El nuevo Hyundai i30N llegará al mercado a la vuelta de verano para entrar en competencia directa con los Ford Focus RS, Honda Civic Type R, Peugeot 308 GTI, Seat León Cupra y VW Golf R, entre otros. Con este modelo, la firma surcoreana estrena una familia de versiones deportivas, que en un futuro irá en aumento y que llegará a la mayoría de los modelos de la gama.
La unidad del Hyundai i30N que pudimos conducir en Alemania estaba muy camuflada exteriormente y eso que las diferencias con las versiones más civilizadas del i30 tampoco serán demasiadas. Todo parece indicar que contará con nuevos paragolpes delantero y trasero, faldones laterales y algún aditamento aerodinámico específico, pero dado el planteamiento del coche, no parece que vaya a ser un coche demasiado espectacular desde el punto de vista estético.
Hyundai i30N: práctico, confortable y deportivo
Al menos esa es la sensación que transmite cuando se conduce el Hyundai i30N, ya que lo que se ha intentado es ofrecer un coche práctico y confortable para conducir a diario, pero capaz de ofrecer prestaciones y comportamiento al máximo nivel cuando uno se adentra por carreteras de montaña o visita el circuito. Para ello el i30N dispone de cinco modos de conducción -Confort, Sport, Eco, N Mode y Custom-. Dependiendo del programa que se escoja, varía la respuesta del motor, la asistencia de la dirección, el funcionamiento del control de estabilidad, el sonido del escape, el tarado del diferencial autoblocante o el ajuste de los amortiguadores que dispone de tres modos de actuación diferentes.
Para animar al Hyundai i30N se emplea un motor de 2,0 litros turboalimentado. Todavía no hay datos oficiales, pero la potencia estimada se sitúa en torno a 250 CV y seguramente superará los 275 CV con el kit Performance. Este último incluirá también discos de freno de mayor tamaño delante y detrás, llantas de 19” en lugar de 18”, diferencial autoblocante, muelles de suspensión que rebajan la altura 1 cm y el escape deportivo, entre otras cosas.
El 2,0 litros turboalimentado irá asociado a un cambio manual de seis marchas y relaciones bastante ajustadas, que permite aprovechar perfectamente el potencial disponible. El diferencial autoblocante que incluye el kit Performance, es un embrague controlado electrónicamente, con el que se optimiza el comportamiento, también la motricidad y disfrute a los mandos.
Hyundai i30N: algunas claves técnicas
El monocasco del Hyundai i30N es muy robusto y no ha precisado ningún refuerzo para adaptarse a las exigencias de esta versión N. Lo que sí cambian son los silent-block, las estabilizadoras, los reglajes y los tarados del conjunto muelle-amortiguador. La unidad con el kit Performance que pudimos conducir disponía de llantas de 19” calzadas con neumáticos Pirelli PZero en medidas 235/35/19. No pudimos conocer el tamaño de los frenos, pero los discos eran de generosas dimensiones y las pinzas delanteras, si bien estaban convenientemente camufladas, parecían de cuatro pistones.
En el habitáculo, el Hyundai i30N cuenta con unos asientos de diseño deportivo, que por su aspecto no lo son tanto, pero que sujetan muy bien y son bastante cómodos. También ofrecen una excelente disposición a los mandos. El equipamiento es muy completo y entre otras cosas cuenta con un sistema de telemetría en la pantalla central, que permite medir el tiempo por vuelta, los valores de aceleración lateral, etc.
Hyundai i30N: sensaciones de conducción
No hubo mucho tiempo para conducir el i30N y siempre bajo la supervisión de uno de los ingenieros de la marca que nos acompañaba de copiloto, pero nuestras sensaciones obtenidas fueron muy buenas. En el modo Confort el coche es muy civilizado, la respuesta del motor es suave, las suspensiones, aunque enérgicas absorben bien las irregularidades del firme y el coche admite de muy buen grado conducirlo tranquilamente. Ofrece además un comportamiento muy bueno y el motor ofrece una excelente capacidad de respuesta en todo momento.
Cuando se inserta el modo Sport, se nota que la respuesta del motor es más contundente, también el sonido adquiere un tono más elevado y la suspensión se vuelve más firme. El comportamiento gana muchos enteros, y el coche se adentra con mucha más facilidad en los virajes, resultando muy ágil y eficaz. De todas formas, si lo que se busca es un talante marcadamente deportivo, lo ideal es emplear el N Mode. El coche se transforma completamente, petardea en las retenciones y la capacidad de respuesta del cuatro cilindros turbo se hace mucho consistente a las insinuaciones del pedal del gas. Pero lo que más cambia sin duda son los tarados de la amortiguación, que adquieren una dureza propia de un coche de competición. El resultado es un automóvil que responde con una rapidez insultante a las insinuaciones que se realizan con el volante, que vira muy plano y que ofrece una conducción muy intuitiva en todo momento. Siempre claro está que el estado del firme sea casi perfecto, ya que en carreteras secundarias es preferible optar por el programa Custom con el cual podemos escoger a nuestro gusto los reglajes del coche por separado y lo ideal en estas circnstancisa es dejar los amortiguadores en el modo Sport.
A la hora de hacer balance, lo que más me ha gustado del i30N es su polivalencia; combina a la perfección una conducción como coche de diario, con la máxima deportividad en pista.
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