Más de 15 horas de viaje, 2 vuelos y 15.000 km. Hacía tiempo que ni nosotros, ni sobre todo Audi, iba tan lejos en todos los sentidos. Pero la aventura merecía la pena. Cochazos hay muchos y rivales de este nuevo espectacular SUV, también: desde un BMW X6 a un Mercedes GLE Coupé, no poco impresionantes. Pero este Audi Q8, que llega al mercado ya en julio desde un precio de aproximadamente 85.000 euros, es sobrenatural: una nave nodriza que se planta como nuevo buque insignia de la marca. Así nos lo pareció cuando por primera vez lo vimos en directo, confirmando ese primer apunte de revolución que Audi promete en sus nuevas creaciones; y así lo hemos sentido hoy cuando, ya sí, hemos podido probarlo en los terrenos más extremos. ¿Dónde? En el desierto más árido del planeta.
Atacama, en Chile, es así un destino ideal para medir las cualidades de un SUV que, a priori, lo tiene todo desde su desarrollo. Con 4,99 metros de longitud y 1,71 de alto, el Q8 es ligeramente más corto y bajo que el Audi Q7 del que deriva (éste 5,05 m de largo y 1,74 de alto), pero cuenta con su misma batalla (3 metros) y es hasta 3 cm más ancho (2 metros totales el Q8). Dejando así pequeño incluso a un BMW X6, su deportiva silueta coupé –la imagen más emocional que recordamos en un Audi, incluso con reminiscencias al mítico Quattro en su pilar C y en la franja trasera que une los pilotos- no oculta que estamos también, sí, en un vehículo familiar. Qué daño puede hacer al propio Q7.
Audi Q8: gran familiar
Subimos (porque aquí no hace falta saltar como en el Q7) al nuevo Audi Q8, que nos invita primero a sacudirnos la arena de los zapatos para no ensuciarlo. Muy exclusivo, con un ambiente de gran lujo donde no faltan ni los mejores materiales, ni grandes asientos siempre de cuero y ventilados, y con posibilidad de incluir función de masaje (qué bien sienta en las travesías por el desierto), cuesta creer que no estamos en una limusina. Su Virtual Cockpit, con una enorme pantalla de 12,3 pulgadas estrena ahora una tercera posible configuración digital deportiva para la instrumentación; mientras que la consola, como los nuevos A8 y A6, apuesta a la doble pantalla: la superior, de 10,1", para controlar la navegación y el sistema de info-entretenimiento; la inferior, de 8,6", para manejar las funciones de climatización, confort y entrada de texto. Exquisito y para estar conectado… hasta en el desierto: de serie llega con sistema MMI Navegación Plus, con el estándar LTE Advanced para la transmisión de datos y punto Wi-Fi.
Pero miramos atrás, donde por empaque parece querer llevarte este nuevo Audi Q8. Sólo con 5 plazas (olvídate de las 7 reservadas para el Q7), hay espacio de berlina de representación… pero mucho más ancha, aunque el elevado túnel de transmisión condiciona algo el acomodo de la plaza central. El acceso es muy bueno (gran ángulo de apertura de puertas) y la fila trasera, que llega de serie con tres respaldos individuales, ofrece también 10 centímetros de desplazamiento longitudinal para ganar, si quieres, aún más maletero. Éste, con portón eléctrico de serie –e incluso con control gestual en opción- ofrece capacidad para unos siempre mínimos 605 litros, que pueden ampliarse a 1.755 si abatimos asientos. Enorme, no es un Q7… pero casi, casi.
Audi Q8: gran deportivo, gran berlina
Pero arranquemos ya el Audi Q8, que para eso hemos viajado tanto. Todavía impresionados por su espacio y ambiente, pisamos el acelerador e intentamos llegar a comprender a este devorador de masas. Y es que, en marcha y a pesar de su aspecto deportivo, ni sus más de 2,2 toneladas de peso en movimiento (hasta 75 kg más de media que un Q7), ni su área frontal de 2,84 m2, ni su Cx de 0,34 (incluso peor aerodinámica también que la del gigante Q7), hacen presagiar su comportamiento. Porque, a bordo del Audi Q8, la envergadura se esfuma.
Ayudado por su altísima tecnología, las sensaciones de conducción parecen de un coche mucho más pequeño, casi de berlina. Ágil y directo de reacciones, su nueva dirección progresiva, de asistencia variable, ofrece muy buen tacto, mientras que sus sofisticadas suspensiones de paralelogramo deformable en ambos trenes, con amortiguación pilotada con regulación de dureza, garantizan una gran respuesta. Vuela bajo este fantástico Q8, hasta aquí de serie.
Pero suma… y el Q8 sigue. Porque es con sus sistemas de 4 ruedas directrices y suspensión neumática adaptativa, ambos opcionales, cuando este SUV casi se vuelve ya un compacto. El eje trasero direccional puede girar hasta 5 grados de ángulo en sentido contrario a las ruedas delanteras a baja velocidad, para acortar su radio de giro y moverse con gran soltura entre calles (bueno, aquí, entre pistas); o hacerlo a alta velocidad hasta un máximo de 1,5 grados en el mismo sentido para darle aún más estabilidad… Y la necesitamos.
Porque Atacama esconde otro secreto: su proximidad a los Andes. Hasta allí, a carreteras de montaña de más de 4.500 metros, rodeadas de volcanes y cumbres con nieve permanente, nos lleva una ruta para el recuerdo, muy próxima ya a la frontera con Bolivia. Mal de altura desde luego no padece este Q8, muy preciso siempre de guiado, muy poco aparatoso en sus movimientos y con pocas inercias incluso forzando los apoyos en nuestra escalada a unas cumbres sólo habitadas por familias de llamas. BMW X6, tocado.
