Peugeot 5008 1.6 HDI vs Mazda5 1.6 CRTD, Ford Grand C-Max 1.6 TDCi y Citroën Grand C4 Picasso HDi 110

Desarrollado por los Grupos Ford y PSA, este polifacético motor 1.6 Diesel compartido por estos cuatro modelos, evoluciona para cumplir con la exigente norma Euro5 sobre emisiones de escape. Un motor, por sus posibilidades, de uso universal, ejemplo de la evolución Diesel y de sinergia industrial.

Peugeot 5008 1.6 HDI vs Mazda5 1.6 CRTD, Ford Grand C-Max 1.6 TDCi y Citroën Grand C4 Picasso HDi 110
Peugeot 5008 1.6 HDI vs Mazda5 1.6 CRTD, Ford Grand C-Max 1.6 TDCi y Citroën Grand C4 Picasso HDi 110

Comparativa monovolumenes

Motores modernos

Seguramente, el Grand C4 Picasso es el modelo que representa más fidedignamente lo que hasta ahora hemos asimilado como monovolumen, aunque la tendencia actual (compactar imagen y dinámica) sea otra. Independientemente de que sea el más o menos generoso en sus medidas de habitabilidad, es el modelo que parece más grande, que transmite mayor sensación de espacio, si no siempre real, sí por lo que conlleva su enorme luminosidad, fruto de un largo parabrisas que invade parte del techo convencional; por la definición de su salpicadero con toda la información centrada y la supresión de la habitual consola central, cuando además la miniaturizada palanca de la caja de cambios robotizada la ubica en la caña de la dirección. Por todo ello, repetimos, el Grand C4 Picasso parece acomodarte en el espacio más amplio, independientemente de lo que diga el metro. La comentada suavidad dinámica y de mandos (pedales, dirección, etc) termina por definir un ambiente muy particular, que de alguna manera puede entenderse como un mayor confort de partida.

Muy parecidos entre sí parecen los otros tres modelos. Llama la atención suspuestos de conducción, que bien pudieran corresponderse por percepciones visuales y de ergonomía a los de modelos compactos. Sus conductores se verán muy integrados en sus puestos, más bajos respecto al suelo que en el Citroën, con una disposición de asientos pedales, volante y cambio muy natural. En todo caso, destaca la voluminosa consola central del 5008, sin ninguna función extra que no sea la de ubicar la palanca de cambios muy alta y por tanto cerca del volante.

Pares o impares
Para definir la fila central hay dos propuestas, una por cada Grupo automovilístico. Los modelos franceses utilizan tres butacas individuales del mismo tamaño; mientras la configuración de Ford y Mazda se debería contemplar como un 2 1, especialmente la del modelo japonés. En este caso, las butacas exteriores tiene un tamaño de respaldo de 50 centímetros y de banqueta muy poco menos; pero una zona central muy estrecha que por formas resulta incomodísima, especialmente en el modelo japonés, para ser utilizada por un tercer pasajero. Los modelos franceses tienen butacas más estrechas, de 43 centímetros de anchura de respaldo y de banqueta, que en caso de ser utilizadas a la vez por tres pasajeros resultan más acertadas y finalmente más cómodas. 

Pero como dos plazas en la segunda fila, el Mazda 5 resulta sorprendentemente confortable y envidiable. Sus asientos exteriores quedan algo más centrados que en el Grand C-Max, es decir más alejados de las puertas; y además cuenta en ese lado con reposabrazos. Utilizando la parte central también como reposabrazos y con el desplazamiento longitudinal más largo de todos (el mayor espacio para las rodillas), las dos plazas que aparecen en el Mazda5 para sí las quisiera una berlina de lujo. Además, cuenta con el mullido más blando y a priori más cómodo, al menos, en el corto y medio trayecto. En este sentido, Ford apuesta por unos asientos muy firmes que inicialmente resultan menos acogedores. También tiene la particularidad de posicionar la segunda fila de asientos más elevada sobre el piso que en sus rivales, una forma de sentirse más "sentado" que hundido.

