A estas alturas nadie duda de que el Citroën Berlingo es una realidad polivalente, versátil, que responde como pocos a aquel eslogan de «para la faena y el paseíllo» de 1996 con que se dio a conocer. En este tiempo no solo se han superado los tres millones de unidades producidas, sino que en esta tercera generación se ha afianzado en su doble propuesta lúdico/profesional ofreciendo posibilidades de elección de tamaño y motorizaciones, incluida una variante eléctrica de la que se han ensamblado más de 15.000 unidades en Vigo. Además, la posibilidad de homologarlo como vehículo Mixto Adaptable que permitiría a los propietarios beneficiarse de ventajas impositivas que en el caso del IVA podrían llegar al 21%.
Como aquel día ya lejano, hace casi tres décadas, la planta de Stellantis en Vigo es el centro de producción del Citroën Berlingo. Y lo hace en la actualidad con dos variantes de carrocería. La M, con una longitud de 4,4 m, con un maletero de 597 y válido para cinco pasajeros; dos menos que los Berlingo XL, con siete plazas, asientos individuales en la segunda fila, una carrocería de 4,75 m y un maletero abrumador: 850 litros nada menos.

Los motores del Citroën Berlingo
Que nadie se engañe. En Citroën, y en Stellantis, apuestan por la electrificación en turismos y comerciales, donde ocupan un papel de privilegio. Pese a lo cual las propuestas de motor térmico siguen siendo las que ocupan la mayor parte de las ventas dada la independencia y plus de versatilidad que aportan respecto de las versiones eléctricas. En el caso del Citroën Berlingo se corresponden con la interpretación más sencilla de Stellantis, con la batería de 50 kWh de capacidad y motor de 100 kW, si bien no se descarta sino más bien se aplaza la incorporación de las últimas propuestas como el motor de 115 kW o la batería de 50 kWh de capacidad útil. Tiempo al tiempo, y el actual es el de un vehículo con 280 km de autonomía suficientes para reparto de última milla aunque quizá no tanto para cuadrillas de trabajo.
Éstos posiblemente vean con buenos ojos la opción térmica, con el PureTech de 1,2 l en versión de 110 CV y las BlueHDi 1.5 de 100 y 131 CV, ésta última que añade la opción del cambio automático EAT8 de convertidor de par y ocho relaciones como complemento a las de cambio manual y seis relaciones.

Las diferentes homologaciones del Citroën Berlingo
Las dos opciones clásicas M1 y N1 o, dicho de otro modo, las de pasajeros e industriales se ven acompañadas en el caso de este Citroën Berlingo de motores térmicos de una adicional con clasificación 3100 que, a partir de una N1 permitiría una nueva realidad, ventajosa especialmente para profesionales y autónomos que podrían beneficiarse de la desgravación de hasta la totalidad del IVA.
A efectos prácticos un 21% de reducción en el precio que, sin embargo, supone también una limitación más restrictiva en cuanto a límites legales de velocidad —100 km/h en autopista y autovía, por ejemplo— y la necesidad de someterse a inspecciones de ITV de manera prematura respecto de un turismo. Esto es: cada dos años hasta los seis, anualmente entre los seis y los diez y posteriormente de manera semestral. La parte buena, la desgravación de hasta el 21% y que a los cuatro años de la fecha de matriculación podría re clasificarse como turismo M1 si el fabricante lo hubiese consignado en la ficha técnica.