Lo que M es para BMW o lo que es AMG para Mercedes. Así podemos definir lo que significa SVO para Land Rover, el especialista deportivo y de lujo. Su primer proyecto ya lo hemos podido conducir, el Range Rover Sport SVR, el Range más poderoso de todos los tiempos.
En campo
Estos británicos están locos: primero conducen el Range Rover Sport SVR en Nürburgring en 8 minutos y 14 segundos (récord mundial para un SUV de serie) y ahora con el mismo 2,4 toneladas, nos llevan a un idílico bosque en Gloucestershire (al oeste del Reino Unido). Circulamos a través de barro y riachuelos, sobre piedras y gravilla, pero no con los neumáticos de serie sobre llantas de 21 pulgadas, sino con unos 295/40 R en llantas de 22 pulgadas de altas prestaciones con un código de velocidad incrementado hasta los 260 km/h.
El resultado es que ante un pequeño toque en el acelerador, este Range Rover Sport SVR se sacude y empieza a esparcir barro y agua como una tormenta. Es verídico y tú puedes ser espectador de este fenómeno si es que tu SVR viene con sistema de cámaras con vista de pájaro (un extra valorado en 910 euros).
El Range Rover Sport SVR cuenta con tracción total permanente a las cuatro ruedas más una caja transfer de dos velocidades y reductora. Gracias a la suspensión neumática, además, puede incrementar su distancia al suelo de los 200 a los 265 mm, lo que le permite aumentar sus capacidades todo terreno y vadear ríos de hasta 850 mm de profundidad. Eso sí, los aditamentos estéticos de toque rácing, como los faldones delanteros y traseros, le impiden obtener mejores ángulos de ataque. El peso tampoco juega a su favor, y es que estamos hablando de en torno a 3.000 kg con pasajeros y algo de carga.
550 CV
No obstante, es mucho dinero -a partir de 144.000 euros- para un potencial comprador que apenas hará conducción 'off road' con él. La gran diferencia con el resto de la gama la encontramos en el V8 de 550 CV y un par máximo de 69,3 mkg. Este motor, hasta ahora sólo disponible en los Jaguar más deportivos, es capaz de alcanzar los 100 km/h en 4,7 segundos y su velocidad máxima está en los 260 km/h, con un consumo mixto de 12,8 litros cada 100 km. La transferencia de potencia se hace a través de una caja automática de 8 velocidades ZF con levas en el volante y con una velocidad de cambio reducida. Es curioso el hecho de que en el modo Dynamic no se engrana necesariamente una marcha superior al alcanzar el par máximo, lo que hace que el coche esté, de forma permanente, en estado de alerta, por así decirlo.
Llama la atención también un botón en la consola central para abrir las válvulas del sistema de cuatro tubos de escape y generar un sonido de carreras atronador. Si circulas en 'modo normal', serás capaz de pasar de manera más o menos inadvertida, en cuanto al sonido, porque estéticamente ya es otra cosa. Las desmesuradas tomas de aire en el frontal y en los laterales, la llamativa parrilla delantera, el gran spoiler de techo y las llantas de 22 pulgadas dejan claro que no estamos ante un Range Rover Sport 'del montón'.
Dentro, hay una perfecta combinación entre estilo y funcionalidad, con asientos eléctricos realizados en cuero de Windsor y elementos en aluminio y carbono y el omnipresente logo SVR.
La exclusividad se paga y ponerse al volante de este misil con cuatro ruedas motrices es sólo apto para bolsillos desahogados, que pagarán más de 40.000 euros extras frente al Diesel de 306 CV del Range Rover Sport Autobiography Dynamic, por poner un ejemplo. La ecuación es clara, con un precio de 144.000 euros te puedes comprar 3 coches de 48.000 euros, pero también tienes que tener en cuenta que en este Range Rover Sport SVR tienes tres coches en uno: un familiar espacioso para todos los días, un talentoso 4x4 y hasta un deportivo de los que hay pocos.