Peugeot 206 CC 2.0

Una carrocería de tamaño pequeño con una perfecta combinación de elegancia y deportividad caracterizan a este singular vehículo. Gracias a la magia de su techo metálico escamoteable, hace las veces de coupé o de descapotable.

Peugeot 206 CC 2.0
Peugeot 206 CC 2.0

Conseguir al mismo tiempo un vehículo con apariencia de grácil coupé y que, con el techo metálico abatido, quede a la vista como un elegante descapotable puede considerarse una hazaña estilística dentro del pequeño tamaño que tiene el Peugeot 206 CC. Es justamente su aspecto osado y agresivo, al mismo tiempo que delicado, lo que más llama la atención, pero, en cuanto miramos su contenido, no podemos dejar de asombrarnos. Peugeot ha rizado el rizo y ha conseguido un producto sólido, coherente, equilibrado y eficaz, a un precio más que tentador, con cualquiera de sus dos motorizaciones, 1.6 ó 2.0, que está prácticamente sólo en el mercado. El 206 CC pasará sin duda a ser un listón alto para cualquier otro constructor que desee hacer un vehículo de este tipo, tan atrayente y con una solución de “alto de gama" en lo que siempre ha sido para los cabrios el punto de compromiso: la capota. La del 206 CC es, en realidad un techo metálico que se despliega o abate —mediante un mecanismo electrohidráulico— en 28 segundos, de manera parecida a la del Mercedes SLK. Y eso es el 206 CC, salvando las distancias: un mini-SLK. Pero a precio accesible, en el que sólo se ha sacrificado mucho la habitabilidad de las dos plazas traseras (que no las tiene el SLK), compromiso ineludible para mantener el estilizado y dinámico perfil, con una longitud que se sitúa en 3,83 metros, un poco por debajo de la de un Ford Puma. Este es un coupé clásico pequeño, en la línea del Opel Tigra, pero ninguno de los dos ofrecen la doble funcionalidad que es la seña distintiva del 206 CC. En realidad, las dos plazas traseras son "virtuales". Aptas para dos niños, dos adultos necesitan que las banquetas delanteras estén bastante desplazadas hacia adelante para caber apretadamente. A pesar de esta limitación planteada por el estilo de la carrocería, el 206 no deja de ser un coche práctico. Cuando está plegado, el techo metálico queda oculto, junto con la luna de cristal, en la parte superior del maletero. Una cortina separa este conjunto del posible equipaje, con un volumen disponilbe de 185 litros. Esta cortina debe estar extendida necesariamente para que funcione el techo, como medida de seguridad para proteger el sistema y que no se trabe o se averíe si se ubican maletas con demasiada altura en el maletero. Cuando la capota está en configuración coupé, entonces el volumen de carga puede ser de 345 litros, perfectamente comparable al de cualquier polivalente pequeño. Eso sí, a cambio de no disponer de rueda de repuesto. De serie se proveen dos envases reparadores de pinchazos con aire y espuma sellante. Un especial elogio merece el sistema de enclavamiento del techo, mediante gancho y palanca que es uno de los más sencillos, rápido y eficaz de todos cuantos hemos probado. Tanto para desenclavar como para bloquear el techo se necesita un simple movimiento de la palanca que no requiere ni siquiera mucha fuerza. El sistema eléctricohidráulico arrima el techo hasta el punto óptimo, de manera que no hay que acercarlo a mano al borde al marco del parabrisas, como sucede con la gran mayoría de las capotas en los convertibles tradicionales. Toda la maniobra de descapotamiento se realiza en 28 segundos. Notable.