Paleontólogos descubren en Argentina un pequeño dinosaurio acorazado

Un equipo de paleontólogos anunció, recientemente, el hallazgo de un pequeño dinosaurio acorazado en el sur de Argentina, una criatura que probablemente caminaba erguida sobre sus patas traseras, vagando por un paisaje húmedo hace unos 100 millones de años.

Paleontólogos trabajan en la excabación donde aparecieron los fósiles.
Paleontólogos trabajan en la excabación donde aparecieron los fósiles.

Los paleontólogos que han descubierto este dinosaurio del período Cretácico, llamado Jakapil kaniukura, aseguran que habría estado bien protegido con filas de armaduras óseas en forma de disco a lo largo del cuello y la espalda y hasta la cola. Medía alrededor de 1,5 metros) de largo y pesaba solo de 4 a 7 kilogramos, un peso similar al de un gato doméstico.

Sus restos fosilizados fueron desenterrados durante la última década cerca de una represa en la Patagonia en la zona paleontológica La Buitrera, de la provincia de Río Negro. Los paleontólogos describieron a Jakapil en un estudio que apareció publicado en la revista Scientific Reports.

Jakapil marca el primer descubrimiento de su tipo de un dinosaurio acorazado del Cretácico en América del Sur

Según ellos, Jakapil marca el primer descubrimiento de su tipo de un dinosaurio acorazado del Cretácico en América del Sur. Es parte del grupo de dinosaurios tireóforos, que incluye Stegosaurus, conocido por sus placas traseras huesudas y su cola puntiaguda, y el Ankylosaurus, con forma de tanque, cubierto con una armadura y empuñando una cola en forma de garrote.

El dinosaurio del período Cretácico se llama Jakapil kaniukura.
El dinosaurio del período Cretácico se llama Jakapil kaniukura.

El paleontólogo principal del estudio, Sebastián Apesteguia, y sus colegas encontraron un esqueleto parcial de Jakapil junto con 15 fragmentos de dientes con forma de hoja, similar a los dientes de iguana.

Jakapil se asemeja a una forma primitiva de tireóforo que vivió mucho antes, por lo que sorprende que date del Cretácico. Sebastián Apesteguia aseguró al respecto que nunca antes se había desenterrado uno de este tipo en ningún lugar del hemisferio sur.

El cráneo de Meraxes gigas contaba con rugosidades, crestas y surcos que probablemente cambiaran de color por la irrigación sanguínea.

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