Prueba: Peugeot 108 1.2 Pure Tech, la ciudad a sus pies

No cambian las ciudades, lo hacen los medios de transporte adaptándose a quienes se mueven en ellas. Adiós a los hábitos del 107, bienvenido el espíritu dinámico del Peugeot 108.

Raúl Roncero. Twitter: @Rron0_autopista. Fotos: Mikael Helsing.

Prueba: Peugeot 108 1.2 Pure Tech, la ciudad a sus pies
Prueba: Peugeot 108 1.2 Pure Tech, la ciudad a sus pies

Pequeño gigante

Llega, como lo hiciera el anterior 107, en manada de a tres al mantenerse el acuerdo de colaboración con Toyota –Aygo– y Citroën –C1–, aunque cada cual tiene ahora mayor identidad de marca. Al urbano ya no se le valora sólo por la funcionalidad o costes, sino por la capacidad para conectar con el cliente, ¡y vaya cómo está servido este nuevo Peugeot de personalidad! Mucho diseño y gancho buscado a través de posibles personalizaciones para que este tipo de coche no sólo sea el medio para transportarse en una gran ciudad, sino para que además sea el reflejo de tu alma. "Stickers", decoración a base de vinilos o pegatinas —Peugeot ofrece 7 posibles ambientes—, colores de guerra o máxima conectividad entre vehículo-smartphone –adiós los equipos de audio con CD– cobran tanta importancia, o más, que el propio producto, un 108 capaz de hacerse amo de la ciudad, precisamente, por su carácter.

Abres y arrancas sin necesidad de llave en este nivel de acabado y, efectivamente, este 108 no sólo te engancha, hasta te envenena en el mejor sentido de la palabra con un irregular susurro mecánico cuyo latido parece querer seguir la carrocería al son de sus bocanadas de escape. Las puedes incluso contar mientras cierras la puerta y te enganchas el cinturón, porque este 1.2 tricilíndrico no parece querer ocultar su arquitectura y característico irregular giro a bajas revoluciones. Fácil hubiera sido subir 100 ó 150 rpm el ritmo de ralentí, porque su 1.2 empieza a expresarse con fluidez cuando el dial del cuentarrevoluciones se acerca de las 1.000 rpm.

Acción-reacción 

Y echar a andar supone corroborar esa fuerte personalidad con el que ha desembarcado este nuevo 108 con su versión 1.2 Pure Tech, la más potente de las dos que ofrece la gama —el motor pequeños es de Toyota, el único por cierto que va a utilizar el Aygo—. Embrague no demasiado progresivo y motor de reacciones muy, muy vivas implican arrancar con una alegría, en forma de aceleración, hasta impropia para un coche así. Cuestionable, sí, pero toda una virtud en esa circulación urbana en la que en otros semejantes tendrías que jugar a la defensiva, mirando de reojo y dejando pasar al tráfico para poder entonces cambiarte de carril y buscar el hueco deseado... Sin complejos, tú mandas. Especialista por tanto en el sprint urbano, el de hasta 50 km/h, velocidad a la que puedes llegar estrujando una primera que parece infinita, abriéndose entonces paso para poder elegir a voluntad qué carril es el que más te conviene. Estabilizadas posiciones, progresas de segunda a quinta con regularidad, pero siempre con gran consistencia en los cambios de ritmo fruto de su brillante reacción mecánica, aunque lo mejor de su motor lo encuentras de medio régimen en adelante gracias a una curva de par muy, muy plana y una distribución variable que modifica la entrega de potencia y termina en su progresión con una bocanada de aire fresco que sienten con claridad en su aceleración.

Peugeot 108Pide guerra, acabas metiéndote en su juego y te encuentras disfrutando enormemente de su ágil conducción y acción a cualquier reacción, sea de acelerador..., o de volante, donde sale a relucir su otra especialización. Callejero por naturaleza, por tamaño, radio de giro, maniobrabilidad y suavidad de mandos. Todo es nuevo, plataforma, dirección o cotas, con base de pisada mayor que antes. La amortiguación tiene otro "tono" radicalmente diferente al 107: más retenida y firme, el habitual asfalto urbano proporciona esa típica respuesta de amortiguación de alta frecuencia que te hace "bailar" sobre el asiento, pero no hay sequedad, ni falta de confort. Eso sí, a diferencia de los tres urbanos del grupo VW, o especialmente del i10 de Hyundai, el tacto es de coche más pequeño, aunque no deja de inspirar confianza.

Tanta, como para poder huir de la ciudad. El motor es su mejor garantía, fácilmente sacarías literalmente la aguja de su velocímetro y los cortos y rápidos movimientos de carrocería generan mucha mayor confianza que la enorme extensión de amortiguación y acusado balanceo de la generación anterior. Así que, contra todo pronóstico, al menos con este motor el Peugeot 108 también se desenvuelve como pez en el agua en carretera, disfrutando también de una conducción ágil, aceptable capacidad de frenada y suficiente precisión de guiado. Y todo con unos consumos de lo mejor de su especie, tan bajos hoy con su "potente" motor de gasolina como antes los primeros 107 1.4 HDi.

Tres o cinco puertas

Peugeot vuelve a apostar por carrocería de tres y cinco puertas, algo de agradecer cuando son coches cuyas plazas traseras ocupan mayoritariamente niños. Hay, por tanto, hueco de sobra para ellos, sólo dos atrás por homologación, por tanto poco importa que se hayan esfumado 5 cm de anchura trasera respecto al 107. Por su parte, 40 litros extra de maletero convierten el anterior portabultos en algo más serio de 205 litros reales, ya capaz de llevarse a casa una buena compra. Es obvio, todo ha ido a más y a mejor como suele ser norma tras un cambio generacional, aunque como llamativo, más que el mejor rendimiento, eficiencia y seguridad, el cambio de filosofía que ha experimentado el 108 en relación a su antecesor. Éxito asegurado, a repartir, eso sí, entre tres.


En pocas palabras

Aceleración: Panda 0.9 TwinAir y él son, con diferencia, los más rápidos de la categoría. Falta algo de progresividad en el embrague para lograr arrancadas más suaves. 

Cambio: El motor mueve, y bien, el desarrollo estándar en la categoría con quintas de 35 km/h. Polifacética tercera relación que, en ciudad, vale para casi todo.  

Frenada: Poca rueda y pequeños discos delanteros, pero poco peso a detener. Tanto en estabilidad como en distancias, el 108 guarda buen equilibrio  

Consumo: Eficiente clásica tecnología con la que el 108 consigue ser el urbano con mejores consumos, hoy semejantes al anterior 107 HDi.  

Adelantamiento: Muy buena capacidad mecánica si aprovechas la parte alta del motor. Aunque no falta elasticidad, para progresar desde bajas vueltas necesitarás usar mucho y bien el cambio de marchas.  

Habitabilidad y peso: Espacios de compromisos, para niños, para salir de apuros. Únicas dos pequeñas plazas traseras con poca altura y espacio justo para piernas... Salvo excepciones, así son todos. Peso mínimo de la categoría, 886 kg. del Suzuki Alto. 

Potencia y par: Su distribución variable consigue una curva de par plana de 10 mkg/litro, nada mal para un "pequeño" atmosférico. Excelente capacidad de estirada hasta 6.700 rpm. 

Sonoridad: El ruido mecánico siempre va a ser perceptible en el habitáculo, aunque desde velocidades medias sólo molesta el aerodinámico.  

Maletero: Los 155 litros de un Suzuki Alto y los 260 de un Ford Ka marcan los extremos de la categoría. Los205 litros del Peugeot se consiguen por profundidad.