.Hay más de 9.000 especies descritas de poríferos que viven en el océano, desde la zona intermareal hasta el abismo.
Estos animales han estado beneficiando a sus ecosistemas submarinos durante mucho tiempo, pero ahora los humanos también están usando sus productos químicos. Desde aprovechar sus cualidades antibacterianas hasta tratar enfermedades como el cáncer y el VIH, los científicos están considerando a estas esponjas como una fuente natural viable de medicina.
Ana Riesgo Gil, experta en esponjas del Museo de Historia Natural de Londres, explica cómo los humanos han estado aprovechando el poder de estos animales que habitan el fondo marino.

Los poríferos, vitales en el ecosistema oceánico
Durante milenios, los medicamentos se han desarrollado a partir de fuentes naturales. Un hito relativamente reciente fue en 1928 con el descubrimiento de la penicilina, creada a partir del hongo Penicillium notatum.
Los científicos también se han lanzado a los mares en busca de nuevas fuentes de medicamentos
Otros medicamentos de base natural incluyen el analgésico morfina, que se origina en una planta de amapola. Los científicos también se han lanzado a los mares en busca de nuevas fuentes de medicamentos.
"Hasta ahora tenemos 9.000 especies de esponjas descritas, pero las estimaciones son que hay alrededor de 25.000 que pueden estar ahí afuera esperándonos", explica Ana Riesgo. "Podríamos investigar cualquiera de ellas como medicina".
Los poríferos juegan un papel vital en el ecosistema oceánico, filtrando el agua y proporcionando estructuras para que los organismos se escondan o pongan sus huevos.

La experta afirma: “Ellos ingieren muchas bacterias y bombean agua. Una población de esponjas puede bombear algo así como 1.000 piscinas olímpicas de agua en un solo día. También reciclan una gran cantidad de material orgánico, por lo que son realmente importantes para el ciclo del carbono".
El tesoro de las profundidades marinas
La naturaleza sedentaria de las esponjas marinas las hace susceptibles a los depredadores y bacterias dañinas. Entonces, durante millones de años de evolución, éstas han comenzado a producir sustancias químicas y compuestos para su defensa.
“Los compuestos que producen las esponjas pueden ser prometedores para la medicina”
“Los compuestos que producen las esponjas pueden ser prometedores para la medicina”, sostiene Riesgo Gil.
“Hay esponjas que tienen muy pocas bacterias viviendo en ellas, y algunas que tienen millones. Los científicos tienden a estudiar las que tienen más. Obviamente, necesitan más compuestos para defenderse de las moléculas patógenas que las bacterias pueden dejar entrar en sus sistemas”.

Se han realizado muchos estudios sobre especies de poríferos que viven en aguas poco profundas, pero los científicos están intrigados por el potencial de los que viven en las profundidades marinas.
“Tenemos muy pocos estudios sobre estas especies porque es difícil tomar muestras de ellas. Si encuentras algo interesante, tienes que recrear los productos químicos en el laboratorio, porque no es fácil volver atrás y recolectar más”, explica la experta.
Tratar enfermedades crónicas
Una especie que se ha utilizado con gran éxito es Tectitethya crypta, que se ha estudiado desde la década de 1950. El primer fármaco contra la leucemia se desarrolló a partir de dos sustancias químicas que se encuentran en esta esponja.
Estos productos químicos también forman parte del revolucionario fármaco azidotimidina (AZT), que se administró por primera vez en la década de 1980 a personas con el VIH
Estos productos químicos también forman parte del revolucionario fármaco azidotimidina (AZT), que se administró por primera vez en la década de 1980 a personas con el VIH.

“Es un proceso largo pasar de encontrar algo prometedor a crear un medicamento que pueda usarse en humanos. Puede llevar de 20 a 30 años”, asegura Riesgo Gil.
Las moléculas que fabrican los poríferos para defenderse de los depredadores o las bacterias pueden tener propiedades que tengan la capacidad de tratar enfermedades crónicas
Primero, hay pruebas básicas en el laboratorio para averiguar cuáles son los compuestos. Entonces estos tienen que ser probados. "Por ejemplo, los científicos intentarán tratar con ellos diferentes líneas de células cancerosas para ver si las eliminan, las matan o las desactivan".
Las moléculas que fabrican los poríferos para defenderse de los depredadores o las bacterias pueden tener propiedades que tengan la capacidad de tratar enfermedades crónicas.
Políferos en peligro
A pesar de la probada utilidad de las esponjas, la posibilidad de encontrar nuevos medicamentos está en peligro.
El calentamiento de las temperaturas del océano ha causado muertes masivas en el Mediterráneo y el Caribe durante la última década
El calentamiento de las temperaturas del océano ha causado muertes masivas en el Mediterráneo y el Caribe durante la última década. Si mueren, su potencial médico podría perderse para siempre.
Además, se enfrentan a riesgos derivados de la pesca y el dragado.

“A veces dragamos o pescamos con redes de arrastre y sacamos estas cosas que podrían haber estado allí durante 500 años. Por lo general, si están pescando peces o camarones, simplemente arrojan las esponjas al agua y mueren”, manifiesta.
Las nuevas fuentes de bacterias también pueden afectar negativamente a las esponjas. La escorrentía al océano de las plantaciones de aceite de palma en tierra transporta nuevas bacterias que causan enfermedades en los animales.
"Hay muchos investigadores que están estudiando cómo el plástico puede transportar patógenos de un lado al otro del planeta", afirma Ana.
Fuente: Museo de Historia Natural.