El tabaco: una gran amenaza para el medio ambiente

Como cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra hoy, 31 de mayo, el Día Mundial sin Tabaco con un lema concreto que este año es: “El tabaco, una amenaza para nuestro medio ambiente”. Y es que su consumo tiene un fuerte impacto en éste.

La campaña del Día Mundial sin Tabaco tiene como objetivo sensibilizar a la población sobre el terrible impacto ambiental que tiene su cultivo, producción y distribución.
La campaña del Día Mundial sin Tabaco tiene como objetivo sensibilizar a la población sobre el terrible impacto ambiental que tiene su cultivo, producción y distribución.

El lema elegido para este año para celebrar el Día Mundial sin Tabaco puede parecer diferente a los habituales, porque no está directamente relacionado con los efectos (directos e indirectos) del consumo de tabaco, sino con las consecuencias perjudiciales que tiene su producción y que suelen ser muy desconocidas en general.

La campaña tiene por objetivo principal sensibilizar a la población sobre el terrible impacto ambiental que tiene el cultivo, la producción y la distribución de los 7,5 millones de toneladas métricas de hoja de tabaco que se siembran cada año, sin olvidar la mala o inexistente gestión de los múltiples residuos tóxicos que genera.

La producción de tabaco tiene un impacto directo sobre la deforestación, el empobrecimiento, la contaminación del agua, el cambio climático, la gestión de residuos y la explotación infantil en el trabajo

De hecho, la producción de tabaco tiene un impacto directo sobre la deforestación, el empobrecimiento y explotación de grupos socioeconómicos ya necesitados, la contaminación del agua, el cambio climático, la gestión de residuos y, aunque parezca mentira, la explotación infantil en el trabajo. A continuación, analizaremos el impacto del tabaco en estos ámbitos uno por uno.

Deforestación

Cada año, se destruyen unos 3,5-4,3 millones de hectáreas de tierra en 124 países para cultivar tabaco en ellas. Este cultivo favorece, lógicamente, la deforestación, al deteriorar el suelo y mermar el rendimiento de esas tierras, ya que dificulta el crecimiento posterior de otros cultivos o plantas.

El mayor impacto negativo del cultivo del tabaco recae en los países con menos recursos.
El mayor impacto negativo del cultivo del tabaco recae en los países con menos recursos. Foto: IStock.

Esto es especialmente preocupante para los países en vías de desarrollo, ya que son los que concentran la mayor producción de tabaco, lo que los hace depender en exceso de las multinacionales tabaqueras a medio y largo plazo. Esto significa que el mayor impacto negativo sobre el ecosistema recae en los países que cuentan con menos recursos y preparación para enfrentarse a este problema. En cambio, las ganancias multimillonarias que el tabaco genera se cobran en países ricos.

Un segundo impacto sobre la deforestación está en que las hojas de tabaco tienen que secarse o curarse para procesarse. Por ejemplo, en Tanzania cada año se dedican 4.134 hectáreas forestales nuevas al cultivo de tabaco, de éstas, 56 se utilizan como combustible para curar lo recogido. Se necesitan 11,4 millones de toneladas de madera en el mundo para el secado de las hojas de tabaco, aumentando la presión ambiental aún más y poniendo a la industria tabaquera como una de las principales responsables de la deforestación y el efecto invernadero del planeta.

Para elaborar 300 cigarrillos son imprescindibles ocho árboles, sin contar la parte necesaria para la fabricación del papel y las cajetillas

Para tener una idea más clara del impacto directo del tabaco en la deforestación solo hay que tener en cuenta que para elaborar 300 cigarrillos son imprescindibles ocho árboles, sin contar la parte necesaria para la fabricación del papel y las cajetillas.

Empobrecimiento

Como ya se ha comentado, el 90% de toda la producción de tabaco se encuentra en zonas en vías de desarrollo, países con rentas medianas o bajas que suelen valorar el cultivo de tabaco como una forma de generar dinero relativamente rápido, aunque no tienen en cuenta el impacto a largo plazo.

Pero, hay que recordar que el uso de pesticidas, fertilizantes y muchos otros productos químicos deja la tierra debilitada e impide el cambio a corto plazo a otros cultivos ecológicos y sostenibles, endeudando a los agricultores o facilitando su explotación por las multinacionales, al no tener alternativas fácilmente implementables.

Contaminación del agua

Muy relacionado con el punto anterior, se encuentra otro de los efectos tóxicos de la producción de tabaco: durante todo el periodo de cultivo se le añade al suelo fertilizantes, pesticidas y muchas otras sustancias tóxicas, sustancias que fácilmente llegan a los torrentes acuáticos envenenándolos.

