¿Realmente lloran los cocodrilos?

¿De dónde viene la expresión “lágrimas de cocodrilo”? ¿Acaso los cocodrilos pueden fingir un llanto? ¿Son capaces de llorar? Muchas de las expresiones que utilizamos de forma cotidiana tienen su explicación científica y ésta no es una excepción.

A los cocodrilos su visión les permite acechar a sus presas. Foto: IStock.
A los cocodrilos su visión les permite acechar a sus presas. Foto: IStock.

La expresión "lágrimas de cocodrilo" tiene sus orígenes en la antigüedad, pues el llanto de este animal se asociaba con el de quién ha causado daño o la muerte de alguien, pero que después llora lamentando de forma fingida de cara al público. Esto sería un análogo que simula el lagrimeo de los ojos del cocodrilo cuando devora a su presa.

Pero ¿Realmente lloran? Los cocodrilos no sienten remordimientos al matar a sus presas ni lloran por ello, ya que lo hacen por razones fisiológicas. Al ser un animal que vive casi siempre en el agua, las lágrimas son difíciles de ver, pero lo cierto es que los cocodrilos las producen constantemente y son muy parecidas a las de los humanos.

Los músculos alrededor de la mandíbula -que se encuentran cerca del ojo- se contraen y hacen precipitar las lágrimas, como si se tratase de un llanto

Las lágrimas se acumulan en los ojos del animal, manteniéndolos lubricados hasta que llega un momento en el que se desbordan y deslizan por la cara. Sin embargo, cuando el cocodrilo come, parece llorar intensamente. La explicación de este curioso suceso está en el músculo de su mandíbula.

Los cocodrilos producen continuamente lágrimas y son muy parecidas a las de los humanos.
Los cocodrilos producen continuamente lágrimas y son muy parecidas a las de los humanos. Foto: IStock.

Estos antiguos reptiles utilizan sus potentes fauces y movimientos circulares de todo su cuerpo para abatir a sus presas: con ese abrir y cerrar de boca, los músculos alrededor de la mandíbula -que se encuentran cerca del ojo- se contraen y hacen precipitar las lágrimas, como si se tratase de un llanto.

El parpadeo de los ojos

La mayoría de animales -incluido nosotros- parpadeamos para distribuir las lágrimas sobre la superficie ocular, mantener el ojo húmedo y estabilizar la vista. Esto ocurre en personas cada 10 o 12 segundos, pero hay animales que pueden estar bastante tiempo sin parpadear.

De esta manera, los caimanes de hocico ancho pueden mantener los ojos abiertos sin parpadear durante un máximo de dos horas. Esta capacidad para tener los ojos abiertos tanto tiempo les permite estar alerta, inmóviles y pasar desapercibidos ante sus presas.

Las lágrimas  presentes en las aves, reptiles y mamíferos son bastante parecidas en términos de composición química a las que generan estos ancestrales seres

A pesar de estas diferencias, las lágrimas que producen los cocodrilos no son muy diferentes a las de otros animales. Las presentes en las aves, reptiles y mamíferos son bastante parecidas en términos de composición química a las que generan estos ancestrales seres.

Las lágrimas que producen los cocodrilos no son muy diferentes a las de otros animales
Las lágrimas que producen los cocodrilos no son muy diferentes a las de otros animales. Foto: IStock.

Las lágrimas de aves y reptiles tienen concentraciones más elevadas de electrolitos y proteínas. Esto se explica por el medio en el que viven, ya que el aire y el agua puede afectar a la superficie del ojo y, por ello, es necesario producir una lágrima más densa y mucosa.

Unas perfectas máquinas de matar

Por otro lado, la visión de los cocodrilos les permite detectar a sus presas haciendo un escaneo con los ojos, sin mover la cabeza ni delatar su presencia. Desde luego, estamos ante perfectas máquinas de matar que se camuflan entre las sombras.

La diferencia fisiológica que permite estas habilidades se encuentra en su retina, en concreto, su fóvea. En esta área de la retina se concentran los fotorreceptores y es circular en la mayoría de los animales, sin embargo, los cocodrilos la presentan en forma de raya horizontal.

Estos reptiles ven con buena resolución a lo largo de todo el horizonte visual y pueden acechar sigilosamente a sus presas, mientras permanecen semisumergidos, sin necesidad de mover la cabeza

Gracias a ello, estos reptiles ven con buena resolución a lo largo de todo el horizonte visual y pueden acechar sigilosamente a sus presas, mientras permanecen semisumergidos, sin necesidad de mover la cabeza.

Los cocodrilos pueden ver, escuchar y respirar manteniendo el resto de su cuerpo bajo el agua
Los cocodrilos pueden ver, escuchar y respirar manteniendo el resto de su cuerpo bajo el agua. Foto: IStock.

Además, los ojos, oídos y orificios nasales de los cocodrilos se hallan localizados en la parte superior de la cabeza. Así pueden ver, escuchar y respirar manteniendo el resto de su cuerpo bajo el agua. Cuando se sumergen, los oídos, orificios nasales y ojos se cierran, los últimos por la acción de la membrana nictitante que los protege bajo el agua.

Los cocodrilos de agua salada -animales marinos que se asientan en desembocaduras de ríos al mar o estuarios- poseen fotorreceptores que absorben el azul, correspondiente a las aguas salobres

Asimismo, las células de la fóvea de los cocodrilos son diferentes dependiendo del ambiente que vivan. Los cocodrilos de agua dulce poseen fotorreceptores especializados en absorber en la longitud de onda del rojo, pues en las aguas dulces hay un predominio de luces rojas.

Por su parte, los cocodrilos de agua salada -animales marinos que se asientan en desembocaduras de ríos al mar o estuarios- poseen fotorreceptores que absorben el azul, correspondiente a las aguas salobres.

Un superpoder visual

Los ojos de los cocodrilos se amoldan a diferentes condiciones, ya que pueden escanear lo que ocurre a su alrededor en tierra, ver bajo el agua -aunque más borroso- y tienen suficiente destreza visual para ver de noche, gracias a su pupila vertical y a estructuras como el tapetum lucidum.

Los ojos de los cocodrilos se amoldan a diferentes condiciones
Los ojos de los cocodrilos se amoldan a diferentes condiciones. Foto: IStock.

Todas estas adaptaciones ponen en evidencia la naturaleza del cocodrilo como superdepredador en el ecosistema, es decir, un cazador incansable y letal. Los cocodrilos no lloran por pena, pero sí para mantener un equilibrio homeostático adecuado y para humedecer sus delicados ojos.

Fuente: Mis Animales.

La viscosidad de las lágrimas del cocodrilo podría ayudar a resolver problemas oftalmológicos en los humanos.

Relacionado

Las lágrimas de cocodrilo podrían ayudar a curar la sequedad de los ojos

Foto: iStock

Relacionado

¿Podríamos encontrarnos un cocodrilo en un río de España?