Por Manuel Fernández Fotos: Carlos Quevedo Edición para online: Manuel Fernández
Atrás queda esa simplicidad del Clio II Sport que vio México hace una década, pues este IV se inclina hacia las tendencias modernistas de muchos de sus congéneres europeos cediendo ante las plantas turbocargadas y las cajas de doble embrague. Adiós a la manual y, de paso, adiós a las tres puertas.
Sin disimulo
Sus acabados distan de ser los referentes entre propuestas equivalentes, sacando la cara un plástico de mullido leve y textura interesante sobre el tablero y en la cúpula del instrumental. Lo que resta más puntos son unas puertas toscas en sus materiales, sin tapizar y solo con un apoyo blando en la codera, pues así muestren dos distintas superficies no varían su parca tonalidad y recuerdan a coches urbanos mucho más económicos. Al menos dan una sensación sólida al abrir y cerrar.
Los apliques propios del R.S. salen a relucir con algún detalle pintado en rojo, sean los cinturones o el selector. Las paletas de cambio fijas o los pedales metálicos restan simpleza al conjunto.
Continúa mejorando la impresión inicial la mejor postura al mando de la que tenga memoria este servidor en un Renault, cortesía de unos pedales a la distancia correcta, un grueso y bien puesto volante y unos asientos que en nada se asocian a la marca del rombo por el buen soporte después de varias horas.
Reconciliación
La suspensión es dura y ruidosa, recordando mucho entre sus comparables al Alfa Romeo MiTo o al Cooper S. En más de una ocasión, es el escándalo de todos los componentes lo que asusta, por encima de sacudidas que no siempre son bruscas al transmitir el pavimento mal mantenido.
Por supuesto que a cambio hallamos una dinámica excepcional; a las curvas entra ávido y con una cola alegre que sigue con agilidad todos los cambios de trayectoria, con mínimo balanceo y, pese a la rápida, precisa y bien retroalimentada dirección, gozando de una estabilidad lineal que sorprende.
Y quedando patente que sobra chasis, lo mismo ocurre con cuatro discos aguantadores durante nuestras usuales sesiones de exigencia. El tacto del pedal requiere costumbre al ser un tanto largo al comienzo, haciendo mucho efecto después.
Queda entonces un 1.6 correcto por elasticidad, con el típico despegue de la sobrealimentación a partir de unas 2,500 vueltas y una aceleración saludable hasta un poco después de pasadas las 6,000, con cero fenómeno torque-steer.
Lo polémico es la unidad EDC de doble clutch que no es excepcional por rapidez se vaya en modo normal o Sport (en éste último lo más perceptible es un poco menos de asistencia de la dirección), si bien cumple por suavidad y de vez en cuando se nos concede un petardeo del motor entre cambio y cambio. Es en ciudad cuando se complica el asunto y a ratos el Clio tiende a retener más de la cuenta o se frena más de lo esperado al soltar el acelerador a bajísimos ritmos. Ahí pierde refinamiento, está pensado para una conducción más fluida.
Ganas de más
Sin tener esa pureza y simplicidad del Clio Sport de hace una década, el R.S. 200 EDC juega con validez en la guerra tecnológica de sus contrincantes sin restar méritos en la indispensable diversión.
Al final, nuestra principal queja es una configuración de equipamiento (no solo en México) que le restó importancia a la seguridad al prescindir de las bolsas de aire de cortina, ausencia que no se entiende cuando sí se instalan calefactores en las sillas frontales (¿?). Lo curioso es que esta omisión también ocurre en los SEAT Ibiza Cupra.
Todo queda a un costo de nuestra unidad en la frontera de los 400,000 pesos, complicados de justificar cuando un Fiesta ST tan similar o hasta mejor en ciertas características es casi 100,000 pesos más asequible a la fecha. Se paga exclusividad así haya sacrificios y muchos están dispuestos a ello.
NOS GUSTA
Dirección fiel y rápida
Puesta a punto del bastidor
Afinación del motor
NOS GUSTARÍA
Airbags de cortina
Opción de caja manual
Precio competitivo
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: L4, 1.6 l, turbo
Potencia máxima: 200 hp a 6,000 rpm
Par máximo: 240 Nm a 1,750 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Manual robotizada, seis velocidades
Tracción: Delantera
DIMENSIONES
Largo x ancho x alto: 409 x 173 x 143 cm
Distancia entre ejes: 258 cm
Cajuela: 300 litros
Tanque de combustible: 45 litros
Peso vacío: 1,204 kg
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 15.83 s
Rebase 80 a 120 km/h: 5.38 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 38.9 m