Escenario uno: vives en cualquier gran ciudad o pequeño pueblo, quieres o necesitas un coche eléctrico para desplazarte exclusivamente por ella o alrededores y tienes un punto de carga en tu casa o garaje para poder ser completamente autónomo, ¿qué tal un Dacia Spring? Es un coche caro para lo que ofrece si no puedes acogerte al Plan Moves III con achatarramiento —7.000 euros de bonificación a particulares—, pero entre los urbanos eléctricos resulta el más interesante de todos.
Escenario dos: resides fuera de la ciudad pero accedes a ella a diario y, bien en origen o bien en destino, tienes un punto donde gestionar la carga, ¿tiene el Dacia Spring autonomía suficiente para este uso? Sí, de hecho, más que ningún otro coche eléctrico que cueste menos de 29.000 euros (el precio del MG ZS EV, el eléctrico más barato que supera la autonomía del Spring, y no por mucho: 263 km teóricos frente a los 240 km del primer eléctrico de Dacia).
Escenario 3: cualquiera diferente a los dos anteriores, ¿me interesa un coche como el Dacia Spring? Casi con total seguridad, no, menos aún si tienes la más mínima intención de que sea tu coche para todo. Vamos a los detalles.

El Dacia Spring, mejor fuera de la carretera
El Dacia Spring no es un coche exclusivamente urbano por su tamaño o poca potencia, sino porque no es el coche más seguro para desplazarte fuera de ella por diferentes razones: no tiene un mínimo de reserva de fuerza en carretera, la impresión de inseguridad es directamente proporcional a la velocidad a la que pretendas ir y su batería es carne de cañón si circulas deprisa, afectando no sólo a la autonomía —obvio—, sino también al rendimiento global del coche, probablemente por puntual sobrecalentamiento si circulamos con el pie en la tabla —alcanzarás unos 120 km/h reales si la condiciones son favorables— durante cierto tiempo.
¿BUSCAS COCHE? AHORRA 1.384 € DE MEDIA COMPRANDO AQUÍ CUALQUIER DACIA
De hecho, el Dacia Spring no es un buen coche urbano porque gaste poco en ciudad, que no es el caso, sino porque es muy manejable y ágil dentro de esta rigurosa utilización. A diferencia de lo que afirma la propia marca, su consumo no es tanto más ventajoso cuanto más congestionado sea el tráfico, al menos según lo que hemos podido verificar nosotros.
PRESTACIONES | Dacia Spring |
Aceleración 0-100 km/h | 18,56 s |
Aceleración 0-1.000 m | 40,3 s |
Aceleración 0-400 m | 20,59 s |
Aceleración 0-120 km/h | N.D. |
Frenada 100-0 km/h | 40,0 m |
Frenada 50-0 km/h | 9,77 m |
Dacia Spring: lo que gasta
En condiciones de puro centro urbano hemos obtenido cifras de consumo entre 17 y 18 kWh /100 km en condiciones de circulación muy lenta, callejeando, con continuas paradas de semáforo a semáforo y una velocidad media final inferior a 20 km/h, es decir, muy lento. Además de unas cifras de consumo que me parecen algo elevadas, en ese tipo de uso más que en ningún otro echo en falta una mayor capacidad de frenada regenerativa para poder conducir en modo “one single pedal” y poder desentendernos casi por completo del freno.

A cambio, la respuesta mecánica me ha resultado sorprendente por lo vivaz que resultan sus aceleraciones desde parado y — hasta 50 km/h —siempre con un punto dubitativo en el momento de ponerse en movimiento, e incluso, ya una vez en movimiento y aprovechando debidamente la inercia, por lo fácil que resulta moverse entre 50 y 90 km/h.
Salimos del interior de la ciudad con registros en el ordenador de 16,2 kWh/100 km, con mucho aún por demostrar si pretende convertirse en el rey indiscutible de los vehículos urbanos propulsados por electricidad, algo que empiezas a corroborar en el momento que el tráfico de la ciudad cambia por completo y puedes rodar a velocidades urbanas pero sin tanta parada.
CONSUMOS | Dacia Spring |
Urbano | 16,2 kWh/100 km |
Carretera | 10,9 kWh/100 km |
Consumo medio | 13,0 kWh/100 km |
Autonomía media | 210 km |
Dacia Spring: en su zona de confort
Su especialidad es rodear la ciudad, mucho más que circular dentro de ella. El Spring tiene un modo ECO que limita la potencia alrededor de un 10%, pero da la sensación de que afecta a la respuesta del motor en un porcentaje mayor. Yo particularmente sólo lo usaría como “modo emergencia” si tenemos que llegar a destino y vamos muy justos de baterías, porque creo que es hasta inseguro conducir con tan poca reserva de fuerza, aunque para una eventual emergencia sí dispones de función kick down.