Siete asientos
En todos los casos, las terceras filas son razonablemente accesibles y operativas para dos pasajeros de hasta talla media. En caso de no utilizarse, en todos los modelos se reclinan sobre el maletero de forma muy cómoda. Con esta configuración, el C4 Picasso se desmarca con el volumen de carga más grande -¡hasta casi 800 litros verificados adelantando la fila central!- y como particularidad casi obligada por sus posibilidades de carga, es el único en disponer de suspensión trasera neumática autonivelante. Otra ventaja que ofrece esta suspensión es la de bajar la carrocería para acceder más cómodamente al maletero con volúmenes pesados o para facilitar el acceso a personas. También el Citroën y el Peugeot ofrecen la posibilidad de renunciar a las dos plazas traseras y aprovechar todo el espacio trasero como maletero, ganando volumen de carga.

Automatizadas pueden ser las puertas del Mazda y del Ford, que apuestan por una configuración de puertas correderas que facilita su apertura en sitios estrechos y la accesibilidad con sillas infantiles.

Con la familia a cuestas
Al convertirse el motor 1.6 Diesel en la opción mecánica equilibrada por excelencia entre estos modelos monovolumen compactos, sus posibilidades de transporte y de carga pudieran llevarnos a cuestionar su recomendación. Hablamos de vehículos a los que en báscula hemos verificados pesos que superan la tonelada y media y que desde ahí pueden subir su peso fácilmente 400 kilos bajo un uso habitual. Y hablamos entonces de 2 toneladas, como una berlina de representación.

Evidentemente, en todas las maniobras de recuperación hemos constatado una pérdida de prestaciones, pero en ningún caso pasa sentirlos sobrepasados o lo que es lo mismo, inframotorizados para sus posibles demandas de uso. Llama la atención en todos los casos la predisposición del motor a ganar velocidad inmediatamente, aun lastrado por el sobrepeso que supone cuatro pasajeros más el conductor y una carga de 104 kg. Entre los manuales Mazda5 y Grand C-Max, el peso pasa mayor factura a los desarrollos más largos del Ford, que penaliza más tiempo que su "clon" de Mazda. En el caso de los robotizados Grand C4 Picasso y 5008, la más rápida gestión con que acomete el Peugeot los cambios de marcha minimiza algo más la pérdida de prestaciones, pero en ningún caso para sentir un coche más rápido que otro. En cambio, sí resulta evidente que los modelos robotizados pierden menos tiempo en estas maniobras de recuperación y adelantamiento entre hacerlo con poco o con mucho peso.  Sin duda, hay motor para desplazarse de viaje con toda la familia.

Comparativa monovolumenes

Motores modernos

Seguramente, el Grand C4 Picasso es el modelo que representa más fidedignamente lo que hasta ahora hemos asimilado como monovolumen, aunque la tendencia actual (compactar imagen y dinámica) sea otra. Independientemente de que sea el más o menos generoso en sus medidas de habitabilidad, es el modelo que parece más grande, que transmite mayor sensación de espacio, si no siempre real, sí por lo que conlleva su enorme luminosidad, fruto de un largo parabrisas que invade parte del techo convencional; por la definición de su salpicadero con toda la información centrada y la supresión de la habitual consola central, cuando además la miniaturizada palanca de la caja de cambios robotizada la ubica en la caña de la dirección. Por todo ello, repetimos, el Grand C4 Picasso parece acomodarte en el espacio más amplio, independientemente de lo que diga el metro. La comentada suavidad dinámica y de mandos (pedales, dirección, etc) termina por definir un ambiente muy particular, que de alguna manera puede entenderse como un mayor confort de partida.

Muy parecidos entre sí parecen los otros tres modelos. Llama la atención suspuestos de conducción, que bien pudieran corresponderse por percepciones visuales y de ergonomía a los de modelos compactos. Sus conductores se verán muy integrados en sus puestos, más bajos respecto al suelo que en el Citroën, con una disposición de asientos pedales, volante y cambio muy natural. En todo caso, destaca la voluminosa consola central del 5008, sin ninguna función extra que no sea la de ubicar la palanca de cambios muy alta y por tanto cerca del volante.

