El primer test de inteligencia para medir el coeficiente intelectual no se inventó para este fin. En 1905, los psicólogos franceses desarrollaron la prueba Binet-Simon, para identificar a los niños que necesitaban ayuda individualizada fuera de la escuela. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, los psicólogos refinaron ésta y desarrollándola mucho más y comenzaron a atribuir el rendimiento a la "inteligencia general" de alguien.
Pero, ¿las pruebas de coeficiente intelectual son medidas válidas e imparciales de la inteligencia general? Ciertamente, no empezaron de esa manera, asegura Stefan C. Dombrowski, psicólogo de la Universidad de Rider, en Nueva Jersey, a Discover Magazine.
A las pruebas de coeficiente intelectual se le adjudica una oscura historia de ser utilizadas para discriminar a grupos raciales y étnicos, explica, y finalmente llevaron a la esterilización forzada de miles de personas durante el movimiento eugenésico.
¿Las pruebas de coeficiente intelectual han progresado más allá de su angustiado pasado para convertirse en una sólida medida de inteligencia en la actualidad?
Entonces, ¿las pruebas de coeficiente intelectual han progresado más allá de su angustiado pasado para convertirse en una sólida medida de inteligencia en la actualidad?
La interpretación importa
Dombrowski estudia la validez de estas pruebas utilizando técnicas estadísticas rigurosas. Él dice que los test de inteligencia tienen significado y son medidas válidas de inteligencia, cuando se interpretan correctamente.
“En el campo de la psicología, no tenemos, como en la medicina, salvaguardas establecidas”, apunta. “Tenemos un código ético, pero eso no ha detenido cien años de prácticas interpretativas inapropiadas. Nuestro campo necesita evolucionar ”.
Una de las formas en que las pruebas se malinterpretan con frecuencia, según Dombrowski, es cuando se utiliza cualquier puntuación de la prueba, además del coeficiente intelectual general.
Las pruebas de coeficiente intelectual miden una variedad de habilidades como la memoria de trabajo, el razonamiento fluido, la comprensión verbal y más. Pero señala que la ciencia sugiere que las pruebas de coeficiente intelectual todavía no están bien equipadas para proporcionar puntuaciones significativas para estas habilidades separadas, y deben interpretarse solo como una medida de la inteligencia general de alguien.
Un científico cognitivo de la Universidad de California, Berkeley, dice que debemos cuestionar lo que realmente nos dicen las pruebas de CI
Pero, ¿con qué precisión representan los puntajes de coeficiente intelectual (CI) la verdadera capacidad de un individuo? Un científico cognitivo de la Universidad de California, Berkeley, dice que debemos cuestionar lo que realmente nos dicen las pruebas de CI.
Steven Piantadosi utiliza experimentos de psicología intercultural para estudiar la naturaleza universal de la cognición y el lenguaje humanos. Dice que siente que tiene la responsabilidad de hablar en contra de las afirmaciones descuidadas sobre inteligencia, como lo hizo recientemente en este hilo de Twitter.
“Se sabe que las pruebas de coeficiente intelectual son sensibles a cosas como la motivación y el entrenamiento"
Uno de los mayores problemas, declara Piantadosi, es que el coeficiente intelectual de una persona puede cambiar según el contexto. “Se sabe que las pruebas de coeficiente intelectual son sensibles a cosas como la motivación y el entrenamiento. Esto tiene mucho sentido: si intentas menos, no obtendrás una puntuación tan alta. O, si no conoce las estrategias que la gente hace, no obtendrá una puntuación tan alta como ellos ”, indica. "Creo que es un error decir que tu verdadera habilidad se puede resumir en cuánto estás dispuesto a poner en una prueba".
Otro problema es el sesgo cultural incrustado en la naturaleza de la prueba en sí
Otro problema es el sesgo cultural incrustado en la naturaleza de la prueba en sí. Piantadosi y su equipo han trabajado con el pueblo Tsimane, un grupo indígena que vive en Bolivia. Han descubierto que muchos Tsimane no usan nombres para las formas, lo que podría afectar su puntaje de CI en una cuestión se requiera que se piense en formas. “Las personas sin palabras para las formas probablemente hacen este tipo de tareas de manera diferente a como lo hacemos nosotros, como si un Tsimane nos diera una prueba de coeficiente intelectual con un montón de formas de hojas de las que no sabíamos los nombres, pero él lo hace”, dice Piantadosi.
Sesgos de las pruebas
Por otro lado, Donna Y. Ford, psicóloga educativa de la Universidad Estatal de Ohio, piensa que estos test de inteligencia tienen algún tipo de sesgo. Así, afirma: “(Las pruebas de CI) tienen un sesgo cultural, lingüístico y económico en contra de los estudiantes minoritarios, en particular los negros, primero y ante todo, y luego los hispanos”.
La investigación de Ford, junto con el trabajo de muchos otros, muestra que el uso de pruebas de coeficiente intelectual sesgadas mantiene a muchos estudiantes brillantes de minorías fuera de los programas de educación para superdotados. Ford ha estado estudiando la educación multicultural para superdotados durante más de 30 años y señala que, si bien ha habido algunas mejoras para los hispanos, no ha visto ninguna mejora significativa en la representación de los estudiantes negros.
“Cuando no identificamos a los estudiantes superdotados minoritarios, contribuimos y alimentamos las brechas de rendimiento. Disminuimos los sueños y las expectativas. Negamos y limitamos las oportunidades ”
Y apunta a que hay un costo por excluir a estos estudiantes superdotados. “Cuando no identificamos a los estudiantes superdotados minoritarios, contribuimos y alimentamos las brechas de rendimiento. Disminuimos los sueños y las expectativas. Negamos y limitamos las oportunidades ”, argumenta Ford.
Aunque se necesitan mejoras, tanto Ford como Dombrowski están de acuerdo en que las pruebas de coeficiente intelectual aún pueden ser útiles como parte de una evaluación general de la persona en su totalidad. Pero, en última instancia, el usuario determina si las pruebas se interpretan correctamente y se utilizan para bien.
“Las pruebas de CI son una herramienta y pueden usarse para promover el bienestar humano o para contribuir a la miseria humana”, revela Dombrowskia Discover Magazine.