Retomando los consumos, moverse por trazado tipo circunvalación como la M-30 madrileña, marcándonos un límite de 70 km/h y puntualmente 90 km/h de velocidad máxima, nos deja ver el verdadero potencial del Spring en cuanto a eficiencia. A sus 9 kWh/100 km si eres muy fino ya no llegan otros eléctricos, ni siquiera a los 11 kWh/100 si eres algo más descuidado. Es el consumo que hemos validado para carretera, “su carretera” —un recorrido, por tanto, diferente al que realizamos con otros eléctricos de autonomía mayor o prestaciones superiores—, el que aparece publicado en la ficha de prestaciones, así que si sabes leer entre líneas, entendemos que el Spring es un coche puramente urbano, con un más que considerable radio de acción medio superior a 200 km.
Para que tengas otra referencia, el Dacia Spring ha sido compañero de viaje en el día a día en trayectos desde mi residencia, a algo menos de 30 kilómetros de la ciudad, hasta el centro de ciudad, un trayecto que bien podríamos considerar de carretera si no fuera porque hemos renunciado a velocidad cambio de seguridad y autonomía. En estas condiciones, guardándonos siempre una reserva de potencia, el Spring ha consumido algo más de 15 kWh/100 km.
Dacia Spring: compromisos
Lo que sí tienes que saber es que no puedes depender de cargadores públicos por dos razones, salvo que te sobre tiempo: el cargador embarcado es de corriente alterna y sólo admite 7 kW de potencia de carga —4 horas conectado—, mientras que el de corriente continua es opcional —600 euros— para poder cargar a 30 kW, lo cual diluye las ventajas en coste de uso del Spring y, si sigues las recomendaciones para preservar la batería de un coche eléctrico, también renuncias al último 20% de carga, reduciendo la autonomía.
Dicho de otro modo, si no puedes gestionar la carga en tu propio domicilio o puesto de trabajo, no te metas en líos, algo que es extensible a cualquier otro coche eléctrico con sus posibilidades.

Aunque el Spring es un coche barato y aunque seguro que has intuido que su punto fuerte no es su comportamiento dinámico, en realidad es un vehículo muy agradable de conducir... a sus ritmos. Balancea mucho, la dirección no transmite gran cosas, el ABS es muy sensible cuando el asfalto no es bueno —las frenadas se alargan porque, básicamente, las ruedas despegan puntualmente del suelo o hacen muy poca presión sobre él cuando coges un bache— y sus reacciones no son todo lo predecibles que desearíamos.
Pero salvo torpeza o error de bulto, no es un coche que requiera una especial atención para conducirlo en ciudad. Su mayor déficit de seguridad fuera de ella es que no es un coche muy aplomado y hay que ir corrigiendo la dirección continuamente, incluso en recta. La suspensión, por su parte, trabaja asombrosamente bien en compresión y hacen que el coche sea bastante cómodo para circular incluso fuera del asfalto, por pistas que no estén demasiado rotas. El funcionamiento del ESP también me ha parecido encomiable para la sencillez técnica del coche.
ESPACIO | Dacia Spring |
Anchura delantera | 121 cm |
Anchura trasera | 136 cm |
Altura delantera | 96 cm |
Altura trasera | 92 cm |
Espacio piernas | 62 cm |
Maletero | 240 litros |
Conclusión: Dacia Spring, de la sencillez su virtud
Los acabados y la presencia general del coche están muy por encima de lo que podrías esperar, e incluso la habitabilidad es óptima para cuatro pasajeros, y todo cuanto en otro coche puede ser una crítica, aquí llega a ser perdonable, como la ausencia de regulación de volante o lo poco aislado que está el interior, aunque por su carácter eléctrico la experiencia de uso es bastante más satisfactoria que otros coches de combustión muy básicos. Y es que, una vez más, Dacia ha logrado hacer de la sencillez una virtud.