Mazda MX-5, Hyundai Veloster y Toyota GT86: diversión a bajo precio

Los Mazda MX-5, Hyundai Veloster y Toyota GT86 son tres ejemplos de que la diversión en la conducción no tiene por qué ser cara. Los enfrentamos de tú a tú.

Texto: Juan Ignacio Eguiara. Fotos: AMS

Mazda MX-5, Hyundai Veloster y Toyota GT86: diversión a bajo precio
Mazda MX-5, Hyundai Veloster y Toyota GT86: diversión a bajo precio

El Toyota GT86 fue un soplo de aire fresco en el mundo de los coches deportivos, con un precio razonable y una propuesta que no estaba muy de moda allá por el 2011 cuando salió a la venta:  propulsión trasera con un motor delantero, tipo bóxer y atmosférico. 200 CV que sabían a mucho más en una carrocería muy atractiva y bastante ligera. Aunque lo ligero realmente es su precio (32.300 euros).

Pero ya no está solo en ese terreno de la diversión barata y llamativa. El Mazda MX-5 siempre ha sido uno de los coches más lúdicos y cautivadores. Con la nueva generación todavía más, con un precio también muy competitivo (desde 23.000 euros con promociones incluidas) y esas sensaciones que sólo un roadster puede transmitir. Es decir, propulsión trasera y un motor delantero que en su versión de 160 CV (la más interesante porque la básica de 130 se queda demasiado corta) no defrauda a nadie.

El Hyundai Veloster ofrece otro concepto algo más práctico pero no menos curioso y particular, con su carrocería de 4 plazas y 3 puertas (dos derecha y una izquierda) y una mecánica sobrealimentada. El precio es igualmente atractivo, más caro que el Mazda y más barato que el Toyota (30.545 euros en la versión 1.6 T-GDI Turbo de 186 CV y cambio manual). Su carrocería es de lo más llamativa, con una única puerta trasera para acceder a las plazas posteriores y un diseño que no deja indiferente, con los escapes dobles, grupos ópticos traseros de gran personalidad y perfil en cuña.

El Hyundai Veloster está a medio camino en potencia, con 186 CV de una mecánica turbo de sólo 1,6 litros. Un grupo impulsor que nos recuerda mucho al del Kia GT Cee´d con una capacidad para subir de vueltas a partir de las 1.500 rpm aprovechando el mayor par frente a sus rivales atmosféricos.  

A pesar de esto, el coche con el par más alto ha recibido una "paliza" en nuestras prestaciones. Después de 8,2 segundos, el velocímetro de la Hyundai alcanza los 100 km/h. Eso es un 0,9 más que el más pequeño Mazda MX-5 y un segundo frente al más deportivo Toyota GT86. Esto último es más normal por su mecánica de 200 CV, pero es evidente que no puede transmitir toda la potencia al suelo nuestro modelo coreano como sería de desear para poder batir a los 160 CV del Miata. También es verdad que el Veloster es el peso pesado de la comparativa con 1.315 kg.

Mazda MX-5, Hyundai Veloster y Toyota GT86Se podría decir que el motor del Toyota GT86 es exactamente lo opuesto al del Veloster: a bajas revoluciones, parece plano. Puedes apretar el acelerador tanto como quieras, que la respuesta será siempre muy lineal, con una curva de par muy plana y poco excitante, sobre todo abajo. Hay que tirar mucho de cambio, pero hay que agradecer que es una delicia su caja manual. A continuación, el motor muestra lo que realmente sabe hacer. Con un tirón, el motor bóxer le permite saber que ha recordado algo. Hay 200 CV en algún lugar. Se los encuentra en el último momento, justo antes del limitador de revoluciones, como es típico para motores de altas revoluciones de aspiración natural.

Si se quiere lograr que el 0-100 km/h alcance una cifra de 7,2 segundos, vas a necesitar algo de deslizamiento en la arrancada. Es la única manera de escapar de ese agujero negro de par.

El Mazda MX-5 es uno de esos coches que te tiene hechizado y apetece cogerlo en todo momento. El motor de cuatro cilindros en línea es mucho más agradecido porque a bajas vueltas siempre responde y deja en evidencia al bóxer de Toyota con la misma cilindrada. También suena mejor este cuatro cilindros en línea con un escape más claro, grave y alto. El eje trasero, que está equipado con un bloqueo de diferencial, es tan divertido como sus rivales. Aunque al límite es más crítico y por el contrario el Toyota es mucho más manejable y predecible. Los tracción trasera son así y si tu mecánica atmosférica es de poco par abajo pues eso te permite no encontrarte con desagradables entradas de potencia de golpe que te rompan la adherencia cuando no lo deseas. 

Los neumáticos del Toyota no eran los mejores y en nuestra prueba fue casi dos segundos más lento que el tiempo registrado por su supertest (1:19.4, auto sport 2/2013).Tanto el Mazda MX-5 y el Toyota GT86 necesitan dar gas de golpe para perder adherencia. Sólo entonces se puede conseguir el beneficio completo del bloqueo del diferencial. Nos sorprendimos al ver que el Veloster registró el mejor rendimiento de frenado. Por desgracia, no está sintonizado para la agilidad, y el eje trasero le resulta difícil de manejar incluso los cambios de carga menores durante el giro. Es una pena, ya que la dirección del Hyundai Veloster es muy precisa, y el coche no se inclina tanto como podríamos esperar frente a sus rivales de centro de gravedad mucho más bajo. Como no tiene bloqueo del diferencial, necesita ser paciente con el gas al salir de la curva. De lo contrario comienzas a subvirar completamente.
El peso pluma Mazda MX-5 es el que más nos convenció por sus registros. La conducción tiene que ser suave porque la dirección es demasiado directa, la suspensión demasiado blanda pero con paciencia se pueden conseguir tiempos en la pista alemana de 1:20.4. Hay que quitarse el sombrero ante el Mazda, el auténtico prototipo de coche barato y muy divertido de conducir.

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