Pares o impares
Para definir la fila central hay dos propuestas, una por cada Grupo automovilístico. Los modelos franceses utilizan tres butacas individuales del mismo tamaño; mientras la configuración de Ford y Mazda se debería contemplar como un 2 1, especialmente la del modelo japonés. En este caso, las butacas exteriores tiene un tamaño de respaldo de 50 centímetros y de banqueta muy poco menos; pero una zona central muy estrecha que por formas resulta incomodísima, especialmente en el modelo japonés, para ser utilizada por un tercer pasajero. Los modelos franceses tienen butacas más estrechas, de 43 centímetros de anchura de respaldo y de banqueta, que en caso de ser utilizadas a la vez por tres pasajeros resultan más acertadas y finalmente más cómodas. 

Pero como dos plazas en la segunda fila, el Mazda 5 resulta sorprendentemente confortable y envidiable. Sus asientos exteriores quedan algo más centrados que en el Grand C-Max, es decir más alejados de las puertas; y además cuenta en ese lado con reposabrazos. Utilizando la parte central también como reposabrazos y con el desplazamiento longitudinal más largo de todos (el mayor espacio para las rodillas), las dos plazas que aparecen en el Mazda5 para sí las quisiera una berlina de lujo. Además, cuenta con el mullido más blando y a priori más cómodo, al menos, en el corto y medio trayecto. En este sentido, Ford apuesta por unos asientos muy firmes que inicialmente resultan menos acogedores. También tiene la particularidad de posicionar la segunda fila de asientos más elevada sobre el piso que en sus rivales, una forma de sentirse más "sentado" que hundido.

Siete asientos
En todos los casos, las terceras filas son razonablemente accesibles y operativas para dos pasajeros de hasta talla media. En caso de no utilizarse, en todos los modelos se reclinan sobre el maletero de forma muy cómoda. Con esta configuración, el C4 Picasso se desmarca con el volumen de carga más grande -¡hasta casi 800 litros verificados adelantando la fila central!- y como particularidad casi obligada por sus posibilidades de carga, es el único en disponer de suspensión trasera neumática autonivelante. Otra ventaja que ofrece esta suspensión es la de bajar la carrocería para acceder más cómodamente al maletero con volúmenes pesados o para facilitar el acceso a personas. También el Citroën y el Peugeot ofrecen la posibilidad de renunciar a las dos plazas traseras y aprovechar todo el espacio trasero como maletero, ganando volumen de carga.

Automatizadas pueden ser las puertas del Mazda y del Ford, que apuestan por una configuración de puertas correderas que facilita su apertura en sitios estrechos y la accesibilidad con sillas infantiles.

Con la familia a cuestas
Al convertirse el motor 1.6 Diesel en la opción mecánica equilibrada por excelencia entre estos modelos monovolumen compactos, sus posibilidades de transporte y de carga pudieran llevarnos a cuestionar su recomendación. Hablamos de vehículos a los que en báscula hemos verificados pesos que superan la tonelada y media y que desde ahí pueden subir su peso fácilmente 400 kilos bajo un uso habitual. Y hablamos entonces de 2 toneladas, como una berlina de representación.

Evidentemente, en todas las maniobras de recuperación hemos constatado una pérdida de prestaciones, pero en ningún caso pasa sentirlos sobrepasados o lo que es lo mismo, inframotorizados para sus posibles demandas de uso. Llama la atención en todos los casos la predisposición del motor a ganar velocidad inmediatamente, aun lastrado por el sobrepeso que supone cuatro pasajeros más el conductor y una carga de 104 kg. Entre los manuales Mazda5 y Grand C-Max, el peso pasa mayor factura a los desarrollos más largos del Ford, que penaliza más tiempo que su "clon" de Mazda. En el caso de los robotizados Grand C4 Picasso y 5008, la más rápida gestión con que acomete el Peugeot los cambios de marcha minimiza algo más la pérdida de prestaciones, pero en ningún caso para sentir un coche más rápido que otro. En cambio, sí resulta evidente que los modelos robotizados pierden menos tiempo en estas maniobras de recuperación y adelantamiento entre hacerlo con poco o con mucho peso.  Sin duda, hay motor para desplazarse de viaje con toda la familia.

