"Respeto a posibles alternativas, ¿cuáles me podéis recomendar? Me han dicho que pruebe con unos neumáticos de baja resistencia a la rodadura, con los que podré reducir los consumos. ¿Qué particularidades tienen estos neumáticos? ¿Merecen la pena?
Respuesta de nuestro experto técnico Luis Miguel Vitoria
El consumo de combustible de un coche se reparte básicamente entre su peso, la mecánica, la aerodinámica, los sistemas eléctricos y las ruedas. Y, aunque cueste creerlo, alrededor del 20 por ciento recae en los neumáticos. Por lo tanto, teóricamente, es un campo en el que se puede ahorrar mucho, aunque como veremos no tanto, pues éste siempre ha de guardar una buena relación entre seguridad —agarre— y consumo.
Al rodar, un neumático se deforma mientras disipa energía en forma de calor, lo que se conoce como resistencia a la rodadura. Así, el peso el neumático —que en el tren de rodaje es masa no suspendida—, su fricción y la profundidad de su banda de rodadura son determinantes en el gasto de combustible. A menor resistencia, se reducen consumos y emisiones, pero si no se genera suficiente calor también se pierde adherencia. Para poder conocer las características y prestaciones de cada neumático ahora podemos identificarlos con unas etiquetas similares a las que llevan desde hace tiempo los electrodomésticos y que además de la eficiencia, con letras que van desde la «A» a la «G», nos informan sobre su agarre y rumorosidad.
En casos extremos, prácticamente desde la mejor a la peor puntuación, Dunlop dice que se puede reducir en un 7,5 por ciento; lo que en la vida media del neumático (unos 35.000 km) puede suponer un ahorro de unos 300 euros para un coche con un consumo medio de 8 l/100 km. En tu caso la diferencia no va a ser tan grande, pues el Bridgestone Turanza de tu Toyota está catalogado con la «C», mientras que en Michelin puedes elegir el Primacy 3 —también con la C, pero con mucha mayor adherencia y menor rumorosidad— o el Energy Saver, con la «B», mejor agarre y un db menos de ruido. Según el fabricante galo estos neumáticos reducen el consumo aproximadamente en unos 0,2 l/100 km. La adherencia es buena, pero la del Primacy, lógicamente, es superior. Son datos interesantes, y nosotros siempre pensamos que cuanto mayor sea la adherencia mejor, pues redunda en una mayor seguridad, pero esto no sirve de nada si no llevamos siempre la presión correcta para cada situación. Y es que si queremos que los neumáticos nos duren el mayor tiempo posible, que el consumo sea el lógico y el agarre el correcto, deberemos revisarla una vez al mes y adecuarla cunado realicemos desplazamientos con el coche a plena carga.