Jaguar D-Type 1956, a subasta

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Por José Virgilio Ordaz.

 

Preguntar por el auto más bello de Jaguar puede ser algo muy complicado, más por la nueva dirección de diseño que la firma ha tomado de la mano de Ian Callum, o cuando vemos un desfile de sus autos clásicos; pero si preguntamos cuál es el Jaguar más bello y con mayor éxito en competencia, la respuesta es unánime; el Jaguar D-Type, ganador de Las 24 Horas de Le Mans en 1955, 1956 y 1957, copando los cuatro primeros puestos ese último año.

 

Este modelo en particular, con número de chasis XKD 604, fue el primero de seis variantes “nariz-larga” desarrollados por la firma en 1956, lo cual agregaba 19 centímetros al largo del frente; de un total de 71 piezas armadas en aquella época, 53 hechos para particulares y 18 para el equipo de competencia de la marca, por lo que la palabra clave aquí es “exclusividad”. El roadster de 800 kilogramos con diseño de inspiración aeronáutica con un monocasco de aluminio, monta una mecánica 3.8 litros de seis cilindros en línea con unos 265 caballos, que le permitían alcanzar los 278 kilómetros por hora en la recta de Mulsanne.

 

A diferencia de ejemplares previos, este auto cuenta con inyección de combustible y una suspensión trasera de eje de Dion, aunque no tiene un palmarés destacado en competencia, pues salido de la fábrica fue adquirido por el equipo escocés Ecurie Ecosse (ganador de Le Mans en 1957) que lo mantuvo guardado por varios años, hasta que el equipo fue cerrado y pasó por un par de propietarios británicos, para luego cruzar el Atlántico y terminar en los Estados Unidos tras una restauración completa.

 

 

Se espera que este ejemplar alcance un techo de 5 millones de dólares (unos 82.4 millones de pesos); un ejemplar parecido, pero con un historial más rico, alcanzó una cifra parecida en París hace dos años.

 

Como en toda buena subasta, el Jaguar no estará solo, pues habrá un Daytona de 1971, un Ferrari Testarossa color plata de 1991 y otro amarillo de 1995, además de un Porsche 911 S Targa de 1969, aunque no se espera que ninguno de ellos rebase el medio millón de dólares.