Peugeot 308 GT 1.6 Puretech vs Renault Mégane GT 1.6 Tce: ¿cuál es mejor?

Los Peugeot 308 y Renault Mégane GT son un magnífico escalón intermedio entre un compacto rápido y uno más deportivo de tipo GTi. Los enfrentamos en versiones de gasolina de 225 y 205 CV, respectivamente.

Raúl Roncero /Fotos: Mikel Helsing

Peugeot 308 GT 1.6 Puretech vs Renault Mégane GT 1.6 Tce: ¿cuál es mejor?
Peugeot 308 GT 1.6 Puretech vs Renault Mégane GT 1.6 Tce: ¿cuál es mejor?

Arranquemos con un pequeño estudio de esta tipología de modelos. Si a día de hoy haces una selección de compactos de gasolina con potencias entre los 200 y 225 CV —coches, por tanto, bastante rápidos y con cierto espíritu deportivo pero en el corte de lo que puede ser un GTi—, las opciones las cuentas con los dedos de la mano: Opel Astra GSi de 200 CV —un magnífico producto, pero una muy descafeinada versión como para llevar a cuestas semejante denominación—, BMW 125i, Infiniti Q30 2.0T y los dos coches de esta comparativa: el Peugeot 308 GT 1.6 Puretech y el Renault Mégane GT 1.6 TCe.

Peugeot 308 GT 1.6 Puretech vs Renault Mégane GT 1.6 Tce: ¿cuál es mejor?

Peugeot 308 GT 1.6 Puretech vs Renault Mégane GT 1.6 Tce

Es ciertamente el VW Golf GTi el modelo que mejor representa ese concepto que él mismo inventó, rizando el rizo además —ya veremos qué ocurre en un futuro inmediato— al haber ofrecido dos versiones muy cercanas en potencia, pero con diferentes afinaciones: GTi "a secas" (230 CV) y GTi Performance (245 CV), a cada cual mejor, por cierto. Claro que, como siempre, hay excepciones que confirman la regla, así que me atrevo a meter en este mismo saco a un bastante menos potente Honda Civic 1.5 Turbo VTEC (182 CV) por su asombroso motor, excelentes prestaciones y magnífica puesta a punto de chasis. Así las cosas, acabemos esta presentación lanzando una felicitación a este minoritario grupo de marcas generalistas que teniendo un GTi "de verdad" en sus gamas, ofrecen estos deportivos de "segunda línea" —que no división— tan apreciados por muchos aficionados.

Peugeot 308 GT vs Renault Mégane GT: detalles técnicos

El Peugeot 308 GT 1.6 Puretech de 225 CV y el Renault Mégane GT 1.6 TCe de 205 CV son coches que sólo se venden con cambio automático (de doble embrague y siete relaciones para el Mégane GT y de convertidor y 8 marchas en el caso del 308 GT). Ambos montan motores de gasolina 1.6 turbo con características técnicas muy similares. Y son precisamente sus transmisiones las que imprimen ciertos matices en carácter de cada versión. Aquí, no lo hay que lo haga todo absolutamente perfecto, aunque es el EDC de Renault el que más se acerca a ese punto de afinación que podemos buscar quienes vemos en estos coches una buena opción para disfrutar conduciendo. Y es que, aunque el doble embrague del Mégane tiene momentos en los que sientes excesivo resbalamiento al cambiar de marcha a alto régimen o reducciones que no siempre se ejecutan con la misma rapidez, en conjunto es un cambio más rápido y con mejor definición en sus desarrollos de cambios para sacar el máximo partido del motor, especialmente en sus marchas de "prestación": segunda, tercera y cuarta se adaptan mucho mejor a zonas muy lentas con horquillas o carretera revirada algo más abierta, mientras que sus dos últimas marchas permiten que el Mégane siga teniendo suficiente brío para recuperar la velocidad con cierta agilidad sin recurrir frecuentemente a reducciones.

