Este hallazgo sugiere que las dunas pueden ser más comunes en otros mundos de lo que se pensaba anteriormente, aunque los bultos pueden formarse de formas extrañas.
Io es un mundo repleto de volcanes en erupción, creado cuando las fuerzas gravitatorias de Júpiter y algunas de sus otras lunas lo atraen y generan calor. Hace unos 20 años, los científicos informaron sobre otro tipo de característica en la superficie dinámica de Io: las crestas montañosas. Las características se asemejan a las dunas, pero ese no podría ser el caso, razonaron los científicos, porque su atmósfera es demasiado delgada para que los vientos formen un paisaje de dunas.
McDonald y sus colegas volvieron a examinar el asunto de los misteriosos bultos de Io. Todo lo que necesitaban era algún tipo de fuerza aerotransportada para esculpir las dunas de la luna
Pero, en los últimos años, se han descubierto características similares a dunas en el cometa 67P y Plutón, cuerpos planetarios que también carecen de atmósferas espesas. Inspirándose en esos paisajes de dunas extraterrestres, McDonald y sus colegas volvieron a examinar el asunto de los misteriosos bultos de Io. Todo lo que necesitaban era algún tipo de fuerza aerotransportada para esculpir las dunas de la luna.
En la Tierra, se producen poderosas explosiones de vapor cuando los flujos de roca fundida se encuentran con cuerpos de agua. Si bien no se encuentra agua en Io, la escarcha de dióxido de azufre es omnipresente. Entonces, los científicos plantean la hipótesis de que cuando la lava fluye lentamente hacia y justo debajo de una capa de escarcha, chorros de gas de dióxido de azufre podrían brotar de la escarcha. Esos chorros podrían enviar granos de roca y otros materiales volando y así se formarían las dunas.

Los investigadores calculan que un flujo de lava que avanza, enterrado bajo al menos diez centímetros de escarcha, podría sublimar parte de ésta en bolsas de vapor caliente. Cuando se acumula suficiente vapor y la presión se vuelve lo adecuadamente alta como para igualar o superar el peso de la escarcha que lo cubre, éste podría estallar a velocidades de más de 70 kilómetros por hora. Estos estallidos podrían impulsar granos con diámetros de veinte micrómetros a un centímetro de tamaño, estima el equipo.
El análisis de las imágenes de la superficie de Io reveló rayas altamente reflectantes de material que irradian hacia afuera sobre las dunas frente a los flujos de lava
El análisis de las imágenes de la superficie de Io, recopiladas por la ahora desaparecida sonda Galileo de la NASA, reveló rayas altamente reflectantes de material que irradian hacia afuera sobre las dunas frente a los flujos de lava, que serían posiblemente un material recién depositado en ese momento por chorros de vapor.
Además, el uso de las imágenes para medir las características de los montículos mostró que sus dimensiones se alinean con las de las dunas en otros cuerpos planetarios. Algunas de las jónicas tienen más de 30 metros de altura, estima el equipo.
"Creo que muchos científicos las miraron y pensaron, oye, realmente podrían ser dunas", dice Jani Radebaugh, científica planetaria de la Universidad Brigham Young en Provo, Utah, que no participó en el estudio. "Pero lo emocionante de esto es que han ideado un buen mecanismo físico para explicar cómo es posible".
Fuente: ScienceNews.