A pesar de que el cambio de tendencia en cuanto a preferencias en el combustible pudiera hacer pensar lo contrario, el mundo SUV sigue siendo territorio diésel, al menos en España. De ahí la importancia para Mitsubishi de que llegase el momento de poder ofrecer un producto que complementase al excelente 1.5 turbo de gasolina con una versión de menor consumo, que además utiliza un combustible que todavía hoy es significativamente más barato.
Los separan 3.750 euros de diferencia de precio a igualdad de equipamiento, y sería necesario superar los 142.000 km para amortizar la diferencia atendiendo el coste actual de ambos combustibles y el consumo medio conseguido en los recorridos de pruebas de Autopista. Aunque no hay que olvidar que buena parte del público que esté cuestionándose la compra de un turbodiésel no sólo lo hará pensando en términos de economía de uso, sino que también considerará valores como el mayor par motor, poder recorrer más kilómetros sin verse obligados a parar a repostar o su mayor adecuación para tirar de una caravana o remolque beneficiado por su mayor par motor.
Desarrollado cuando todavía Mitsubishi era una compañía independiente —actualmente está controlada por el Grupo Renault-Nissan—, el Eclipse Cross marca la línea del producto futuro de la marca, ya que con 4,40 metros de longitud resulta apenas unos centímetros más largo que el ASX, de lo que se deduce que en su próxima generación éste podría «encongerse» para enfrentarse de tú a tú con los SUV derivados de urbanos, dejando al Eclipse Cross como competidor de los más populares Nissan Qashqai, Peugeot 3008, Kia Sportage, etc.
Al tiempo, este Mitsubishi Eclipse Cross abre la puerta a hacer del Outlander un SUV más ambicioso con el que podría competir con Skoda Kodiaq, Seat Tarraco, Peugeot 5008, Nissan X-Trail o Hyundai Santa Fé, por citar algunos.
Mitsubishi Eclipse Cross 220 DI-D: un motor muy evolucionado
Pero, ¿qué hay de nuevo? Decir que el Mitsubishi Eclipse Cross utiliza el motor diésel que en su día montara el Outlander no es hacer justicia a la realidad. Cierto es que coincide en cuanto al bloque y planteamiento maestro, pero el trabajo realizado para adaptarlo a la exigente normativa anticontaminación europea ha sido ingente. Se ha traducido en una rebaja en cuanto a la relación de compresión, en la introducción de un sistema de parada y arranque para nada ingrato y la adopción del catalizador SCR.
PRESTACIONES | Mitsubishi Eclipse Cross 220 DI-D |
Acel. 0-100 km/h | 10,87 s |
Acel. 0-1000 metros | 32,69 s |
Adelantamiento 80-120 km/h | 8,63 s |
Sonoridad 120 km/h | 69,5 dB |
Frenada desde 140 km/h | 69,8 m |
Peso en báscula | 1.743 kg |
Lo que no ha cambiado de este 220 DI-D de 148 CV de potencia es un empuje más generoso que radical, especialmente a medio régimen, una respuesta al acelerador muy solvente, con unos consumos para nada exagerados, brillante incluso el de carretera, y una sonoridad que a baja velocidad llega al habitáculo con claridad antes de quedar ahogado por el choque del viento con la carrocería.
Esta versión del Mitsubishi Eclipse Cross se complementa exclusivamente con un agradable cambio automático de convertidor de par y ocho relaciones configurado para ofrecer un funcionamiento muy manual tanto por las posibilidades que plantean las grandes levas que hay tras el volante, como la permanencia en ese uso cada vez que damos una orden manual. Cierto es que no resulta tan inmediato como algunos doble embrague ni cuenta con el afinamiento deportivo que algunas marcas imprimen a sus cambios ni una gran capacidad de retención, pero resulta más que correcto tanto por velocidad de accionamiento como por escaso resbalamiento, y podríamos situarlo sin sonrojo por encima de la media por esa característica.
CONSUMOS | Mitsubishi Eclipse Cross 220 DI-D |
Consumo en ciudad | 7,2 l/100 km |
Consumo en carretera | 5,8 l/100 km |
Consumo medio | 6,3 l/100 km |
Mitsubishi Eclipse Cross 220 DI-D: carácter vivaz
Si bien el motor del Mitsubishi Eclipse Cross responde mejor a las exigencias de nuestros días, donde en un uso habitual y ante necesidades de aceleración progresivas su motor da, y bien, la talla, su chasis tiene, sin embargo, otro talante. No sólo se muestra enormemente preciso, sino que cuenta con una respuesta muy rápida al giro del volante, y las órdenes de acelerador y freno van a permitir aprovechar las transferencias de masas para influir en la conducción, con el beneplácito de una suspensión que tira a firme y transmite un tacto general muy sólido, y un control de estabilidad relativamente permisivo.
La tracción es a las cuatro ruedas, con el par motor repartido entre ambos ejes a través de un embrague multidisco y tres programas específicos —Auto, Snow y Gravel— que permiten afrontar con alguna garantía adicional situaciones específicas de mayor exigencia que el asfalto seco. Pero el rendimiento quedará condicionado por unos neumáticos prácticamente exclusivos de carretera —capaces de conseguir excelentes distancias de parada— y una altura libre al suelo correcta, de 183 mm, que lo sitúan simplemente en la media de la categoría.
ESPACIO | Mitsubishi Eclipse Cross 220 DI-D |
Anchura delantera | 143 cm |
Anchura trasera | 139 cm |
Altura delantera | 93-97 cm |
Altura trasera | 90 cm |
Espacio para piernas trasero | 56-76 cm |
Maletero | 395-570 litros |
Mitsubishi Eclipse Cross 220 DI-D: sin opción
Mitsubishi sólo considera una versión diésel, la mejor equipada. De ahí su cambio automático, su tracción integral y su precio, que roza los 36.000 euros una vez aplicado el descuento de marca, que le hacen ser muy exclusivo. No se echan en falta elementos como el equipo audio Rockforf Fosgate, los faros de doble led, la integración de la conectividad Android/Apple, los asientos traseros deslizantes, la radio digital, el sistema Head Up Display de proyección de información y un eficaz sistema de ayudas a la conducción —algo conservador el sistema de frenada de emergencia y sin control activo de mantenimiento d carril.