Y lo hace de la mano del P72, uno de los superautos más bellos del mundo, que utiliza un bastidor Apollo, motor V12 Ferrari, y transmisión manual.
Por Edmundo Cano
No hay mejor manera de celebrar los 60 años de la fundación de De Tomaso que traerla de vuelta a la vida con uno de los coches más hermosos de los últimos 40 años, el P72, que toma su inspiración de los prototipos de competición de los años 60, y en especial del De Tomaso P70, un proyecto que la marca italiana desarrolló en conjunto con Carroll Shelby y su entonces diseñador, Peter Brock, cuyas credenciales incluyen también el Cobra Daytona Coupe. Aunque el P70 de 1964 nunca llegó a concretarse como auto de competencia, el nuevo P72 retoma su diseño y lo trae al siglo XXI.
A diferencia de muchos superdeportivos actuales, la curvilínea carrocería no sufre irrupciones de implementos aerodinámicos que rompan la pureza de sus trazos, ya que el P72 está pensado más como un gran turismo que como un auto de circuito. Su cabina compuesta casi totalmente de vidrio deriva en una tapa del motor también de cristal, que nos deja ver su planta de poder, y culmina en una apertura en la punta de su forma de gota, que es nada menos que la salida de escape. Sublime.
Por increíble que parezca, el interior del P72 es aún más cautivador que su carrocería. La disposición de los asientos, la piel color caramelo en patrón de rombos que cubre cada superficie táctil, la consola central con el varillaje de la transmisión expuesto, y el tablero que parece haber sido confeccionado por un joyero artesano, son el complemento perfecto para su elegancia exterior. Desde el Spyker C8 Preliator, no habíamos visto un habitáculo tan detallado y enfocado a la belleza pura.
A pesar de que las pistas no son su hábitat, su bastidor tiene proveniencia indiscutiblemente deportiva, ya que está montado en un chasis idéntico al usado por el Apollo Intensa Emozione; esto se debe a que la compañía dueña de Apollo Automobili, Ideal Team Ventures, de China, adquirió los derechos de De Tomaso en 2014, y desde entonces han estado trabajando en este proyecto para poder lanzarlo a tiempo para el 60 aniversario de la marca.
Esto quiere decir que bajo la imposiblemente bella carrocería del P72 encontramos un monocasco de carbono con suspensiones inspiradas en la competición, un motor Ferrari V12 de aspiración natural montado en posición central, y una transmisión manual de 6 cambios; si bien todo esto suena maravilloso, creemos que, para respetar la tradición de De Tomaso de utilizar motores V8 de origen Ford, el P72 podría haber empleado, por ejemplo, el V8 de 5.2 litros de cigüeñal plano del Shelby GT350, con cuerpos de aceleración individuales asomándose por su cubierta de cristal.
De hecho, esto podría ser posible, ya que este auto es solamente un prototipo, y De Tomaso no ha definido las especificaciones finales de los 72 ejemplares que producirá; sin embargo, la marca ya ha comenzado a tomar ‘muestras de interés’ por parte de potenciales compradores. ¿El precio de entrada de esta obra de arte rodante? $850 mil dólares, unos 16 y medio millones de pesos.