La mariquita, venenosa y honesta

La mariquita venenosa existe y, además, advierte de lo peligrosa que es. Una investigación asegura que el brillo del color de este grupo de insectos revela el alcance de su toxicidad para los depredadores.

Juan Domínguez

La mariquita venenosa para las aves resulta ser más brillante. Foto: IStock.
La mariquita venenosa para las aves resulta ser más brillante. Foto: IStock.

Muchos animales tienen colores brillantes para advertir a los depredadores que tienen defensas y que no vale la pena atacarlos. Sin embargo, no está claro si la intensidad de los colores de advertencia indica de manera confiable los niveles de defensa y existen pocos datos sobre cómo las diferencias en la intensidad de la señal se traducen en ventajas de supervivencia. Las mariquitas exhiben una variación impresionante en la coloración, tanto entre las especies como dentro de ellas.

El brillo del color que exhiben estos queridos insectos revela el alcance de su toxicidad para los depredadores, según una investigación realizada en las universidades de Exeter y Cambridge

El brillo del color que exhiben estos queridos insectos revela el alcance de su toxicidad para los depredadores, según una investigación realizada en las universidades de Exeter y Cambridge. El estudio, que se publicó en la revista Scientific Reports, también encontró que cuanto más llamativa y colorida es la especie de mariquita, es menos probable que sea atacada por aves.

Cuanto más brillante es la mariquita menos probable es que sea atacada.
Cuanto más brillante es la mariquita menos probable es que sea atacada. Foto: IStock.

En este sentido, Lina María Arenas, estudiante de doctorado en el Centro de Ecología y Conservación de la Universidad de Exeter y de la Universidad de Cambridge, aclaró: "Las mariquitas son uno de los insectos más queridos y carismáticos, con hermosos colores y amigos de todos los jardineros. Nuestro estudio muestra que no sólo el color de las mariquitas revela cuán tóxicos son para los depredadores, sino también que las aves entienden las señales que dan. Es menos probable que las aves ataquen a las más llamativas".

De esta manera, aunque las mariquitas rojas con manchas negras son las más familiares, es importante tener en cuenta que son un grupo diverso de especies y existen en muchos colores y patrones diferentes, desde amarillo y naranja hasta marrones camuflados. Esta coloración funciona como una señal de advertencia, y les dice a los depredadores potenciales que tengan cuidado con los químicos venenosos y malolientes que usan para defenderse.

Los resultados muestran que cinco especies tienen diferentes niveles de defensa tóxica. Aquellas con los colores más vistosos y llamativos frente a la vegetación natural donde viven son también las más venenosas

Las mariquitas rojas son las más comunes.
Las mariquitas rojas son las más comunes. Foto: IStock.

Los investigadores midieron la toxicidad mediante un ensayo biológico, contando la cantidad de Daphnia muerta (crustáceos diminutos) en el agua que contiene las diferentes toxinas de las mariquitas. Los resultados muestran que cinco especies tienen diferentes niveles de defensa tóxica. Aquellas con los colores más vistosos y llamativos frente a la vegetación natural donde viven son también las más venenosas.

El doctor Martin Stevens, de la Universidad de Exeter, declaró: “Nuestros resultados nos dicen que las mariquitas presentan señales de honestidad con sus depredadores, porque su color revela qué tan bien defendidas están”.

"Las especies relativamente discretas, como la mariquita alerce, tienen bajos niveles de defensa y hacen más hincapié en evitar ser vistas"

Para añadir que "las especies relativamente discretas, como la mariquita alerce, tienen bajos niveles de defensa y hacen más hincapié en evitar ser vistas, mientras que las especies más llamativas y coloridas, como la de dos puntos, alardean abiertamente de sus fuertes defensas ante depredadores como las aves".

Las mariquitas marrones tienden a esconderse más de sus depredadores porque no son tan tóxicas.
Las mariquitas marrones tienden a esconderse más de sus depredadores porque no son tan tóxicas. Foto: IStock.

En la investigación, se utilizaron cámaras modificadas que son sensibles a la luz ultravioleta para fotografiar a estos insectos, lo que permitió a los científicos utilizar técnicas especiales de modelado y análisis de imágenes, con el objeto de saber cómo se vería cada especie por las aves depredadoras, que tienen una visión del color muy diferente a la de los humanos.

Las aves pudieron reconocer las diferencias de coloración entre las presas y tenían menos posibilidades de atacar a las más brillantes y perceptibles

Para estudiar la probabilidad de que cada especie fuera atacada, se presentaron a las aves silvestres versiones artificiales de cada una. Las aves pudieron reconocer las diferencias de coloración entre las presas y tenían menos posibilidades de atacar a las más brillantes y perceptibles.