La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dividido las once variantes de Covid-19 que existen en estos momentos en el planeta en dos tipologías, "de preocupación" y "de interés". De esta forma, considera “de preocupación” aquellas a las que se les asocia uno o más de los siguientes cambios en tanto que afecten de forma significativa a la salud pública a nivel global: hay un aumento de la transmisibilidad, hay un aumento de la virulencia -la capacidad del virus de causar daño a su hospedador- o hay un cambio en la presentación clínica de la enfermedad. A esto también se añade que exista una disminución de la efectividad de las medidas sociales y de salud pública o de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles.
Según esta división se encuentran en esta categoría las variantes del SARS-CoV-2 identificadas por primera vez en Reino Unido (Alpha), India (Delta), Brasil (Gamma) y Sudáfrica (Beta).
En España, por ejemplo, la variante Alfa, con origen en Reino Unido, supone el 80 % de los casos en diez comunidades autónomas y en Melilla, según el último informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).
En nuestro país, también se han confirmado los primeros casos de las variantes de Kappa (otro sublinaje de la antes conocida como variante india), Iota (EEUU), Zeta (Río de Janeiro), Eta (Nigeria) y Épsilon (EEUU), entre otros

Por otro lado, una variante es considerada "de interés" (VOI, por sus siglas en inglés) cuando su genoma presenta mutaciones en comparación al virus de referencia y cuando ha sido identificada como causa de transmisión comunitaria o ha sido detectada en varios países.
Asimismo, hay que señalar que cuanto más se propaga el virus más posibilidad existe de que mute. Hasta el momento, se han visto miles de pequeñas mutaciones, la mayoría de ellas con mínimas consecuencias. En ocasiones, el virus muta de tal manera que le permite sobrevivir y reproducirse. Estas variantes pueden convertirse en el tipo dominante.
Aunque los signos de adaptación del virus no sorprenden a los científicos, cómo evolucionará y si surgirán nuevas variantes aún está por ver.
"Estamos en una fase realmente interesante, intermedia y algo impredecible, es difícil predecir cómo se desarrollará dentro de un año", dice Wendy Barclay, viróloga del Imperial College de Londres.
Mutaciones y variaciones

Por otro lado, es importante recordar que. desde principios de junio, el organismo usa las letras del alfabeto griego para referirse a las distintas variantes. Una medida, que, según señala la OMS, sirve para simplificar la discusión y ayudar a eliminar el estigma que puede generar que una variante vaya asociada al nombre de un país.
"Ningún país debe ser estigmatizado por detectar y reportar variantes", tuiteó a finales de mayo Maria Van Kerkhove, líder técnica de Covid-19 de la OMS.