Mutualismo: seis ejemplos de especies que trabajan juntas para salir adelante

En la naturaleza, las especies a veces forman lazos inesperadamente estrechos y trabajan en beneficio mutuo. Es el mutualismo, una relación simbiótica donde todos se benefician de sus interacciones. Estos son seis ejemplos de este curioso vínculo.

Francisco Moral

Mutualismo entre hormigas y pulgones.
Mutualismo entre hormigas y pulgones.

Las relaciones simbióticas son las asociaciones cercanas formadas entre pares de especies. Vienen en una variedad de formas, como el parasitismo (donde una especie se beneficia y la otra resulta perjudicada) y el comensalismo (donde una especie se beneficia y la otra no es ni perjudicada ni ayudada).

Por su parte, en el mutualismo, todas las especies involucradas se benefician de sus interacciones. Si bien es muy complejo, se puede dividir aproximadamente en dos tipos de relación. En algunos casos, las especies son completamente dependientes unas de otras (mutualismo obligado) y en otros, obtienen beneficios, pero podrían sobrevivir unas sin las otras (mutualismo facultativo).

Aquí hay seis ejemplos de relaciones mutualistas.

1. Camarones pistola y gobios

Los gobios (Gobiidae) son una familia de unas 2.000 especies de peces. La mayoría de ellos son bastante pequeños y viven en el fondo del mar. En algunos casos, formarán relaciones mutualistas con los camarones pistola de la familia Alpheidae.

Éstos hacen madrigueras, cavando agujeros en el lecho marino arenoso que mantendrán y, a veces, compartirán con un gobio

Éstos hacen madrigueras, cavando agujeros en el lecho marino arenoso que mantendrán y, a veces, compartirán con un gobio. Fuera de la madriguera, la pareja permanece muy cerca, a menudo con el camarón manteniendo el contacto físico, al apoyar sus sensibles antenas sobre el pez.

El gobio y el camarón permanecen muy cerca fuera de la madriguera.
El gobio y el camarón permanecen muy cerca fuera de la madriguera. Foto: IStock.

Cuando el gobio ve a un depredador potencial, usa señales químicas para cubrirse en la madriguera compartida. El camarón también se basa en éstas para saber cuándo necesita esconderse. También, el gobio indicará al camarón cuando es relativamente seguro estar fuera de la madriguera.

2. Pulgones y hormigas

Los pulgones son pequeños insectos chupadores de savia que secretan melaza, un líquido azucarado que es el producto de desecho de su dieta. Se sabe que muchas especies de áfidos se involucran en una relación mutualista con las hormigas que se alimentan de la melaza, "ordeñando" a los áfidos con sus antenas.

Algunas especies de hormigas protegerán a los pulgones de depredadores y parásitos

A cambio, algunas especies de hormigas protegerán a los pulgones de depredadores y parásitos. Algunas moverán huevos y ninfas de áfidos bajo tierra a su nido, lo que en última instancia hace que la recolección de su melaza sea más eficiente.

Hormigas recogiendo la melaza de los pulgones.
Hormigas recogiendo la melaza de los pulgones. Foto: IStock.
Sin embargo, algunos pulgones han evolucionado para aprovecharse de las hormigas buscadoras de melaza.

3. Murciélagos lanudos y plantas de jarra

Las plantas de jarra son carnívoras con néctar en el borde de su estructura en forma de tubo, para atraer presas como insectos y pequeños vertebrados. Esta sustancia resbaladiza hace que estos animales caigan en los jugos digestivos contenidos en el equivalente de la planta a un estómago.

Mientras que consigue un escondite para descansar, la planta se beneficia al atrapar el guano (heces) que produce el pequeño mamífero

Si bien, podría pensarse que sería prudente que los animales evitaran estas plantas siempre que sea posible, algunos murciélagos trepan voluntariamente dentro de ellas.

Las plantas de jarra son carnívoras con néctar en el borde de su estructura, para atraer presas como insectos y pequeños vertebrados.
Las plantas de jarra son carnívoras con néctar en el borde de su estructura, para atraer presas como insectos y pequeños vertebrados. Foto: IStock.

