Pues sí, es verdad. Si te soy sincero me esperaba otra cosa... peor. En 2008 me tocó probar el primer Kia pro_cee'd que pasó por AUTOPISTA y desde entonces soy consciente que es un coche perfectamente equiparable a un compacto europeo, al que no tiene nada que envidiar. Kia ya no necesita demostrar nada acerca de su calidad o funcionamiento, pero de ahí a hacer un GTI hay un paso enorme. Sinceramente, yo no la creía capaz. Una cosa es venir a Europa a hacer coches normales, otra bien distinta es hacer algo tan especializado como un GTI y además hacerlo bien; los clientes habituales de compactos deportivos somos más exigentes con lo que compramos y damos mucha importancia a las prestaciones, aunque no las usemos, al bastidor, aunque no lo aprovechemos y, sobre todo, a la imagen. Ahora hay GTI's muy consagrados en Renault, Seat, Opel, Ford, VW... todos ellos de reconocida eficacia deportiva y con mucha más tradición que la que tiene Kia pero, visto el pro_cee'd GT, está claro que una vez más los prejuicios hay que dejarlos fuera.
El único rasgo de los viejos coreanos que queda en este modelo y que pueda achacarle es su particular nombre, y eso que deriva de las siglas de “Comunidad Europea y Diseño Europeo” en inglés. No me parece un nombre bonito, de hecho ellos ni siquiera ponen el prefijo "pro" en la carrocería del propio coche. Ofrece deportividad con un motor de 204 CV, un bastidor firme, buena presencia y un imbatible nivel de equipamiento de serie, todo ello a un precio mejor que el de sus rivales. Desde luego que sobre el papel todo es positivo, veamos cómo va.
Los paragolpes específicos unidos a los múltiples detalles deportivos en su estética, como las llantas de 18 pulgadas o las pinzas en rojo le dan una imponente presencia que lo diferencian de un cee'd convencional. Te podrá gustar o no, pero hay que reconocer que planta de GTI tiene. Si te asomas dentro y ves los magníficos asientos Recaro mezcla de piel y ante con las costuras en rojo, ya las dudas que pudieses tener sobre él se terminan de evadir. Estéticamente cumple y con nota. Recurre a un motor 1.6 de aluminio con culata multiválvulas y distribución variable, inyección directa de gasolina y un turbo de doble caracola. Ofrece 204 CV -10,7 CV más registramos en nuestra unidad de pruebas-. No busca el enfrentamiento directo con los OPC o RS y no es el más rápido de su segmento pero corre mucho, lo suficiente como para divertirte; está claro que su camino es el de deportivo diario. Respecto al Golf GTI y sus 220 caballos es de media un segundo más lento en aceleraciones y recuperaciones -también es menos potente-, y es ligeramente más rápido que los Opel Astra y Seat León con motores de 180 CV.
Alcanza los 100 km/h en 7,26 segundos y hace el kilómetro desde parado en 27,7 segundos que, dada su potencia y peso, no está mal, pero que nada mal. A la hora de recuperar desde bajas vueltas se encuentra más cómodo en cuanto se superan las 1.500 vueltas. Por debajo se mueve con soltura, pero quizá un poco más de alegría le permitiría anticipar los cambios cuando se realiza una conducción "de bajo consumo". Para la potencia que tiene gasta poco y eso que carece de sistema de Stop/Start, algo que ya llevan la mayoría de sus rivales. En cualquier caso, si lo conduces normal, con ciudad y carretera a velocidades lógicas, lo habitual es rondar los 8 litros de media, siempre algo por encima.
¿Y el chasis?
Tiene motor de GTI, no es radical pero sí ofrece un nivel prestacional importante como para exigir un buen bastidor. La puesta a punto me ha gustado mucho. No apunta a la especialización de un, por ejemplo, Renault Megane RS. Su definición se acerca más a la de confort deportivo, mostrando un pequeño desequilibrio positivo entre la potencia y el bastidor, pudiendo admitir más motor sin problema. Esto es bueno y más si no afecta al confort. Resulta por tanto un coche firme que apenas balancea la carrocería pero que puedes usar todos los días con una buena sonrisa. En los ralentizadores de urbanización es algo seco, mientras que en el bache grande de autovía se comporta bien.
La dirección es rápida y precisa. Tiene la dureza justa para hacerte sentir en un GTI sin que sea una tortura. Me gusta que en Kia hayan mostrado personalidad al no entrar en ese absurdo juego de llanta grande y perfil bajísimo que otras marcas tienen, apostando por un neumático 225/40 en llanta de 18 con el que el GT va de cine, no se mete en líos en agua y es más económico. No necesita más medida. El tren delantero es obediente y el trasero colabora lo justo. No es un modelo que al límite tienda a girar de atrás a la mínima, pero guarda un buen equilibrio entre ambos trenes. La potencia llega bien a las ruedas y, gracias a su menor par en baja, si aceleras a fondo pocas veces verás actuar al control de tracción. No llega a la precisión de comportamiento de un Golf GTI pero créeme que hay que ponerlo en situaciones muy comprometidas para poder llegar a esta conclusión. En lo que a comportamiento dinámico se refiere es un buen coche, no te machacará y la palabra aburrido no está en su diccionario.
Hasta este punto de la prueba habrás comprobado que el pro_cee'd GT es un buen coche. El cambio es suave y preciso, el motor corre y no es especialmente gastón y de bastidor va "sobrado". Los frenos aguantan bien el trabajo y sus distancias de frenado son correctas. Sin embargo todo este equilibrio gana muchos enteros a la hora de estudiar su equipamiento o, simplemente, sentarse y echar un vistazo al interior. Ofrece las mismas cotas interiores que un Golf de tres puertas -que son buenas-, lo que indica el marcaje directo de una marca a otra. El acceso a las plazas traseras es fácil, si bien tiene como defecto que las puertas son enormes, casi de coupé, con las "complicaciones" que pueden surgir en caso de que nos aparquen muy cerca en batería.
Buena calidad de acabado, bien presentado y con detalles de serie inimaginables en cualquiera de sus posibles rivales, tanto en precio como en concepto. Los mencionados Recaro con calefacción, el navegador, el techo eléctrico, el climatizador... es que lleva hasta calefacción en el volante, por no hablar de los siete años de garantía oficial de la marca. Todos estos detalles te hacen plantear que el glamour de todo un Golf GTI o la excelente relación entre tamaño, potencia, equipamiento y precio de un Ford Focus ST se queden en entredicho. Podría llegar a entender que pagues los 4.290 euros que cuesta de más un Focus ST, puesto que te da un buen equipamiento y 250 caballos -ya con descuentos aplicados-, pero la diferencia de precio entre un Golf GTI y este pro_cee'd GT se establece en 8.640 euros. Es comprensible que pagues un poco más por tener un nombre como el Golf GTI en el garaje, puesto que el valor de las marcas a la mayoría nos convence, pero de ahí a pagar 8.640 euros de más por un coche que te va a dar prácticamente lo mismo, pero mucho menos equipamiento y garantía, no lo veo.