Las diferencias entre chiitas y sunitas hacen temer por la población hazara en Afganistán

Analistas internacionales temen que las diferencias entre chiitas y sunitas se agudicen en Afganistán, debido a que los talibanes, suníes, suponen una grave amenaza para la minoría hazara, de origen chií, que ha sido durante siglos sometida a esclavitud, persecuciones religiosas y limpieza étnica.

Francisco Moral

Una imagen de una calle de Kabul en la actualiad.
Una imagen de una calle de Kabul en la actualiad.

Poco después de la toma del poder de los talibanes en Afganistán, la estatua de un político de etnia hazara, Abdul Ali Mazari, asesinado cuando era prisionero de los talibanes en 1995, fue parcialmente demolida con explosivos en la ciudad de Bamiyán.  Hace escasos días mataron y torturaron brutalmente a varios miembros de esta minoría, según informó Amnistía Internacional.

Estos terribles sucesos ponen una vez más de manifiesto las eternas diferencias entre chiitas y sunitas y reavivan el temor de que los fundamentalistas arremetan sistemáticamente contra la minoría de los hazaras.

Los talibanes son un grupo fundamentalista sunita de mayoría pastún formado en 1994 por ex combatientes de la resistencia que combatieron contra la Unión Soviética una década antes. Mientras que los hazara son chiitas.

Los talibanes ascendieron al poder en Afganistán en 1996 e impusieron un gobierno brutal sobre el país hasta 2001

Los talibanes ascendieron al poder en Afganistán en 1996 e impusieron un gobierno brutal sobre el país hasta 2001, cuando las fuerzas estadounidenses entraron en el país tras los ataques del 11 de septiembre y derrocaron su régimen.

Los talibanes son un grupo fundamentalista sunita de mayoría pastún.
Los talibanes son un grupo fundamentalista sunita de mayoría pastún.

Sin embargo, no se disolvieron, y muchos de sus combatientes buscaron refugio en Pakistán, donde algunos analistas creen que recibieron un sofisticado entrenamiento militar. Su interpretación del islam excluye la menor desviación.

Al tomar Kabul, los talibanes se comprometieron a volver a imponer la ley Sharia, un sistema legal islámico basado en el Corán y las enseñanzas del Profeta Mahoma.

Por su parte, los hazaras, que se presentan como descendientes de los grupos mongoles de Gengis Kan, son los chiitas de Afganistán, una de las ramas del Islam surgida de los musulmanes que creían que sólo Ali Ibn Abi Talib (primo del profeta Mahoma y casado con su hija Fátima) y sus descendientes podían ser dirigentes de la comunidad de fieles.

La rivalidad entre chiitas y sunitas ha sido una constante en los conflictos de naturaleza religiosa en Oriente Próximo. Esta tensa relación también ha existido en Afganistán, fomentada muy especialmente por los talibanes a finales de los años 90

Niños jugando en el barrio Dasht e Barchi de Kabul, hogar de la comunidad minoritaria Hazara de la ciudad.
Niños jugando en el barrio Dasht e Barchi de Kabul, hogar de la comunidad minoritaria Hazara de la ciudad.

 La rivalidad entre chiitas y sunitas ha sido una constante en los conflictos de naturaleza religiosa en Oriente Próximo. Esta tensa relación también ha existido en Afganistán, fomentada muy especialmente por los talibanes a finales de los años 90, pastunes radicalmente defensores de la naturaleza suní del Islam que consideran el chiismo como una traición. Como ejemplo de la importancia de esta rivalidad, recientemente ha crecido entre las prácticas de los hazaras una celebración religiosa chií que hasta el momento tenía poco peso entre ellos, la del martirio del imán Hussain (una celebración que en otros países es muy importante) que se le da una significación politizada recordando las masacres que los talibanes cometieron contra ellos.

Los hazaras, esta minoría marginada, perseguida y esclavizada durante siglos en Afganistán por los sunitas, representan entre el 10 y el 20% de los 38 millones de la población del país

Aunque no hay estadísticas fiables, se estima que los hazaras, esta minoría marginada, perseguida y esclavizada durante siglos en Afganistán por los sunitas, representan entre el 10 y el 20% de los 38 millones de la población del país carcomido por las divisiones religiosas y étnicas.

Protesta contra los atentados perpetrados contra la comunidad hazara.
Protesta contra los atentados perpetrados contra la comunidad hazara.

Los abusos y las masacres de los talibanes contra los hazaras están documentados por la ONG Human Rights Watch (HRW), en especial en un informe del 2001 que documenta el caso de Yakaolang y en Robatak, en la zona central de Hazarajat. HRW menciona: “Las minorías étnicas y religiosas y los hazaras en particular, han sido especialmente vulnerables en zonas de conflicto, y las fuerzas talibanes han cometido abusos a gran escala contra civiles hazaras con impunidad".

Se cree que miles de ellos fueron ejecutados por los talibanes cuando éstos tomaron el control del país a finales de los años 1990.

Asimismo, según algunas estimaciones, alrededor de la mitad de la población hazara fue exterminada a finales del siglo XIX, cuando sus territorios tradicionales fueron conquistados por los pastunes sunitas.

Hombres, mujeres y niños de etnia Hazara.
Hombres, mujeres y niños de etnia Hazara.

Desde hace 20 años, esta comunidad podía llevar a sus hijos a la escuela -también si son niñas- y participar a la vida política y económica del país. A pesar de ello, siguió siendo víctimas de atentados suicidas, a veces reivindicados por el Estado Islámico, dirigidos contra sus mezquitas, hospitales y escuelas

Con la intervención de Estados Unidos en el país para derrocar el anterior régimen talibán a finales de 2001, la comunidad hazara se vio muy beneficiada.

Desde hace 20 años, esta comunidad podía llevar a sus hijos a la escuela -también si son niñas- y participar a la vida política y económica del país. A pesar de ello, siguió siendo víctimas de atentados suicidas, a veces reivindicados por el Estado Islámico, dirigidos contra sus mezquitas, hospitales y escuelas.

Soldados del Ejército de los Estados Unidos ven cómo arde la basura en un pozo de quemados en la Base de Operaciones Avanzada Azzizulah en Afganistán en febrero de 2013.

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