Un motor, dos coches, el propulsor Diesel 1.5 dCi de 100 CV incorporado en el Renault Kadjar y en el Renault Captur. ¿Burro grande, ande o no ande? Esta intemporal sentencia se pone en valor hoy en día más que nunca, con las cada vez más drásticas limitaciones impuestas al automóvil. Con el motor Renault 1.5 dCi de 110 CV tenemos esta oportunidad de confirmarla.
Hemos reunido a dos interesantes coches, el Renault Kadjar y el Renault Captur. La psicología juega un papel muy importante en esta confrontación, pues mientras el dueño del Renault Captur comenta orgulloso que su coche tiene 110 CV, el del Renault Kadjar trata de no tener que mencionarlo, no vaya ser que alguno de sus contertulios deje escapar una sonrisa malévola. Y, sin embargo, las cifras demuestran que, puestos uno al lado del otro, las diferencias tampoco son tan sustanciales. De entrada, hay que mencionar que el motor del Renault Kadjar da un rendimiento un poco superior: 0,5 mkg más a un régimen 110 rpm más bajo, mientras que la potencia máxima es 1,8 CV más alta a 20 rpm menos. Nada que no pueda aceptarse por la ley de la dispersión en la manufactura de un propulsor... y la medición de un banco de potencia.
Renault Kadjar y Renault Captur, hablemos de peso
Otro factor importante a la hora de extraer dinamismo de un vehículo es su peso. Si ponemos al lado un Renault Captur y un Renault Kadjar, todo el mundo percibe que éste es, claramente, más voluminoso. Pero, subidos a una báscula —o a cuatro, una debajo de cada rueda, como las nuestras—, resulta que sólo hay 90 kilogramos de diferencia, incluidos los, más o menos, siete de diferencia que se esconden en el combustible, pues el Centro Técnico de Autopista pesa los vehículos con el depósito lleno. Vamos, que el Renault Kadjar pesa lo mismo que un Renault Captur con una persona dentro. Así pasa, en aceleración pura, la diferencia en las pruebas desde parado hasta 100 km/h (10,78 segundos emplea el Renault Captur por los 11,38 segundos que tarda el Renault Kadjar) o en la aceleración de 0 hasta 1.000 metros (32,72 segundos del Captur frente a los 33,26 segundos del Kadjar), se queda en medio segundo. Es en el mundo de la recuperación y el adelantamiento donde se encuentran diferencias más tangibles, y mayores cuanto más larga es la relación de cambio utilizada, sobre todo porque los desarrollos elegidos para el Renault Kadjar son más largos que en su hermano pequeño, curiosamente. En la vida diaria esto se traduce en que, si se inserta una marcha más baja en el Renault Kadjar, conseguirás mejores resultados que en el Renault Captur. Sí, es una trampa de cara a una comparación teórica, pero en la práctica sólo supone un mínimo esfuerzo y unas gotas más de gasóleo gastado.
Renault Kadjar 1.5 dCi y Renault Captur 1.5 dCi, consumos reales
Hablando de gotas, vamos al consumo. En estos momentos de tribulaciones acerca de las tretas e irrealidad de las emisiones, el motor Diesel 1.5 dCi 110 CV de Renault es todo un ejemplo de austeridad en el gasto. Y, para refrendarlo, vamos a poner algunos ejemplos que no solemos reflejar en las habituales cifras de consumo del Centro Técnico de Autopista. Así, el consumo registrado durante las pruebas de prestaciones, donde el acelerador está pisado a fondo todo el tiempo, nuestros dos protagonistas, el Renault Captur y el Renault Kadjar, no superaron por mucho los 10 l/100 km. No os asustéis, recordad que el acelerador está pisado a fondo sin compasión. En un uso moderado, fuera de nuestros ciclos fijos de obtención de resultados, estos dos modelos pueden dejar la cifra de gasto en el entorno de 5 l/100 km, décimas arriba o abajo, según la proporción de uso urbano que se realice. Y, en particular, en un coche del tamaño del Renault Kadjar no es algo que se disfrute muy a menudo entre sus rivales.
Renault Kadjar 1.5 dCi y Renault Captur 1.5 dCi: su espacio
Si, hasta ahora, las diferencias encontradas no iban más allá de unas décimas de esto o de lo otro, al analizar otras variables, los resultados son más diferenciales. Hablando de centímetros (o de espacio disponible en el interior), el Renault Kadjar no puede sino disfrutar de una ventaja clara, importante, sobre todo, en las plazas traseras, donde la anchura de la plataforma del Renault Clio —sobre la que está basado el Renault Captur— es una limitación para los modelos que se deriven de ella. Y éste no es una excepción. Lograr acomodar a tres adultos sobre la banqueta posterior es un mérito indiscutible, mientras en su hermano mayor se consigue de manera más sencilla. Sin embargo, el Renault Captur dispone de una con deslizamiento longitudinal, que permite disfrutar del mismo espacio para las piernas de los pasajeros traseros. Y, en caso de no utilizar dichas plazas, se puede deslizar hacia adelante, consiguiendo un volumen de maletero superior al del Renault Kadjar, nada malo, por cierto.
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Una vez visto que el habitáculo del Renault Captur utiliza ideas que pueden alzarlo, casi, al nivel de practicidad del Renault Kadjar, llegamos a un análisis donde la subjetividad toma presencia. Nos referimos a la presentación interior de ambos, los dos en nivel de acabado Zen. Y, ahí, le damos un voto de confianza al Renault Captur, cuyos materiales, colores y ajustes nos han parecido un punto superior a los de su compañero de viaje. Bien es cierto que, aunque, repetimos, ambos son versión Zen, el análisis del significado de esta palabra, en ambos modelos, es bien distinto. El Renault Kadjar disfruta de un amplio número de elementos de equipamiento que no sólo no están disponibles de serie en el Renault Captur, sino que tampoco los tiene elegibles en opción.
En cuanto a dinamismo, y dejando aparte sus similitudes en las prestaciones, el Renault Captur, en esta versión, es un vehículo más dinámico, con respuestasmás rápidas a los mandatos de la dirección, mientras que el Renault Kadjar se inclina hacia una oferta más acentuada por el confort, con mayor balanceo de la carrocería en las curvas y proclive a una conducción más tranquila.