Comparativa monovolumenes

Motores modernos

Seguramente, el Grand C4 Picasso es el modelo que representa más fidedignamente lo que hasta ahora hemos asimilado como monovolumen, aunque la tendencia actual (compactar imagen y dinámica) sea otra. Independientemente de que sea el más o menos generoso en sus medidas de habitabilidad, es el modelo que parece más grande, que transmite mayor sensación de espacio, si no siempre real, sí por lo que conlleva su enorme luminosidad, fruto de un largo parabrisas que invade parte del techo convencional; por la definición de su salpicadero con toda la información centrada y la supresión de la habitual consola central, cuando además la miniaturizada palanca de la caja de cambios robotizada la ubica en la caña de la dirección. Por todo ello, repetimos, el Grand C4 Picasso parece acomodarte en el espacio más amplio, independientemente de lo que diga el metro. La comentada suavidad dinámica y de mandos (pedales, dirección, etc) termina por definir un ambiente muy particular, que de alguna manera puede entenderse como un mayor confort de partida.

Muy parecidos entre sí parecen los otros tres modelos. Llama la atención suspuestos de conducción, que bien pudieran corresponderse por percepciones visuales y de ergonomía a los de modelos compactos. Sus conductores se verán muy integrados en sus puestos, más bajos respecto al suelo que en el Citroën, con una disposición de asientos pedales, volante y cambio muy natural. En todo caso, destaca la voluminosa consola central del 5008, sin ninguna función extra que no sea la de ubicar la palanca de cambios muy alta y por tanto cerca del volante.

Pares o impares
Para definir la fila central hay dos propuestas, una por cada Grupo automovilístico. Los modelos franceses utilizan tres butacas individuales del mismo tamaño; mientras la configuración de Ford y Mazda se debería contemplar como un 2 1, especialmente la del modelo japonés. En este caso, las butacas exteriores tiene un tamaño de respaldo de 50 centímetros y de banqueta muy poco menos; pero una zona central muy estrecha que por formas resulta incomodísima, especialmente en el modelo japonés, para ser utilizada por un tercer pasajero. Los modelos franceses tienen butacas más estrechas, de 43 centímetros de anchura de respaldo y de banqueta, que en caso de ser utilizadas a la vez por tres pasajeros resultan más acertadas y finalmente más cómodas. 

Pero como dos plazas en la segunda fila, el Mazda 5 resulta sorprendentemente confortable y envidiable. Sus asientos exteriores quedan algo más centrados que en el Grand C-Max, es decir más alejados de las puertas; y además cuenta en ese lado con reposabrazos. Utilizando la parte central también como reposabrazos y con el desplazamiento longitudinal más largo de todos (el mayor espacio para las rodillas), las dos plazas que aparecen en el Mazda5 para sí las quisiera una berlina de lujo. Además, cuenta con el mullido más blando y a priori más cómodo, al menos, en el corto y medio trayecto. En este sentido, Ford apuesta por unos asientos muy firmes que inicialmente resultan menos acogedores. También tiene la particularidad de posicionar la segunda fila de asientos más elevada sobre el piso que en sus rivales, una forma de sentirse más "sentado" que hundido.

