Mercedes GLE 350 de 4Matic: a prueba el nuevo SUV híbrido enchufable diésel

Ningún otro híbrido enchufable, y menos un rival del Mercedes GLE, resulta tan eficiente como este convincente 350 de 4Matic.

Nº 20 Mercedes-Benz (91 puntos de fiabilidad)
Nº 20 Mercedes-Benz (91 puntos de fiabilidad)

A la pregunta de por qué no se prodigan los híbridos enchufables (PHEV) con motor térmico diésel como sí está sucediendo con los de motor de gasolina, Mercedes no sólo añade más misterio viendo esta acertada combinación mecánica que ofrece en la Clase C, E, GLC y ahora en el GLE, sino que además, en este último, su exclusiva propuesta va un poco más allá y le ha adosado una gran batería de 31,2 kWh, propia de un modelo medio eléctrico y significativamente superior a la de los otros grandes SUV híbridos enchufables de gasolina, como el Audi Q7, BMW X5, Range Rover Sport o Volvo XC90. Mercedes también ofrece un GLE hibrido enchufable de gasolina con la misma batería, pero solo este único GLE 350 de 4Matic parece ofrecernos lo mejor de dos mundos.

Mercedes GLE 350 de: un diésel que usa mucha electricidad

Hasta ahora, los fabricantes se han ajustado a homologar poco más de los 40 kilómetros de autonomía eléctrica necesarios para ser etiquetados como coche 0 emisiones y equipararlos a los eléctricos puros, aunque funcionalmente, con autonomías realistas en torno a 35 kilómetros de media, el usuario se aprovechara de los beneficios de su etiqueta CERO de la DGT, pero no de la efectividad eléctrica de estos coches, quizá al no “compensar” el trabajo previo de carga para la autonomía real.

Mercedes GLE 350 de híbrido plug in y diésel 5
Mercedes GLE 350 de híbrido plug in y diésel

En este caso, el GLE 350 de 4Matic homologa 98 kilómetros y nos hemos visto varias veces muy cerca de recorrer 80 kilómetros, con una mínima implicación, combinando ciudad con vías de circunvalación. Lógicamente, el tiempo de recarga completa de su batería se alarga hasta las 11 horas en el más simple enchufe doméstico, no obstante son tiempos que podrás acortar con una instalación específica y todavía más con un cargador de pared particular. En cargas rápidas en postes de CC, en hasta media hora estaría lista. En nuestra toma de contacto, el consumo medio eléctrico ha estado en torno a los 25 kWh/100 km, y aunque el precio de la electricidad es muy variable en función a los horarios y la potencia contratada en casa, sobre cuatro euros podríamos obtener una carga para unos 75 km.

Mercedes GLE 350 de: un SUV “muy diésel”

Agotada la batería, su motor 2.0 diésel de 194 CV es el propulsor principal, si bien el eléctrico de 136 CV (la potencia combinada es de 320 CV) sigue estando muy presente, o bien asistiendo, o por no pocos periodos propulsando de nuevo él solo al GLE con la energía recuperada en fases de desaceleración y frenada. Aquí interviene mucho el cambio, capaz de desacoplarse para rodar a vela buenas distancias con el motor incluso apagado, como acoplándose para aprovechar en otros momentos el desplazamiento para recargar la batería. En estas fases, el GLE resulta muy eficiente (mucha masa en movimiento y un generador potente) y, a poco que lo pretendas, puedes llegar por carretera a un núcleo urbano con el motor diésel y cruzarlo completamente con el eléctrico.

Mercedes GLE 350 de híbrido plug in y diésel 2
Mercedes GLE 350 de híbrido plug in y diésel

A poco que conozcas los trazados por donde te mueves, terminarás participando y sabiendo cómo y cuándo aprovechar lo recuperado para rodar y rodar en eléctrico o a vela en tramos favorables. La sincronización de motores se produce de forma muy natural y resulta extraordinario en todos los sentidos. Lo más relevante es que en carretera nos hemos movido sin grandes esfuerzos en medias de entre 7,5 y 8,5 l/100 km, lo que no dista mucho de otro SUV diésel convencional equivalente. En condiciones exigentes de velocidad u orografía, el consumo se puede disparar, pero también la capacidad de compensar cuando llega el terreno favorable permite obtener unos registros que a veces pueden resultar increíbles. La respuesta es tan eficiente como poderosa y aunque tanta mecánica hace del GLE un SUV pesado, dinámicamente, aun con sus inercias, se siente rápido de motor y ágil de chasis. Quizás más que en otra versión, la suspensión neumática ayuda muchísimo a conseguir ya no tanto un mayor confort de rodadura, como de estabilidad, al contener con firmeza variable los movimientos de la carrocería.

A prueba el Mercedes GLE 350 de híbrido plug in y diésel

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