Pero si sorprendente es sentir cómo avanza y gira este Q8, no menos impresionante es la comodidad que transmite su suspensión neumática (con modos confort o deportivo), cuando ya regresamos a Atacama atravesando sus infinitos valles de desierto: filtrando y absorbiendo de manera ejemplar las pocas carreteras pavimentadas, y más aún las que no, nuevamente sería casi de berlina de representación… si no fuera porque, aunque poco, algo penaliza ante un A8 o un A7 sus monstruosos neumáticos. De serie con 19", puede montar hasta 22 pulgadas en medidas 285/40. Donde ningún Audi ha llegado: todas hasta 20 mm más grandes que las del actual Q7… y hasta superiores a las de aquel mastodóntico Q7 V12 TDI que todavía recordamos.
Audi Q8: un gran todoterreno
Rápido (cuando tiene que serlo) y muy cómodo (cuando decides que lo sea), estamos en uno de los grandes desiertos del planeta y en un SUV, así que… ¿responderá off road? Turno para demostraciones y para recorrer el Valle de la Muerte: sí, mejor no preguntar por qué se llama así. Siempre con tracción total de serie, su diferencial central mecánico reparte su fuerza de inicio en proporción 40:60, aunque resulta muy eficaz enviando luego la mayor parte al eje que lo necesite, pudiendo pasar hasta un 70% a las ruedas delanteras y un 85% a las traseras. Si por los Andes y en montaña nos había sorprendido ya su excelente tracción, sin percibir siquiera pérdidas de adherencia al pisar la nieve con sus enormes gomas, aquí la electrónica trabaja y de qué manera para sacarlo de cualquier aprieto. Con su sistema Drive Select puedes, además, no sólo elegir 7 modos de funcionamiento (incluido uno específico off road), sino también variar la altura de carrocería.
Con sus muelles de acero, el Q8 de serie ya alcanza los 22 cm de altura libre (ya los quisiera hasta un Jeep Wrangler); pero con “nuestra" suspensión neumática, que permite entonces un recorrido de hasta 9 cm para pegarlo más al suelo o dejarlo ya a nada menos que 25,4 cm, es casi imparable. Súmale el asistente HDC, que mantiene la velocidad hasta 30 km/h en descensos de más del 6% de desnivel, y estarás en un Q8 mucho más versátil de lo que hubieras imaginado por su deportiva apariencia.
Audi Q8: sólo un Diesel… de inicio
No hemos hablado hasta ahora de motores, pero es que poco importa: con cualquiera de los que ofrecerá, el Audi Q8 va sobrado. Siempre ya con la nueva tecnología mild-hybrid de 48V (que le permitirá disponer siempre de distintivo ECO), cuenta así de serie con una batería de iones de litio de 0,48 kWh de capacidad bajo el piso del maletero y un alternador BAS que puede recuperar hasta 12 kW. Este sistema micro-híbrido le permite rodar con electricidad entre 55 y 160 km/h, en modo inercia y con el motor apagado: ideal para las inmensas llanuras y rectas interminables del Valle de la Luna. Además, su Start/Stop se activa ya desde 22 km/h, contribuyendo a reducir sus consumos al menos en 0,7 l/100 km… y nunca está de más con semejante gigante.
La gama de este nuevo SUV arranca en Europa, de inicio, con una única versión Q8 50 TDI. Dispone así de un motor Diesel de 3,0 litros, 286 CV y un gran par máximo de 600 Nm, que junto al cambio Tiptronic de 8 velocidades garantiza muy buenas prestaciones: acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 245 km/h. Suave, correcto desde bajo régimen a pesar de su exceso de kilos (las ruedas y la tecnología mild-hybrid pasan aquí factura ante el Q7) y con muy buena estirada (aunque sin ocultar su sonido Diesel en ciertas aceleraciones), sin duda es un complemento perfecto para su polivalencia de uso. No se ha comunicado todavía su consumo oficial homologado, pero no será excesivo: en nuestras rutas de pruebas, muy exigentes y a ritmos rápidos, se fijó en 12 l/100 km. No está mal para su tamaño.
Ya para 2019, dos versiones más se añadirán primero a la gama: un más pequeño Diesel Q8 45 TDI, con motor 3.0 de 231 CV; y un Q8 55 TFSI de gasolina con motor 3.0 de 340 CV, que también hemos podido probar y que ofrece un gran empuje… pero bastante más gasto. Todos también con cambio automático Tiptronic de 8 velocidades. La joya de la corona será el lanzamiento del siguiente S (o RS) Q8, probablemente con motor V8 biturbo de más de 650 CV y que ya se ha visto rodar en última fase de pruebas. Y por supuesto llegarán también versiones híbridas enchufables.
Concluimos ya nuestra primera aventura con el Audi Q8 recordando que, en seguridad, acabaríamos antes si decimos qué no equipa. Porque puede llevar absolutamente de todo. Con 5 radares, 6 cámaras, 12 sensores por ultrasonidos y un láser escáner, este nuevo SUV coupé ofrece, a través de 4 paquetes distintos, desde los más avanzados controles de crucero adaptativos con control longitudinal y lateral, hasta asistente predictivo de eficiencia, asistente de emergencia capaz de detener el coche a un lado de la carretera si el conductor está inactivo, asistente de cruce y de entorno, asistente de bordillos para proteger llantas, ayudas al aparcamiento con impulsos en frenos o dirección para evitar el choque incluso con columnas u otros objetos o asistente de tráiler para remolcar.
Y por supuesto, como no podía ser ya menos, en 2019 contará con la función remote garage pilot que, bajo supervisión del conductor, permitirá que el SUV entre y salga de forma autónoma de un garaje mediante la aplicación móvil myAudi. ¿Alguien da más? Ha llegado un nuevo icono del lujo.