Siete asientos
En todos los casos, las terceras filas son razonablemente accesibles y operativas para dos pasajeros de hasta talla media. En caso de no utilizarse, en todos los modelos se reclinan sobre el maletero de forma muy cómoda. Con esta configuración, el C4 Picasso se desmarca con el volumen de carga más grande -¡hasta casi 800 litros verificados adelantando la fila central!- y como particularidad casi obligada por sus posibilidades de carga, es el único en disponer de suspensión trasera neumática autonivelante. Otra ventaja que ofrece esta suspensión es la de bajar la carrocería para acceder más cómodamente al maletero con volúmenes pesados o para facilitar el acceso a personas. También el Citroën y el Peugeot ofrecen la posibilidad de renunciar a las dos plazas traseras y aprovechar todo el espacio trasero como maletero, ganando volumen de carga.

Automatizadas pueden ser las puertas del Mazda y del Ford, que apuestan por una configuración de puertas correderas que facilita su apertura en sitios estrechos y la accesibilidad con sillas infantiles.

Con la familia a cuestas
Al convertirse el motor 1.6 Diesel en la opción mecánica equilibrada por excelencia entre estos modelos monovolumen compactos, sus posibilidades de transporte y de carga pudieran llevarnos a cuestionar su recomendación. Hablamos de vehículos a los que en báscula hemos verificados pesos que superan la tonelada y media y que desde ahí pueden subir su peso fácilmente 400 kilos bajo un uso habitual. Y hablamos entonces de 2 toneladas, como una berlina de representación.

Evidentemente, en todas las maniobras de recuperación hemos constatado una pérdida de prestaciones, pero en ningún caso pasa sentirlos sobrepasados o lo que es lo mismo, inframotorizados para sus posibles demandas de uso. Llama la atención en todos los casos la predisposición del motor a ganar velocidad inmediatamente, aun lastrado por el sobrepeso que supone cuatro pasajeros más el conductor y una carga de 104 kg. Entre los manuales Mazda5 y Grand C-Max, el peso pasa mayor factura a los desarrollos más largos del Ford, que penaliza más tiempo que su "clon" de Mazda. En el caso de los robotizados Grand C4 Picasso y 5008, la más rápida gestión con que acomete el Peugeot los cambios de marcha minimiza algo más la pérdida de prestaciones, pero en ningún caso para sentir un coche más rápido que otro. En cambio, sí resulta evidente que los modelos robotizados pierden menos tiempo en estas maniobras de recuperación y adelantamiento entre hacerlo con poco o con mucho peso.  Sin duda, hay motor para desplazarse de viaje con toda la familia.

Comparativa monovolumenes

Motores modernos

Seguramente, el Grand C4 Picasso es el modelo que representa más fidedignamente lo que hasta ahora hemos asimilado como monovolumen, aunque la tendencia actual (compactar imagen y dinámica) sea otra. Independientemente de que sea el más o menos generoso en sus medidas de habitabilidad, es el modelo que parece más grande, que transmite mayor sensación de espacio, si no siempre real, sí por lo que conlleva su enorme luminosidad, fruto de un largo parabrisas que invade parte del techo convencional; por la definición de su salpicadero con toda la información centrada y la supresión de la habitual consola central, cuando además la miniaturizada palanca de la caja de cambios robotizada la ubica en la caña de la dirección. Por todo ello, repetimos, el Grand C4 Picasso parece acomodarte en el espacio más amplio, independientemente de lo que diga el metro. La comentada suavidad dinámica y de mandos (pedales, dirección, etc) termina por definir un ambiente muy particular, que de alguna manera puede entenderse como un mayor confort de partida.

Muy parecidos entre sí parecen los otros tres modelos. Llama la atención suspuestos de conducción, que bien pudieran corresponderse por percepciones visuales y de ergonomía a los de modelos compactos. Sus conductores se verán muy integrados en sus puestos, más bajos respecto al suelo que en el Citroën, con una disposición de asientos pedales, volante y cambio muy natural. En todo caso, destaca la voluminosa consola central del 5008, sin ninguna función extra que no sea la de ubicar la palanca de cambios muy alta y por tanto cerca del volante.

