Peugeot no ha buscado un motor explosivo con este 2.2. Por mucho que sólo se presente con equipamiento denominado Pack Sport, con unas llantas de 16 pulgadas y una suspensión más firme, hay poco de deportivo en el coche. Rápido, pero cómodo y fácil de conducir. El motor es nuevo, con distribución variable y árboles contrarrotantes para evitar vibraciones. En él se ha buscado suavidad, progresividad y una buena respuesta en todo el régimen utilizable, más que mucho tirón en un punto determinado. El resultado es un coche muy agradable, con la respuesta de un motor que no busca impresionar, pero al que en ningún momento le falta fuerza. No vibra, es silencioso y con una reacción inmediata al acelerador. Las cifras de par obtenidas en el banco de potencia corroboran estas sensaciones. Entre 2.200 rpm y 5.500 rpm nos encontramos con cifras de par superiores a los 20 mkg, con un máximo de 21,8 mkg a 4.010 rpm. Son más de 3.000 vueltas muy utilizables, pero por encima y por debajo las cifras tampoco bajan mucho. Todo esto traducido a la carretera se resume en que el coche resulta agradable y, además, bastante rápido. Por autopista se pueden mantener cruceros altos, de unos 170 km/h de aguja (unos 160 km/h reales) sin apuros, con el motor ronroneando a unas conservadoras 4.500 vueltas y con un consumo en torno a los 11 litros cada 100 km. Los cortos desarrollos del cambio elegidos ayudan al motor para recuperar un crucero alto cuando por cualquier circunstancia necesitamos reducirla. Salvo algunas pendientes, o cuando hemos bajado mucho de velocidad (dos camiones que se adelantan), no es necesario recurrir a la cuarta. El 406 autoriza buenas medias con un consumo contenido, con un nivel sonoro que ayuda a transmitir tranquilidad al rodar. Eso sí, hay que extremar el cuidado con el pie derecho cuando se quiere bajar de la barrera de los 10 litros. El ruido está, en general, muy amortiguado como ya hemos dicho, en especial el del motor, que apenas se oye a ritmo mantenido y sólo se escucha, como lejano, a medio régimen cuando se sube de vueltas, pero en este caso con una tonalidad melódica que incluso podría ser mayor sin desagradar. La mayor fuente de ruido en el interior proviene del aire, que además se hace más patente, pues se queda solo.
Peugeot 406 Coupé 2.2
Con el motor 2.2 de 160 CV del 406, Peugeot cubre el hueco que quedaba entre su dos litros de 137 CV y el V6 de 210 CV y a la vez se coloca en una posición muy buena frente a la competencia por potencia, precio y tamaño.