PRESTACIONES Peugeot 308 GT 1.6 Puretech Auto 225 CV Renault Mégane GT 1.6 TCe EDC 205 CV
Acel. 0-100 km/h 7,22 s 6,9 s
Acel. 0-1000 metros 27,66 s 27,33 s
Sonoridad 100 km/h 67,2 dBA 68 dBA
Sonoridad 120 km/h 70,6 dBA 70 dBA
Frenada desde 140 km/h 72,32 m 72,7 m
Peso en báscula 1.355 kg 1.436 kg

No es que las ocho marchas del cambio de Peugeot sean multitud: en autopista te vas a poder mover a régimen casi de Diesel siempre que el terreno sea favorable, imponiendo por tanto unos consumos impresionantes para su capacidad prestacional. Eso sí, con una frecuencia bastante alta este cambio se apoya en una o dos reducciones para solventar las trabas del terreno, aunque es justo reconocer que lo hace con una suavidad inusitada, mucho mayor que cuando quita progresivamente marcha a baja velocidad, en ciudad por ejemplo, cuando te aproximas a un semáforo con el acelerador levantado: por cada marcha que él mismo va quitando hasta llegar incomprensiblemente a insertar la primera antes de detenerse al completo sentirás un leve "empujón". Por cierto, esta transmisión estrena sobre este modelo el modo de avance por inercia, algo que indudablemente también ha aportado alguna décima de ahorro en el consumo en carretera, hábitat donde el 308 marca claras diferencias. Dicho esto, el binomio motor/cambio del Peugeot parece más orientado al confort y placer de conducción que el del Mégane, aunque lo que se dice rapidez no le falta a ninguno de estos dos "pequeños" propulsores, técnicamente, bastante semejantes entre sí.

CONSUMOS Peugeot 308 GT 1.6 Puretech Auto 225 CV Renault Mégane GT 1.6 TCe EDC 205 CV
Consumo en ciudad 8,1 l/100 km 8,7 l/100 km
Consumo en carretera 6,1 l/100 km 6,0 l/100 km
Consumo medio 6,9 l/100 km 7,1 l/100 km

Peugeot 308 GT vs Renault Mégane GT: rendimiento

Veloces, pero no vigorosos. Visto lo que da de sí actualmente un 1.6 litros turbo de gasolina —el mejor ejemplo es, precisamente, el propulsor del 308 GTi de 270 CV—, nadie puede dudar de la consistencia de este tipo de propulsores... pero cuando te bajas de buenos "dos litros" de los que cada vez van quedando menos en este segmento —se acotan a coches más radicales, con la excepción de coches como el Golf GTi 39,5 mkg de par real— o i30N/250 en su versión "básica" —41,7 mkg en banco—, experimentas sensaciones encontradas. Es cierto que es la tendencia. Acabo de bajarme de otro motor "miniatura" como es el nuevo 1.5 de tres cilindros y 205 CV del Fiesta ST, con 32,1 mkg reales en nuestro banco de potencia —récord entre los motores más pequeños—, y aunque empujar, empuja lo suyo, sientes que en su progresión —haciendo uso no deportivo de él— falta algo de vigorosidad. Es, más o menos, lo que le pasa a estos dos 1.6 de la prueba: no los sientes tan poderosos como podrías deducir de su capacidad de aceleración. Sí es cierto que sí son muy agradables y aquí, en este tipo de coches donde en los que el punto de equilibrio tiene que estar muy bien afinado para que sean coches para todo, la verdad es que pocas pegas se pueden poner.

ESPACIO Peugeot 308 GT 1.6 Puretech Auto 225 CV Renault Mégane GT 1.6 TCe EDC 205 CV
Anchura delantera 139 cm 143 cm
Anchura trasera 136 cm 136 cm
Altura delantera 90/94 cm 93/100 cm
Altura trasera 89 cm 92 cm
Espacio para piernas 72 cm 71 cm
Maletero 415 litros 410 litros

Aún así, el de Renault se desmarca por tener algo más de temperamento pese a su menor potencia —la participación del cambio es vital para llegar a sentirlo así— y el de Peugeot por ser más agradable ante un uso más rutero. Aunque el aspecto que verdaderamente marca diferencias —más de matiz que de eficacia pura— es la dirección trasera del Mégane GT, característica diferenciadora en la categoría. Un elemento que hace que el Mégane sea asombrosamente ágil y estable, logrando un coche espectacularmente preciso y eficaz sin necesidad de imponer una amortiguación excesivamente firme. Todo ello, además, sin que aparezca síntoma alguno de artificialidad o saturación en su conducción. Frente a un muy buen chasis "convencional" como aporta el 308, este Mégane GT aporta, por tanto, un punto extra de diversión y eficacia al volante.

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