Ya hemos podido conducir el nuevo Renault Scenic que se acaba de proclamar Coche del Año en Europa. Y no ha sido casualidad, porque sus cualidades son brillantes en todos los niveles. Y es que Renault ha dado en el clavo con un desarrollo bien pensado y meditado. Por fin sabe aprovechar el espacio que le proporciona esta nueva arquitectura de un coche con baterías y motores eléctricos menos complejos. Por ello podemos disfrutar de un coche de menos de 4,5 metros con una habitabilidad de récord.
No recuerdo un coche de esta longitud que ofrezca un espacio para las piernas tan amplio. Y sin sacrificar por ello un maletero, por ejemplo, que nos deleita con nada menos que 545 litros, aunque la realidad es que aparenta mucho más. Es muy hondo, ya que no tiene que cumplir con las restricciones que condicionan elementos de un coche de combustión. El puesto de conducción está más adelantado y ese es el secreto de dejar un habitáculo donde aprovechar una batalla de casi 2,8 metros. Si a esto unimos que su altura para la cabeza cumple incluso para las tallas altas, sin que sea un SUV que parezca excesivamente alto, pues qué más se puede pedir.

El ambiente interior del Renault Scenic es insuperable
La verdad es que a sus mandos se está muy a gusto, con una postura de conducción casi perfecta y múltiples huecos para dejar objetos. Yo creo que es coche récord en ese sentido. La marca habla de un volumen total de 38,7 litros. Por ejemplo, además de la guantera (4 litros) y los compartimentos de las puertas (13,6 litros), la consola central delantera cuenta con un gran espacio de almacenamiento (6,6 litros) con dos grandes portavasos (2 litros) y un espacio de almacenamiento de 3,4 litros bajo el reposabrazos que puede utilizarse para guardar las llaves u otros objetos personales.
Este reposabrazos central se desliza 70 mm hacia delante, lo que mejora el confort del conductor y del acompañante. Debajo de la pantalla además hay un hueco específico para dejar el smartphone cargando. Y para demostrar que piensan en todo pues en la parte trasera hay un ingenioso reposabrazos con sus dos brazos desmontables orientados hacia cada pasajero, dispone de espacio para guardar ordenadores portátiles y tabletas y soportes desplegables para ver estas pantallas con comodidad.

El techo solar revolucionario del nuevo Renault Scenic
Para terminar con la sensación del habitáculo, hay un elemento revolucionario que Renault ha desarrollado junto a Saint-Gobain. Se trata del techo panorámico Solarbay que usa la tecnología "AmpliSky", de manera que se vuelve opaco por segmentos utilizando la tecnología PDLC (Polymer Dispersed Liquid Crystal). La verdad es que funciona muy bien y por partes, parece algo milagroso, y seguro que será el futuro de los techos y supondrá el fin de las cortinillas de techo.
En cuanto a la unidad cinemática, hay dos potencias de motor eléctricos, siempre colocado delante y moviendo las ruedas delanteras, con 125 kW /170 CV) y 160 kW (220 CV). También hay dos tamaños de baterías: 60 kWh y 87 kWh. La primera permite 420 km de autonomía y la segunda 620 km. Sin duda son cifras que ya nos pueden plantear viajes largos sin demasiados temores a quedarnos tirados o a hacer demasiadas paradas. La instrumentación nos marca la autonomía del coche más optimista, pero también nos avisa de que si salimos en ese momento a autovía o autopista para hacer un viaje largo entonces la autonomía se reduce considerablemente. No engaña, de manera que siempre sabemos la autonomía real de la que podemos disponer.

La conducción es agradable y equilibrada
Mis sensaciones al volante han sido excelentes. He podido conducir la versión más potente con la batería “gorda” y el acabado Espirit Alpine, que por vez primera se monta en un eléctrico. Esto implica las llantas de 20” y demuestra una estabilidad de primera. No hay ninguna queja aunque tampoco es un coche altamente prestacional. Ni falta que le hace. Afortunadamente las marcas ya se han dado cuenta de que no hace falta impresionar a la clientela con mucha potencia para aceleraciones fulgurantes y basta con arranques suaves y buena aceleración. La velocidad máxima está limitada a los 170 km/h, que es más que suficiente, y la aceleración de 0 a 100 km/h es de 8,4 s (el 125 kW es de 9,3 s y una v. máx. de 150 km/h).
Aunque lo mejor es lo agradable qué es en cualquier circunstancia. Buena estabilidad en curva, suspensión confortable sin ser blanda, y apenas tiene la amortiguación seca que se suele uno encontrar en los coches eléctricos que tienen que soportar mucho más peso de las baterías. Su centro de gravedad es bajo y se nota para bien. Y, como he dicho antes, el espacio para todo y para todos es tan bueno que la sensación en el interior es inmejorable. Un coche, por tanto, bien pensado desde el principio y en el que todos los fabricantes deberían tomar nota para diseñar sus futuros SUV compactos.