Los arqueólogos han hecho muchos descubrimientos sorprendentes a lo largo de los años. Éstos han cambiado nuestro pensamiento sobre cómo nuestra especie se convirtió en los únicos humanos en el planeta, cómo surgieron civilizaciones en todo el mundo y cómo comenzó el comercio internacional.
Cuando el pasado mes de noviembre, se celebraba el centenario de uno de los hallazgos arqueológicos más famosos de todos los tiempos: el descubrimiento de la tumba de Tutankamón en Egipto, la revista New Scientist pidió a los arqueólogos que trabajan en sitios repartidos por todo el mundo, desde Grecia hasta Indonesia, que nominen los descubrimientos que creen que son aún más significativos.
1. Círculo de tumbas de Micenas
A fines del siglo XIX, el arqueólogo Heinrich Schliemann excavó un círculo de seis tumbas reales en la ciudadela de Micenas, en el sur de Grecia. Encontró un tesoro del siglo XVI a. C., incluida la "Máscara de Agamenón", realizada en oro, Schliemann creía que era la que llevaba el gobernante mitológico de Micenas, que luchó en la guerra de Troya.
Aunque esto último se considera poco probable, el hallazgo "revolucionó nuestra comprensión del Mediterráneo", dice Jack Davis, de la Universidad de Cincinnati en Ohio, al revelar la existencia de las civilizaciones del Egeo previamente desconocidas que precedieron a la Grecia histórica.
2. Ejército de terracota y el sitio antiguo de Yinxu
En 1974, los trabajadores que excavaban cerca de la ciudad de Xi'an, China, descubrieron un soldado de arcilla de tamaño natural listo para la batalla. Los arqueólogos pronto encontraron un ejército completo de terracota, que custodiaba la tumba del emperador Qin Shi Huang del siglo III a.C.
Esta ciudad, que data de finales del segundo milenio antes de Cristo y, por lo tanto, es mucho más antigua que el ejército de terracota, reveló una edad de oro de la cultura china temprana
Rowan Flad, de la Universidad de Harvard, destaca el sitio junto con Yinxu, la última capital de la dinastía Shang. Esta ciudad, que data de finales del segundo milenio antes de Cristo y, por lo tanto, es mucho más antigua que el ejército de terracota, reveló una edad de oro de la cultura china temprana, que incluía palacios, un sistema de control de inundaciones y huesos de oráculos inscritos: la evidencia más temprana de la escritura china. Ambos “fueron verdaderos descubrimientos de cosas e historias que habían sido olvidadas durante mucho tiempo”, señala Flad.
3. Hachas de mano de Hoxne
En 1797, el anticuario John Frere escribió a sus colegas describiendo pedernales afilados descubiertos por albañiles en Hoxne, Inglaterra.
Las piedras yacían a cuatro metros de profundidad, junto a los huesos de animales enormes y desconocidos y debajo de capas que, aparentemente, alguna vez habían estado en el fondo del mar. Frere sugirió que pertenecían "a un período muy remoto... incluso más allá del mundo actual".
Su descubrimiento "reveló por primera vez el pasado humano a largo plazo y en un tiempo profundo"
Su descubrimiento de lo que ahora sabemos que son hachas de mano paleolíticas "reveló por primera vez el pasado humano a largo plazo y en un tiempo profundo", apunta Mike Parker Pearson, del University College London, "desafiando la noción bíblica de que el mundo fue creado en el año 4004 antes de Cristo”, concluye.
4. Uluburun
Este naufragio de la Edad del Bronce, encontrado frente a la costa de Turquía en 1982, se erige como "uno de los grandes descubrimientos submarinos", explica Brendan Foley, de la Universidad de Lund, en Suecia. Una vez descrito como un "Wall Street en un barco", transformó la comprensión de los historiadores de la era, al revelar una asombrosa red de contactos comerciales. El vasto cargamento del naufragio representaba al menos once culturas diferentes e incluía armas, joyas, huevos de avestruz, resina, especias y lingotes de cobre de lugares tan lejanos como Egipto, Chipre y Asia.
5. El Hobbit de Flores
El impactante descubrimiento de diminutos humanos que una vez vivieron en la isla indonesia de Flores fue el "momento JFK" de la arqueología moderna, indica Adam Brumm, de la Universidad Griffith en Australia, en el sentido de que los científicos en el campo aún recuerdan dónde estaban cuando escucharon las noticias.
Los diminutos huesos, encontrado en una cueva en 2003, mostraron que los individuos (posteriormente denominados Homo floresiensis) crecían hasta poco más de 1 metro de altura y vivían junto a lagartos gigantes
Los diminutos huesos, encontrado en una cueva en 2003, mostraron que los individuos (posteriormente denominados Homo floresiensis) crecían hasta poco más de 1 metro de altura y vivían junto a lagartos gigantes. Para Brumm, “fue un hallazgo electrizante y totalmente inesperado”.
Fuente: New Scientist.









