La eterna rivalidad entre Audi y BMW se palpa en estos dos modelos que tienes delante. Es increíble cómo pueden llegar a ofrecerte lo mismo a través de su propio camino. En ambos respirarás deportividad por los cuatro costados, encontrarás calidad tanto visual como de funcionamiento y toda la tecnología que seas capaz de afrontar económicamente. Puede que al final te decidas por un A3 o un Serie 1 más lógicos en cuanto a potencia o precio, pero te aseguro que ninguno será tan bueno como cualquiera de las dos versiones Diesel que acabo de probar. Por el lado de Audi tenemos a su A3 Sportback, equipado hasta arriba de extras y animado por el motor 2.0 TDI en versión de 184 CV, cambio S-Tronic y el sistema de tracción total quattro. En el lado de BMW, su Serie 1 en versión de cinco puertas con pack M y motor 120d, también con 184 CV, en versión manual (porque no ofrece cambio automático), y el sistema de tracción total xDrive.
No es lo mismo
Técnicamente, tanto BMW como Audi ofrecen motores Diesel con, en principio, características similares: inyección directa, alimentación por raíl común, turbo de geometría variable y dos litros de cilindrada. Ofrecen la misma potencia pero Audi llega a ella a través de un motor de carrera más larga en busca de un par más inmediato, frente
al mayor diámetro y menor carrera del BMW, que disfruta de un mayor régimen utilizable. Los dos también son tracción total pero, de nuevo, no tienen nada que ver; el A3 quattro deriva de un tracción (añade un diferencial trasero Haldex que se conecta cuando es preciso) y el Serie 1 xDrive de un propulsión (saca un brazo de la transmisión para mover al tRen delantero), detalle que, como verás, se aprecia especialmente en conducción deportiva.
A pesar de ser Diesel, son un prodigio de suavidad. Tienen mucho par disponible desde pocas vueltas y eso les permite circular en marchas largas con agrado, sin tirones y con potencia suficiente. Así, y a pesar de arrastrar un pesado sistema de tracción total, gracias a los periféricos que les hacen más eficientes, como el Stop/Start (refinado en el Audi y muy brusco la hora de arrancar en el BMW), logran un nivel de consumo realmente bajo. Tienen 184 CV y te puedes mover con ellos rondando los 6 litros de media en el caso del Audi y los 5 litros en el del Serie 1. Este último dato es de quitarse el sombrero y más si analizas bien el nivel prestacional del 120d xDrive. Gracias a la tracción total ofrecen una elevada seguridad activa.
En seco te permitirán ir más rápido con mayor facilidad y en agua ofrecen un plus de tracción por encima del resto de compactos. Si acudes a ellos por cuestión de tener un compacto seguro, elige el que más te guste. Sin embargo si la deportividad es tu principal premisa, no lo dudes, el 120d xDrive. No es una cuestión de ir constantemente al ataque infringiendo normas, sino de apreciar más lo que ocurre en las ruedas, la dirección o las reacciones del coche ante tus órdenes. Para ir tranquilo cualquiera te vale, para ir rápido los dos te gustarán, para ir muy rápido ambos te sorprenderán, pero si quieres ir un poco más allá, desconectado ayudas, por ejemplo, la preponderancia del tren trasero sobre el delantero del xDrive te emocionará más que el, en estas condiciones, subvirador quattro.
Las unidades de pruebas iban equipadas hasta arriba, algo que lógicamente afecta al comportamiento. Del Audi no te recomiendo la combinación de la suspensión S-Line (más firme y 25 mm de altura) con las llantas de 18 pulgadas, ya que se vuelve demasiado seco. Si quieres algo de deportividad déjalo tal cual que va de cine; de serie con este motor ya lleva la suspensión deportiva (más firmeza y 15 mm menos de altura) y con unas llantas que permitan neumático con más perfil irás igual de rápido pero más cómodo. En BMW me parece bien el extra del paquete deportivo M, que incluye los neumáticos de distinta medida; es 3.274 € más caro y te costará más cambiar ruedas cuando te toque, pero hace de él un coche más bonito y eficaz.
Vamos adentro
Tener un coche de estos no supone sacrificar nada con respecto a sus versiones menos potentes, es más, añaden virtudes como la tracción total, que se traducen por un lado en seguridad y por el otro en diversión. El espacio es similar entre ellos, delante vas a ir con hueco de sobra en los dos. Detrás existen más diferencias; BMW ofrece mayor anchura y Audi más espacio longitudinal. Con todo, la anchura del A3 y el espacio para piernas del BMW son buenos. El maletero es mejor el del Sportback, que tiene una orientación más familiar. Ofrece 25 litros más de capacidad; no son muchos, si bien si decides quitar bandejas podrás cargar más el A3 que el Serie 1. Hay calidad en los dos.
Tendrás que ser tú quien decida cuál te parece más bonito, pero por ergonomía los dos cumplen. Personalmente me gustan más los asientos del Audi, teniendo en cuenta que eran opcionales, como los del BMW. Si te vuelves loco y empiezas a añadir todos los apetecibles extras que hay en sus respectivas listas, entrarás en precios de segmentos superiores. En el caso del Audi no tienes mucho que añadir, puesto que viene mejor equipado de serie, con poner los sensores de aparcamiento, el control de crucero, unas llantas bonitas y una buena alarma tendrás de sobra. En el BMW, además de todo lo dicho para el A3, tendrías que meter unos asientos deportivos, el sensor de lluvia y luces y el bluetooth para ir más o menos igual de equipado que el Audi, por lo que al final sale más caro a igualdad de equipamiento.