Cinco de cada diez españoles hacen ejercicio semanalmente durante todo el año. Los hombres son algo más aficionados al deporte (50 %) que las mujeres (42 %), pero, en general, es un porcentaje bastante elevado. Los españoles somos grandes deportistas, tanto por diversión como por salud. Cuando ya estamos disfrutando del verano y de vuelta a la playa, la cifra de las personas que practican alguna actividad física tiende a crecer un 20 %. Y no solo eso, 4 de cada 10 que ya hacían ejercicio lo intensifican.
Por este motivo y gracias a la firma Nivea, compartimos unos sencillos consejos, que tienen como objetivo maximizar todos los beneficios que tiene la actividad física para frenar el envejecimiento.
Principales beneficios del ejercicio para el cuerpo y la piel
Protege del daño oxidativo. El ejercicio físico moderado y practicado de forma regular potencia el sistema antioxidante de defensa en nuestro organismo y contribuye a una mayor resistencia al estrés oxidativo. Por tanto, se ralentiza la aparición de arrugas y el deterioro de la piel.

Pero ojo, la práctica de ejercicio demasiado intenso y sin control puede provocar el efecto contrario y favorecer la acumulación de radicales libres, causantes del envejecimiento en la piel. Por lo que es muy importante realizarlo diariamente y con moderación, y en caso de practicar deporte de forma más intensa, recurrir a un mayor aporte de antioxidantes para neutralizar la producción adicional de estos radicales libres.
Mejora la circulación sanguínea y hace que llegue a todas las capas cutáneas, proporcionando un aspecto de piel más tonificada y con mayor luminosidad. Además, contribuye a la regeneración celular
Aumenta la temperatura del cuerpo, provocando que los poros se dilaten y eliminen impurezas a través del sudor.
Ayuda a dormir mejor, evitando tener ojeras y bolsas en los ojos, así como un aspecto apagado en nuestra piel.
Mejora la circulación sanguínea y hace que llegue a todas las capas cutáneas, proporcionando un aspecto de piel más tonificada y con mayor luminosidad. Además, contribuye a la regeneración celular y mantiene la piel joven y firme más tiempo.

Tonifica los músculos y eso contribuye a que la piel se mantenga firme y joven reduciendo la flaccidez y las arrugas.
Cómo conseguir una piel más firme
No obstante, el ejercicio por sí solo no lo es todo para una piel firme y joven. Es necesario combinarlo con una rutina adecuada, que incluya protegerse de las radiaciones solares, hidratarse correctamente o incorporar determinados nutrientes en nuestro cuidado diario.
Tener la piel limpia antes
Debemos asegurarnos de que nuestra la piel esté lo más limpia posible antes de hacer ejercicio, De esta manera será más sencillo eliminar las impurezas a través de los poros.
Hay que reducir la actividad física y, en general, la exposición solar entre las 12:00 y las 16:00 horas en verano
Usar protector solar

La exposición prolongada a la luz solar y sin la protección adecuada, acentúa el envejecimiento prematuro. Eso implica una mayor pérdida de colágeno y más actividad de los radicales libres, es decir, las moléculas causantes del envejecimiento. Además, las radiaciones solares motivan la aparición de manchas y, por supuesto, pueden derivar en problemas y enfermedades como el cáncer de piel. Siempre hay que utilizar protección solar, tanto si hace sol como si está nublado.
Evitar las horas de mayor radiación solar y temperatura
Hay que reducir la actividad física y, en general, la exposición solar entre las 12:00 y las 16:00 horas en verano, las horas en las que la radiación UV es más intensa.
Usar ropa adecuada
La ropa deportiva tiene que ser cómoda, por lo que debemos estar seguros de que no nos creará rozaduras. Así pues, es más recomendable elegir ropa holgada y que deje transpirar.
Hidratarse con frecuencia

Es un consejo evidente, pero aún más importante en verano. Nuestro cuerpo pierde hidratación por dos vías principales: la respiración y el sudor. No todo el mundo sabe que, en condiciones normales, no solo en la época estival, nuestro cuerpo pierde aproximadamente medio litro de agua al día a través de la piel. El deporte y las altas temperaturas multiplican la pérdida de hidratación del cuerpo, por lo que es indispensable llevar agua para ir reponiendo los líquidos perdidos.
Cubrir la cabeza y los ojos

Las radiaciones solares no solo aceleran el envejecimiento de la piel, también pueden dañar los ojos. Lo ideal es utilizar gafas de sol homologadas que filtren, como mínimo, el 90 % de la radiación ultravioleta (UV). Para evitar quemaduras u otros daños en nuestro cabello y en la piel del cuero cabelludo, es recomendable usar gorras o sombreros durante el ejercicio.
Hay que reponer la hidratación de nuestra piel y cuidar especialmente las zonas que más han sufrido
Si se tienen piercings, es mejor quitarlos antes
La ropa o el pelo se pueden enganchar en los pendientes. También se puede optar por cubrirlos con una tirita o un poco de esparadrapo. No obstante, siempre hay que lavar muy bien el piercing después de hacer ejercicio, ya que será una zona en la que se puede acumular sudor y suciedad.
Hidratar después
Una vez terminada la sesión de ejercicio, hay que reponer la hidratación de nuestra piel y cuidar especialmente las zonas que más han sufrido.

Es importante ducharse lo antes posible para limpiar la piel e hidratar muy bien las áreas expuestas al sol o las que hayan estado en contacto con la ropa y se hayan irritado.
"Hay que vigilar la sobreexposición al sol, la deshidratación y la irritación de la piel, ya que pueden echar por tierra todos los beneficios que, por si solo, tiene la práctica deportiva”
Al respecto, la doctora María Agustina Segurado, experta asesora de la firma ha comentado: "El ejercicio físico es uno de los grandes aliados contra el envejecimiento de la piel. Su contribución a la regeneración celular y su efecto antioxidante son indispensables para conseguir una piel firme y sana”,
Sin embargo, ha añadido, “hay que ser conscientes de que, en verano, debemos cuidar aún más las formas en las que hacemos ejercicio. Hay que vigilar la sobreexposición al sol, la deshidratación y la irritación de la piel, ya que pueden echar por tierra todos los beneficios que, por si solo, tiene la práctica deportiva”.