Pares o impares
Para definir la fila central hay dos propuestas, una por cada Grupo automovilístico. Los modelos franceses utilizan tres butacas individuales del mismo tamaño; mientras la configuración de Ford y Mazda se debería contemplar como un 2 1, especialmente la del modelo japonés. En este caso, las butacas exteriores tiene un tamaño de respaldo de 50 centímetros y de banqueta muy poco menos; pero una zona central muy estrecha que por formas resulta incomodísima, especialmente en el modelo japonés, para ser utilizada por un tercer pasajero. Los modelos franceses tienen butacas más estrechas, de 43 centímetros de anchura de respaldo y de banqueta, que en caso de ser utilizadas a la vez por tres pasajeros resultan más acertadas y finalmente más cómodas. 

Pero como dos plazas en la segunda fila, el Mazda 5 resulta sorprendentemente confortable y envidiable. Sus asientos exteriores quedan algo más centrados que en el Grand C-Max, es decir más alejados de las puertas; y además cuenta en ese lado con reposabrazos. Utilizando la parte central también como reposabrazos y con el desplazamiento longitudinal más largo de todos (el mayor espacio para las rodillas), las dos plazas que aparecen en el Mazda5 para sí las quisiera una berlina de lujo. Además, cuenta con el mullido más blando y a priori más cómodo, al menos, en el corto y medio trayecto. En este sentido, Ford apuesta por unos asientos muy firmes que inicialmente resultan menos acogedores. También tiene la particularidad de posicionar la segunda fila de asientos más elevada sobre el piso que en sus rivales, una forma de sentirse más "sentado" que hundido.

Siete asientos
En todos los casos, las terceras filas son razonablemente accesibles y operativas para dos pasajeros de hasta talla media. En caso de no utilizarse, en todos los modelos se reclinan sobre el maletero de forma muy cómoda. Con esta configuración, el C4 Picasso se desmarca con el volumen de carga más grande -¡hasta casi 800 litros verificados adelantando la fila central!- y como particularidad casi obligada por sus posibilidades de carga, es el único en disponer de suspensión trasera neumática autonivelante. Otra ventaja que ofrece esta suspensión es la de bajar la carrocería para acceder más cómodamente al maletero con volúmenes pesados o para facilitar el acceso a personas. También el Citroën y el Peugeot ofrecen la posibilidad de renunciar a las dos plazas traseras y aprovechar todo el espacio trasero como maletero, ganando volumen de carga.

Automatizadas pueden ser las puertas del Mazda y del Ford, que apuestan por una configuración de puertas correderas que facilita su apertura en sitios estrechos y la accesibilidad con sillas infantiles.

Con la familia a cuestas
Al convertirse el motor 1.6 Diesel en la opción mecánica equilibrada por excelencia entre estos modelos monovolumen compactos, sus posibilidades de transporte y de carga pudieran llevarnos a cuestionar su recomendación. Hablamos de vehículos a los que en báscula hemos verificados pesos que superan la tonelada y media y que desde ahí pueden subir su peso fácilmente 400 kilos bajo un uso habitual. Y hablamos entonces de 2 toneladas, como una berlina de representación.

Evidentemente, en todas las maniobras de recuperación hemos constatado una pérdida de prestaciones, pero en ningún caso pasa sentirlos sobrepasados o lo que es lo mismo, inframotorizados para sus posibles demandas de uso. Llama la atención en todos los casos la predisposición del motor a ganar velocidad inmediatamente, aun lastrado por el sobrepeso que supone cuatro pasajeros más el conductor y una carga de 104 kg. Entre los manuales Mazda5 y Grand C-Max, el peso pasa mayor factura a los desarrollos más largos del Ford, que penaliza más tiempo que su "clon" de Mazda. En el caso de los robotizados Grand C4 Picasso y 5008, la más rápida gestión con que acomete el Peugeot los cambios de marcha minimiza algo más la pérdida de prestaciones, pero en ningún caso para sentir un coche más rápido que otro. En cambio, sí resulta evidente que los modelos robotizados pierden menos tiempo en estas maniobras de recuperación y adelantamiento entre hacerlo con poco o con mucho peso.  Sin duda, hay motor para desplazarse de viaje con toda la familia.