El calzado romano, un zapato para cada ocasión

El Museo de Londres posee una de las colecciones de calzado romano más importantes del Imperio, un gran recurso para analizar los cambios tecnológicos y sociales de la época.

Rocío Snyder

El calzado romano de Londres está muy bien conservado. Foto: Museo de Londres.
El calzado romano de Londres está muy bien conservado. Foto: Museo de Londres.

Recientemente, el Museo de Londres emprendió un proyecto para catalogar y reinterpretar alrededor de 750 objetos de su colección de material del Museo de Londres, excavados desde el siglo XIX hasta la década de 1970. El 89% de este material es calzado.

Este tipo de descubrimiento es muy habitual en los yacimientos romanos, donde el cuero de los zapatos curtido vegetalmente se conserva mejor que el que se usaba en muebles, tiendas de campaña o ropa, mucho más frágil.

Como forma desechable de moda, éste pronto se convirtió en una parte significativa del creciente materialismo de la época romana

Asimismo, la introducción de este material y la expansión del trabajo del hierro fueron algunas de las principales innovaciones tecnológicas del período romano, que permitió la producción en masa de zapatos resistentes con clavos, según cuenta Owen Humphreys, especialista del Museo de Londres.

Plantilla de zapato con tachuelas de aleación de cobre. (2)
Plantilla de zapato con tachuelas de aleación de cobre. Foto: Museo de Londres.

Como forma desechable de moda, éste pronto se convirtió en una parte significativa del creciente materialismo de la época romana. El cuero romano de Londres es, por tanto, un recurso vital para estudiar los cambios tecnológicos y sociales del momento.

Las icónicas sandalias

Se tiende a pensar que los romanos solo llevaban sus icónicas sandalias caliga, el robusto zapato de marcha con clavos de los militares romanos. Sin embargo, estos no estuvieron de moda mucho tiempo en Gran Bretaña y fueron sustituidos por una amplia gama de calzado.

Las piezas más simples fueron las carbatinae, una especie de sandalia tipo mocasín hecha de una sola pieza de piel de ganado con una costura en la espalda, cortada en bucles y atada sobre el pie.

Para los amantes de la moda, las sandalias eran lo más preciado

A pesar de su simplicidad, las carbatinae a menudo se decoraban con tacones calados y elaborados arreglos de bucles.

Las carbatinae fueron las piezas más simples.
Las carbatinae fueron las piezas más simples. Foto: Museo de Londres.

Como parece que se desgastaban rápidamente, las carbatinae pueden haberse utilizado como calzado de interior y se encuentran principalmente en tallas de mujeres y niños.

Owen Humphreys destaca que una de las cosas extrañas del calzado romano es cómo se usaban los mismos estilos en todo el Imperio, incluso cuando podrían no parecer adecuados para los climas del norte.

Para los amantes de la moda, las sandalias eran lo más preciado. Tenían la forma de los pies y los dedos y se aseguraban con una correa entre éstos de manera muy similar a como se hace hoy. Las plantillas, a menudo, estaban decoradas con estampados, incluidos símbolos astrológicos.

Sandalias romanas con puntera de Londres. Siglos I III d.C.
Sandalias romanas con puntera de Londres. Siglos I III d.C. Foto: Museo de Londres.

Los estilos cambiaban rápidamente. Esto indica la propagación de las tendencias de moda en todo el Imperio, desde el norte de Gran Bretaña hasta Egipto. Aunque inicialmente solo las usaban las mujeres, fueron adoptadas por los hombres en siglos posteriores. Éstas llevaron la moda al extremo, con punteras tan anchas que llegaron a transformar la forma de caminar.

El calzado romano cerrado

Por otro lado, el calzado romano cerrado hacía pocas concesiones al frío. Las botas de este tipo se usaban en Alemania y en el Muro de Adriano en el extremo norte y estaban decoradas con elaborados diseños perforados. Sin duda, perfectas para lucir calcetines coloridos, pero poco prácticas para protegerse del frío.

Por otro lado, una de las mejores cosas del calzado romano es la información tan importante que proporciona sobre esta época de la Historia.

El hecho de que las mujeres y los niños pudieran usar zapatos puede ser una indicación de su estatus social comparativamente alto

Así y como consecuencia de lo cerca que se ajustaban los zapatos al pie, brindan una fuente de datos biométricos que solo rivaliza con los restos óseos. Aunque no siempre se puede afirmar con certeza si un calzado individual fue usado por un hombre, una mujer o un niño, sí se puede suponer con seguridad que los utilizados por los hombres eran de media más grandes que los de las mujeres y los niños. De tal manera, que estas proporciones ofrecen información sobre la demografía del lugar.

Un calzado romano cerrado con diseños perforados.
Un calzado romano cerrado con diseños perforados. Foto: Museo de Londres.

En este sentido, el estudio de este calzado romano ha revelado algo sorprendente: las tallas de mujer y de niños superan en número a las de hombre, de tal forma que representan solo el 22% de los propietarios de los zapatos supervivientes. Otros sitios romanos (en su mayoría sitios militares) tienen un marcado sesgo hacia los hombres.

Además, el hecho de que las mujeres y los niños pudieran usar zapatos puede ser una indicación de su estatus social comparativamente alto. En los primeros asentamientos medievales, o incluso en la Escocia moderna, las mujeres y los niños rara vez los usaban.

Plantillas de zapatos romanos de diferentes tamaños.
Plantillas de zapatos romanos de diferentes tamaños. Foto: MUseo de Londres.

Una cuestión política y de salud

Los zapatos también se han modificado o fabricado para adaptarse a los problemas de salud que afectan a los pies. En Londres, varios contienen clavos en su interior. Esto puede deberse a que se agregaron, debido a la creencia en las propiedades curativas de los metales en el mundo romano.

Existe en la colección del Museo de Londres euna pieza que tiene un taco de aleación de cobre en el talón con una imagen imperial

Un ejemplo particularmente extraño que existe en la colección del Museo de Londres es una pieza que tiene un taco de aleación de cobre en el talón con una imagen imperial. Además de poder ser potencialmente medicinal, podría también interpretarse como un acto de protesta política privada: pisotear al emperador.