza.

Por supuesto, ni las reacciones del coche ni la respuesta de los motores ni la estabilidad ni el confort ni la finura de la conducción son equiparables. La tecnología y, cómo no, los procesos de fabricación han evolucionado sobremanera. También la demanda, cuyas exigencias de espacio para toda la familia, unas prestaciones suficientes para moverse con soltura y un consumo moderadamente ajustado constituían casi el pliego de máximos hace cuarenta años. En la actualidad, vemos que esas necesidades se han multiplicado.

Pocos coches pueden alardear de una vida como la del Seat Ibiza

Ahora bien, analizado en su conjunto, pocos modelos en la historia del automóvil pueden alardear de una vida tan longeva y de éxito como el Ibiza. Cuarenta años, alrededor de seis millones de unidades fabricadas y tres campeonatos del mundo de rallyes son cifras y hechos significativos para valorarlo desde los puntos de vista social, deportivo e industrial, además de los puramente técnico y estético. Con la perspectiva que concede el tiempo, podemos considerar el Ibiza tanto o más representativo incluso que el propio Seiscientos para la marca española.

Sí, aquel pequeño utilitario “todo atrás” permitió echar a rodar a una generación de españoles para la que el automóvil seguía siendo una quimera. Pero el Ibiza, en cambio, ha constituido el sólido tronco de sucesivas ramas genealógicas —cinco de momento— que aún continúan dando fruto.

Seat ibiza FR 1.5 tsi 150
Seat ibiza FR 1.5 TSI 150.

El Ibiza presentado en la primavera de 1984 fue el revulsivo de Seat de cara a consolidar su imagen internacional y el primer modelo desarrollado en solitario por la marca. Hoy, sentado a su volante, deja entrever el inexorable paso del tiempo, pero también pone en valor la audacia de un proyecto a largo plazo en el que aún no se ha dicho la última palabra.  

El árbol genealógico del Seat Ibiza

La primera generación (1984-1993) tuvo identidad propia, por cuanto intervinieron en su ejecución Giugiaro, Porsche y Karmann. Ya bajo el organigrama del grupo Volkswagen, el Ibiza II (1993-2002) fue renovado entero, haciendo uso de la tecnología del nuevo socio alemán. Además, inauguró la nueva factoría en Martorell y, con el Kit Car, Seat hizo historia ganando tres títulos mundiales de rallyes. A raíz de estos triunfos vio la luz la versión Cupra, que con el tiempo ha terminado dando nombre a la nueva marca de Seat.

Historia Seat Ibiza
Historia del Seat Ibiza.

Después de 1,5 millones de Ibiza fabricados, Walter de Silva diseñó el Ibiza III (2002-2008), más grande, amplio y funcional. Entre el potente Cupra y el tranquilo Ecomotive, la gama ofrecía numerosas opciones de gasolina y diésel, atmosféricas y sobrealimentadas, de 3 y 5 puertas. De Silva dio un aire aún más deportivo al Ibiza IV (2008-2014); y Alejandro Mesonero-Romanos firmó la quinta y actual generación.

 

Seat Ibiza TSI 150 CV

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