Ford Focus C-Max 2.0 Sport

Motores Diesel en vehículos deportivos, cambios automáticos que no están reñidos con la búsqueda de prestaciones y, ahora, llega el monovolumen “Sport". Ya se sabe, los polos opuestos (que, en breve, dejarán de serlo) se atraen.

Si tratamos suavemente al C-Max, el C-Max nos corresponderá; ésta es la máxima que parecen haber aplicado los ingenieros de Ford a un monovolumen que no demanda una mano firme que lo guíe. Al contrario, no hará falta realizar aspavientos sobre el volante –los ademanes bruscos resultan especialmente desaconsejables cuando se lleva un vehículo que se acerca a las 1,5 toneladas de peso- o aplicarnos en las frenadas para que los dispositivos obedezcan con precisión. Incluso se ha mejorado ligeramente el tacto de los frenos: ahora es más fácil dosificar la presión sobre el pedal, aunque el equipo sigue acusando cierta falta de mordiente durante el primer tramo de recorrido del pedal. Las distancias que consigue son dignas de automóviles más pequeños: emplea 69,5 metros para detenerse desde 140 km/h.El mimo con el que el C-Max trata a su conductor se extiende a los ocupantes de las plazas posteriores, que contarán con bandejas para colocar la bebida, varios huecos en los que se pueden depositar diversos objetos y un amplio espacio (139 centímetros de anchura, 92 de altura y 66, como mínimo, para las piernas). Si sólo viajan dos personas en los asientos posteriores, unas sencillas palancas abatirán, desde el interior, el respaldo de la plaza central, convirtiendo ésta en una “mesa" con huecos para las latas de refresco y ofreciendo un acceso directo al amplio maletero.Hasta aquí, nada diferencia a la versión Sport del resto, pero sólo necesitaremos echar un vistazo a nuestro alrededor para descubrir los detalles que distinguen al vehículo de sus “hermanos". Mezclados con varias inserciones que imitan la madera, encontraremos apliques de aluminio. Éstos dotan al habitáculo de deportividad y le otorgan personalidad propia, ya que Ford ha preferido no recurrir a las soluciones empleadas normalmente por los fabricantes para resaltar el dinamismo de un modelo. Así, no veremos los tradicionales relojes con un fondo blanco que facilita su lectura (aunque ésta es igualmente sencilla). A cambio, sí tendremos unos asientos con los laterales más pronunciados que en el resto de la gama. Sujetan el cuerpo con firmeza y permitirán que no acusemos el cansancio en los viajes largos.Con este tipo de banqueta se configura un puesto de conducción que se adapta a cualquier talla: los más altos aún cuentan con una altura al techo suficiente para no sentirse agobiados y los “bajitos" pueden subir el asiento y dominar a la perfección la carretera. Una visibilidad más que correcta desde cualquier ángulo (destacan los enormes espejos retrovisores) completa el conjunto.El equipamiento tampoco decepciona. El C-Max Sport toma como base el acabado Ghia, el más completo de la gama, por lo que no es de extrañar que en su dotación de serie no falte casi nada: cuenta con regulación eléctrica de los asientos, climatizador, airbags de conductor y acompañante, de cortina delanteros y traseros, laterales, mandos de la radio en el volante… Todo por 23.790 euros, un precio muy competitivo –como verás si pinchas en nuestra pestaña de “Rivales"- en relación con sus contrincantes.