Si pensamos fríamente en la utilidad que le damos al coche, olvidándonos de toda la pasión que genera, un gran porcentaje de nosotros concluirá que el automóvil lo usamos primordialmente para desplazamientos urbanos y de corto recorrido. Y para éstos, el Matiz se convierte en una opción muy a tener en cuenta.Es un coche básico, no tenemos que perder esa perspectiva, pero cumplidor. Ahora, seis años después del lanzamiento del Matiz, Chevrolet se dispone a comercializar la segunda generación de este modelo, que tuvimos la oportunidad de conducir por las inmediaciones de Perugia, en la zona central de Italia.Este nuevo Matiz ha mejorado bastante respecto a su antecesor, tanto en materias tangibles como en aspectos que no son visibles a primera vista. Lo primero que cambia es el diseño, aunque no se trata de modificaciones radicales. Excepto por un par de aspectos puntuales, el nuevo y el “viejo" Matiz son muy similares. Las principales variaciones se encuentran en los grupos ópticos, tanto delanteros como traseros, y en una línea de cintura lateral más marcada. En la parte frontal, los faros abandonan su forma circular y acogen un diseño tipo lágrima con los intermitentes integrados. Atrás, pasa todo lo contrario, pues se retoman los faros redondeados, que confieren al pequeño utilitario un toque simpático y juvenil. Pero los cambios no quedan aquí, pues, aunque se mantienen la longitud total (3,49 metros), el chasis ha cambiado y la batalla se ha incrementado 5 mm hasta los 2.345 mm. En este nuevo bastidor, según afirma Chevrolet, se han usado aceros de alta resistencia con los que se ha mejorado la estabilidad y se ha reducido el peso de este elemento (13 kg menos). La suspensión trasera se ha modificado completamente y se ha optado por sustituir el anterior eje rígido por una barra de torsión, algo que hace que el comportamiento dinámico del utilitario sea más preciso en zonas viradas. Gracias a una batalla más larga, el Matiz ha ganado en habitabilidad interior y en capacidad de maletero. A la espera de las mediciones que realice nuestro Centro Técnico cuando sometamos al utilitario de Chevrolet a una prueba a fondo, la sensación es de mayor espacio, tanto en las plazas delanteras como traseras. La posición del conductor es más desahogada en esta nueva generación, aunque las personas que superen el 1,90 m no conducirán demasiado a gusto, no tanto por altura como por espacio para las piernas. Detrás, el Matiz está homologado para tres pasajeros, pero la realidad y la lógica indican que lo adecuado es sólo transportar a dos. El maletero, del que podemos comparar los datos de capacidad, crece porcentualmente de forma notable (un 25 por ciento) y pasa de cubicar 104 litros en la anterior generación a 170, lo que en la vida real es un par de maletas, poco más. La modularidad que otorgan los asientos abatibles hace que la capacidad de carga se aumente hasta los 845 litros.
Chevrolet Matiz
La segunda generación del Matiz mejora en habitabilidad, acabados y comportamiento y mantiene las virtudes de su antecesor: tamaño reducido y diseño simpático.