Al tabaco, durante el cultuvo, se le añade fertilizante.
Al tabaco, durante el cultuvo, se le añade fertilizante. Foto: IStock.

Esto suele ser así porque la mayoría de plantaciones de tabaco se coloca muy cerca de los ríos para poder aprovechar el agua. Lo que hace que la principal fuente de consumo de agua humana o animal esté contaminada y siga consumiéndose.

La mayoría de trabajadores del tabaco se expone a todas estas sustancias tóxicas para la salud sin ningún tipo de protección eficaz

Además, la mayoría de trabajadores del tabaco se expone a todas estas sustancias tóxicas para la salud sin ningún tipo de protección eficaz.

Dióxido de carbono

El cálculo aproximado de los millones de toneladas anuales de dióxido de carbono que la industria tabaquera emite es de 84, siendo 225 mil las toneladas generadas directamente por el consumo de tabaco, nada desdeñable para acelerar o empeorar el cambio climático. Vendría a ser el equivalente a las emisiones producidas por 12 mil coches desplazándose unos 10 mil kilómetros cada uno.

El impacto de las colillas

Tirar al suelo una colilla es tirar un residuo tóxico capaz de contaminar 50 litros de agua directamente al mar. A pesar de que representa el 30-40% de los residuos que se recoge diariamente en las grandes ciudades, nunca se ha gestionado su eliminación como corresponde.

Una colilla puede contaminar 50 litros de agua.
Una colilla puede contaminar 50 litros de agua. Foto: IStock.

Hasta dos tercios de las colillas del tabaco acaban libremente en el medioambiente, en las calles, desagües, etcétera sin ningún tipo de tratamiento especial para que no lleguen a los vertederos directamente. Éstas suelen ser ingeridas por diferentes animales ocasionando un gran impacto nocivo sobre su salud y la de sus depredadores.

Las colillas están elaboradas de acetato de celulosa, un material no biodegradable, que puede tardar más de diez años en descomponerse

Las colillas están elaboradas de acetato de celulosa, un material no biodegradable, que puede tardar más de diez años en descomponerse y, además, se ha mostrado muy poco eficaz en la protección de la salud del fumador, por lo que no tiene mucho sentido su uso. Cumple más una función dirigida a crear la falsa percepción de menos riesgo al consumir tabaco. Por lo que, aunque lo ideal es erradicar el tabaco de la sociedad, mientras no sea así se debería obligar a las empresas tabaqueras a encargarse de la gestión de sus residuos, así como, a incorporar filtros y otros materiales biodegradables que reduzcan el impacto de los cigarrillos sobre el medioambiente.

Explotación infantil

Por último, la explotación infantil como mano de obra barata y no cualificada en las plantaciones de tabaco es de sobras conocida, incluso algunas corporaciones como Human Rigths Watch (HRW) hablan de esclavitud en sus informes.

Para una persona menor trabajar en una plantación de tabaco tiene un impacto doble, como mínimo. Por un lado, se reduce o evita la escolarización y, por el otro, tiene un impacto directo importante sobre su salud. Cuando se trabaja sin protección segura, es muy frecuente la intoxicación por nicotina, al tocar las hojas de tabaco húmedas. Es la llamada enfermedad del tabaco verde.

Conclusiones

La producción de tabaco tiene un terrible impacto sobre el medioambiente y el cambio climático del planeta.
La producción de tabaco tiene un terrible impacto sobre el medioambiente y el cambio climático del planeta. Foto: IStock.

La industria tabacalera es la única industria que vende un producto que mata y que es altamente contaminante. Esto hace que dicha industria necesite invertir grandes cantidades de dinero y recursos para esconder su impacto real sobre la salud, con ideas como el tabaco ecológico o los productos que reducen teóricamente el riesgo sobre la salud. Pero, por otra parte, también debe actuar a conciencia para esconder o invisibilizar su impacto, ya que como se ha comentado en este artículo, el cultivo, la producción y la distribución del tabaco sobre el medioambiente.

Es necesario obligar a esta industria a informar sobre la evidencia actual del impacto en la salud del consumo de tabaco

Así pues, es necesario obligar a esta industria a informar sobre la evidencia actual del impacto en la salud del consumo de tabaco (activa o pasivamente), sobre la ineficacia de las propuestas y productos dirigidos a crear la falsa sensación de reducción del daño y, sobre todo, sobre cómo la producción de tabaco tiene un terrible impacto sobre el medioambiente y el cambio climático del planeta.

Fuente: UOC.

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