Sin lugar a dudas, uno de los productos de la minería que más tiempo lleva usando el ser humano es el carbón, que a su vez es el combustible fósil que más contribuye al cambio climático. Al mismo tiempo, las centrales térmicas de este mineral son la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono (CO2) producida por el hombre.
Según la ONG Greenpeace, la contaminación atmosférica procedente de la combustión del carbón está destruyendo los medios de vida y matando gente. Solo en España mueren prematuramente cada año 30.000 personas por respirar aire contaminado.
Es un recurso natural no renovable cuya extracción y combustión constituye una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero
Pero ¿Qué es el carbón? El carbón es un fósil compuesto por hidrógeno, azufre, oxígeno y carbono, que puede clasificarse en lignito, subbituminoso, bituminoso o antracita, dependiendo del contenido de carbono.

Este mineral tiene su origen en los restos orgánicos procedentes de plantas y animales de anteriores épocas geológicas recubiertos con capas de sedimento que, posteriormente, experimentaron cambios de presión y temperatura, llegando a transformarse en una roca sedimentaria de elevado contenido energético.
Al igual que otros combustibles fósiles, como el petróleo o el gas natural, es un recurso natural no renovable cuya extracción y combustión constituye, como hemos apuntado anteriormente, una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero.
Tipos de extracción del carbón
La extracción de carbón se lleva a cabo en dos tipos de minas: subterráneas y a cielo abierto. Hasta el siglo XIX, la minería del carbón era extremadamente difícil. La mayor parte de las minas, por aquella época, eran subterráneas. Se excavaban largos túneles por los que los mineros extraían las rocas, que se traían a la superficie mediante cintas transportadoras o carritos. Según los mineros iban picando la roca y retirándola con palas, se drenaba el agua de los túneles mediante caballos, cadenas y cubos. Después, se limpiaba con agua mezclada con partículas de magnetita. La mezcla provocaba que los elementos se separasen de forma natural.
La fuga de gas fue una de las principales causas de muerte en la minería

La minería de carbón subterránea era extremadamente peligrosa para los mineros de la época. Inundaciones, accidentes, derrumbes de túneles y explosiones de bolsas de metano causaron numerosas muertes año tras año. De hecho, la fuga de gas fue una de las principales causas de muerte en la minería. Los mineros solían llevar canarios para detectarlas y evitarlas. Cuando el pájaro dejaba de trinar y moverse, era indicación de una fuga, algo que conllevaba un alto riesgo de explosión.
Las minas a cielo abierto resultaron ser más seguras y económicas, sin embargo, son altamente contaminantes
Las minas a cielo abierto resultaron ser más seguras y económicas, sin embargo, son altamente contaminantes. También llamadas minas a tajo, son aquellas explotaciones que tienen lugar en la superficie. Esto es posible cuando el yacimiento a muy pequeña profundidad. Empezó a realizarse a mediados del siglo XVI y se utiliza en todo el mundo.

Para que una mina a cielo abierto pueda ser llevada a cabo, es precisa la excavación (mediante maquinaria o explosivos) de los terrenos que rodean al yacimiento. Aquel material que no sea aprovechable en la explotación es denominado estéril y se deposita en escombreras situadas fuera del recinto de la mina, que se utilizará en el futuro para restaurarla una vez se agote.
Se utiliza cianuro, mercurio y ácido sulfúrico para eliminar el estéril, se contaminan aguas subterráneas y el aire aparece en forma de polvo tóxico, que es absorbido por animales y plantas
En este tipo de minería, el impacto producido por la explotación en el medio natural es enorme, ya que la extracción del mineral requiere la modificación del paisaje. Asimismo, se utiliza cianuro, mercurio y ácido sulfúrico para eliminar el estéril, se contaminan aguas subterráneas y el aire aparece en forma de polvo tóxico, que es absorbido por animales y plantas.
La excavación en sí genera un impacto sonoro que ahuyenta a los animales de la zona, lo que provoca un cambio en el hábitat de muchas especies.
Situación en España
En España, el sector de la minería del carbón ha experimentado un importante descenso en términos de producción, como consecuencia del cierre progresivo de las centrales térmicas. En 2016, el carbón fue el responsable de más del 65% de las emisiones de CO2 producidas en la generación eléctrica, pero daba sólo el 14% de la demanda de electricidad peninsular.

Según afirma Statista, el año 2018, con el fin de cumplir los compromisos fruto del Acuerdo de París, el Gobierno anunció que debían clausurarse todas las centrales termoeléctricas que no invirtieran en reducir el volumen de emisiones de CO2 a la atmósfera. Los sucesivos recortes en las ayudas y la reducción del número de trabajadores de las empresas mineras también han afectado notablemente al sector desde el punto de vista económico y social, provocando incluso movilizaciones por parte de los colectivos afectados.