Es la primera vez que Ford comercializa el Mustang en Europa, el mítico automóvil que ha aparecido en más de 500 películas de Hollywood y que se convirtió desde el momento de su lanzamiento en uno de los deportivos más populares en Estados Unidos (como también el Chevrolet Camaro), gracias a su competitivo precio y buen rendimiento. Su fama es internacional, incluso en España, donde no se ha vendido anteriormente de forma oficial, pero vayas donde vayas hace girar cabezas a su paso. En parte es porque el diseño, con un toque retro, así como las proporciones de la carrocería de esta nueva generación, reinterpretan de forma fiel el concepto original adaptándolo a los gustos actuales.
Ford Mustang: evolución y motor
Esta vez, sin embargo, algo ha cambiado. Para obtener éxito en un mercado como el español no basta sólo un buen precio y una potente mecánica. Refinamiento, calidad de fabricación y, sobre todo, puesta a punto a nivel de bastidor, han evolucionado muchísimo para acercarse lo máximo posible a las referencias europeas. En esta nueva generación, el Ford Mustang emplea una elaborada suspensión independiente trasera que le garantiza un mejor paso por curva, mayor precisión y aplomo.
Otro elemento técnico que aproxima al nuevo Ford Mustang a las necesidades de este lado del Atlántico es un nuevo motor más eficiente de acceso a la gama, que homologa cifras de consumo bastante contenidas. Se trata de un moderno bloque de gasolina 2.3 Ecoboost, de cuatro cilindros, con distribución variable y sobrealimentado por turbocompresor de doble caracola, lo que permite una respuesta al acelerador muy inmediata. Por supuesto, seguirá habiendo una versión con propulsor V8, más acorde con la esencia del modelo americano, sin embargo, aunque pueda parecer un sacrilegio a nivel de planteamiento, lo cierto es que el motor pequeño proporciona unas prestaciones perfectamente a la altura, no muy lejos del V8. Aquí, la aceleración de 0 a 100 km/h la hemos medido en 6,14 segundos.
Incluso el carácter de este nuevo Ford Mustang Fastback 2.3 Ecoboost tiene un buscado toque americano, no sólo por un sonido procesado que llega desde la admisión hasta el habitáculo haciéndonos creer que bajo el capó hay algo más "gordo", también por unas curvas de par y potencia diseñadas a propósito para que la respuesta recuerde a las clásicas mecánicas americanas de alta cilindrada poco apretadas. El sonido, que se asemeja bastante a un V8 y varía en función del ángulo del acelerador y del régimen del motor, no es como en otros modelos en los que llega a través de los altavoces con cierto retraso, o sin coincidir totalmente con lo que está haciendo el motor. En este caso no hay desfase y resulta del todo creíble, combinado con una contundente entrega de potencia que te incita a realizar fuertes aceleraciones sólo por el placer de escucharlo a medida que la aguja sube por el cuentavueltas, pero también cuando cae de vueltas cada vez que subes marcha, algo que acaba conviertiéndose en adictivo. Lo malo es que desde fuera del coche suena como un Ford Mondeo, es decir, casi ni se escucha, lo que para muchos le hace perder cierta credibilidad, ya que resulta demasiado discreto en comparación con la sugestiva estética del coche.
Ford Mustang: tacto muy deportivo
Otra de las virtudes del nuevo Ford Mustang Fastback 2.3 Ecoboost es que el tacto mecánico y de todos los mandos está muy conseguido. Pedales, cambio y dirección tienen la dureza justa que te esperas de un modelo deportivo, además puedes seleccionar varios modos de conducción (Normal, Sport , Circuito, Nieve/Mojado) que afectan a la respuesta del acelerador, asistencia de la dirección y sonido del motor. Puedes ajustar por separado la dirección y las ayudas electrónicas, que cuentan con una posición intermedia muy poco intrusiva y otra todo "off". La intermedia ya proporciona bastante libertad como para jugar con la propulsión trasera sin demasiados riesgos y evitando cualquier sobresalto a conductores inexpertos, aunque el chasis da confianza para ir más allá. Basta con ser cuidadoso con la dosificación del acelerador para ir haciéndote con él.
A la hora de buscar el sobreviraje a base de gas, que es algo que los "muscle cars" siempre han hecho con naturalidad y sin necesidad de ir demasiado rápido, el nuevo Ford Mustang se defiende con muy buenas maneras. Si aceleras demasiado de golpe, el tren delantero se descoloca y abre trayectoria, por lo que es mejor, una vez en pleno apoyo, acelerar progresivamente hasta que las ruedas traseras empiecen a redondear el giro.
A partir de ahí, la pericia del conductor marca los límites del nuevo Ford Mustang, pero el coche lo hace todo con relativa facilidad y mucha nobleza. Por el contrario, en caso de buscar eficacia, la capacidad de tracción que proporciona el autoblocante y el agarre lateral del bastidor están a muy buen nivel, aunque sin llegar a la altura de referencias europeas de altos vuelos. Sólo a muy alta velocidad sale a relucir alguna inercia si somos bruscos con la dirección, pero en general la conducción resulta muy satisfactoria, con cierta personalidad de buen clásico muy de agradecer en nuestros días: te sientes muy conectado con el coche, sobre todo con motor y transmisión, con un agradable e informativo tacto de embrague. Y, por cierto, con una capacidad de frenada sobresaliente: 69,4 metros ha marcado en nuestro ejercicio de 140-0 km/h.
Ford Mustang: versatilidad
Respecto al confort de suspensiones, resultan firmes pero no incómodas, haciendo que el coche sea muy utilizable para cualquier tipo de trayecto, si bien se siente demasiado voluminoso entre el tráfico urbano, en parte porque su diámetro de giro es bastante elevado. Otra cosa que llama la atención es la buena insonorización del habitáculo, sobre todo en lo que respecta a ruido de rodadura, que se mantiene en unos límites muy razonables incluso dada la generosa anchura de neumáticos que monta el coche.
A todo ello hay que sumar en el nuevo Ford Mustang Fastback 2.3 Ecboost un maletero de muy buena capacidad que le otorga mucha practicidad. La fila trasera, eso sí, sólo es apta para niños o para un uso eventual, ya que se trata de un modelo 2 2 plazas. Y si atendemos a su equipamiento, nos encontramos ante un deportivo de lo más completo, en el que prácticamente todo es de serie. Llave inteligente, sistema de repostaje sin tapón, tapicería de piel, alarma, luces ambientales personalizables, cuadro de instrumentos con un sinfín de pantallas que nos dan informaciones de lo más diverso... En definitiva, estamos ante una propuesta muy tentadora que hace entrar con buen pie al Ford Mustang en nuestro mercado. Sobre todo porque su precio es además muy competitivo, desde 39.500 euros, ya que teniendo en cuenta equipamiento, potencia y prestaciones casi es una verdadera ganga. La duda es si optar por este motor o decantarse por un V8 con mayor carácter todavía… pero que parte ya de 46.500 euros.
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