Se sabe que los murciélagos lanudos se posan en Nepenthes hemsleyana, una planta de jarra tropical que se encuentra en Borneo. Mientras que consigue un escondite para descansar, la planta se beneficia al atrapar el guano (heces) que produce el pequeño mamífero. Esto proporciona a la planta los nutrientes que necesita para sobrevivir.

Se suben al borde del cántaro para alimentarse del néctar. A cambio, con el cuerpo hueco de la planta actuando un poco como un inodoro, dejan caer sus heces nutritivas en el estómago de ésta

Una relación similar ocurre entre las musarañas arborícolas y otra planta de jarra de Borneo, Nepenthes lowii. Las primeras se suben al borde del cántaro para alimentarse del néctar. A cambio, con el cuerpo hueco de la planta actuando un poco como un inodoro, dejan caer sus heces nutritivas en el estómago de ésta.

4. Coral y algas

Los corales pueden parecer rocas o plantas, pero en realidad son animales marinos. Los colores brillantes de los formadores de arrecifes provienen de las algas zooxanthellae, con las que tienen una relación mutualista.

El coral tiene una realción mutualista con las algas zooxanthellae.
El coral tiene una realción mutualista con las algas zooxanthellae. Foto: IStock.

El coral comienza su vida como una diminuta larva que nada libremente y finalmente se fija a una superficie dura y se metamorfosea en un pólipo. Éste se replica y se expande para formar una colonia, al producir muchos pólipos idénticos, creciendo uno encima del otro y secretando un esqueleto endurecido a su alrededor.

A medida que los corales crecen, adquieren zooxantelas del entorno que los rodea

A medida que los corales crecen, adquieren zooxantelas del entorno que los rodea. El coral proporciona refugio y nutrientes esenciales para que las zooxantelas los utilicen durante la fotosíntesis, mientras que éstas producen azúcares sintéticos, de los que se alimenta el coral, y oxígeno como subproducto.

5. Picabueyes y grandes mamíferos

Hay dos especies de picabueyes: el picabueyes de pico rojo (Buphagus erythrorhynchus) y el picabueyes de pico amarillo (Buphagus africanus). Ambos pasan tiempo aferrados a grandes mamíferos de pastoreo, como ñus, rinocerontes y cebras.

Los picabueyes se aferran a grandes mamíferos.
Los picabueyes se aferran a grandes mamíferos. Foto: IStock.

Las aves pican los parásitos en el cuerpo del mamífero, incluidas garrapatas y moscas chupadoras de sangre. Esto puede ayudar a mantener bajo control la carga de éstos en los mamíferos, y las aves obtienen una comida fácil.

Los mamíferos y los picabueyes pueden no ser un ejemplo perfecto de mutualismo, ya que las aves pueden dañar a sus anfitriones, al también excavar en sus heridas

Al igual que otras especies, los picabueyes advertirán a sus anfitriones de un peligro inminente.

Sin embargo, los mamíferos y los picabueyes pueden no ser un ejemplo perfecto de mutualismo, ya que las aves pueden dañar a sus anfitriones, al también excavar en sus heridas.

6. Pez payaso y anémonas

Las anémonas son animales marinos parecidos a flores con tentáculos punzantes llenos de neurotoxinas. Los usan para someter a sus presas, que son en su mayoría plancton, cangrejos y peces, aunque las especies más grandes capturan presas más grandes, como estrellas de mar y medusas.

Son particularmente cercanas a un grupo: el pez payaso, inmune a sus picaduras, aunque los científicos no están exactamente seguros de cómo

Las anémonas se asocian con muchas especies de peces, pero son particularmente cercanas a un grupo: el pez payaso, inmune a sus picaduras, aunque los científicos no están exactamente seguros de cómo.

El pez payaso ayuda a las anémonas de múltiples formas.
El pez payaso ayuda a las anémonas de múltiples formas. Foto: IStock.

De esta forma, el pez payaso puede anidar con seguridad en los tentáculos de la anémona para esconderse de los depredadores. A cambio, ayuda a ésta de múltiples formas. La mantiene libre de parásitos y le proporciona nutrientes a través de sus heces, lo que también puede estimular el crecimiento de algas simbióticas beneficiosas dentro de la anémona.

Fuente: Museo de Historia Natural de Londres.

El búfalo de agua y las garcillas tienen una relación de simbiosis llamada comensalismo.

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