McLaren Elva M1A y M6A: supercoches tributo al pasado deportivo

McLaren Special Operations (MSO) rinde homenaje al pasado con las ediciones especiales del McLaren Elva, M1A y M6A, inspiradas en antiguos modelos de competición.

McLaren Elva M1A y M6A: supercoches tributo al pasado deportivo
McLaren Elva M1A y M6A: supercoches tributo al pasado deportivo

Por si el McLaren Elva no fuera suficientemente espectacular, la división de operaciones especiales de McLaren MSO (McLaren Special Operations) ha llevado a cabo varias realizaciones inspiradas en antiguos McLaren de competición. Se trata de los McLaren Elva M1A y M6A, bautizados con el mismo nombre que sus ancestros de carreras, idéntico color de carrocería y otros detalles evocadores.

El McLaren Elva tiene una carrocería tipo speedster y es el modelo más ligero de la gama actual de McLaren. Para ello carece de todo elemento superfluo, incluido el techo, las ventanillas y el parabrisas, que se sustituye por un sistema aerodinámico denominado AAMS (McLaren Active Air Management System), el cual crea una ‘pantalla’ de aire delante del habitáculo cuando se circula a alta velocidad, reduciendo así las turbulencias y creando una especie de burbuja protectora, al estilo de los Ferrari Monza SP1 y SP2, o en nuevo Aston Martin V12 Speedster. El chasis y la carrocería son de fibra de carbono, al igual que la estructura de los asientos, mientras que los discos de freno son carbocerámicos. El escape está fabricado en **titanio e Inconel. **

El McLaren Elva monta un motor V8 biturbo de 815 CV, con el que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos, y de 0 a 200 km/h en tan solo 6,7 segundos, es decir, incluso más rápido que el McLaren Senna. Para la suspensión adaptativa se recurre al mismo sistema que en otros McLaren ‘Ultimate Series’, con resortes neumáticos, amortiguadores interconectados por conductos hidráulicos y sin barras estabilizadoras. Otro detalle a tener en cuenta es su dirección, con asistencia electrohidráulica para mantener un tacto de conducción más puro.

McLaren Elva M1A y M6A: supercoches tributo al pasado deportivo

McLaren Elva M1A y M6A: supercoches tributo al pasado deportivo

El precio de partida del McLaren Elva, del que se van a fabricar en total 399 unidades, es de 1.425.000 libras esterlinas (1.613.029 €), pero puede dispararse con las opciones de personalización que ofrece MSO. Basta decir que es posible revestir el vano motor con una fina lámina de oro de 24 quilates, como ocurría en el mítico McLaren F1 para proteger algunos elementos del calor de la mecánica. Como suele ocurrir en este tipo de coches, el límite lo pone el cliente.

El McLaren M1A original, diseñado y desarrollado por Bruce McLaren, pesaba únicamente 551 kg y contaba con un motor V8 Oldsmobile de 4,5 litros y 345 CV, colocado en posición central. La carrocería era de resina moldeada, montada sobre un chasis de tipo tubular, que combinaba tubos de sección cuadrada y redonda, y estaba reforzado con planchas de aleación de magnesio, unidas mediante remaches a las partes de la estructura que mayor rigidez necesitaban. En 1964, el McLaren M1A quedó tercero en el Grand Prix de coches de sport de Canadá, precursor de la Can-Am (Canadian-American Challenge Cup), batiendo hasta 7 veces el record de tiempo por vuelta del circuito y siendo el coche más rápido. El éxito trajo consigo una gran demanda comercial, pero por esa época McLaren contaba con solo 7 empleados, todos ellos centrados en el equipo McLaren de competición, por lo que hubo que externalizar la producción. La empresa Elva Cars, con sede en Susexx, propuso construir réplicas del M1A, que se bautizaron como McLaren-Elva M1A, M1B y M1C en sus diferentes evoluciones, y que competían en manos de pilotos privados. Para cuando se introdujo el McLaren-Elva M1C, en 1967, McLaren ya era un reputado nombre en el mundo de la competición y había dado el salto hacia un coche completamente diferente, el McLaren M6A.

El McLaren M6A fue otro coche de competición icónico, construido para participar en la copa Can-Am de 1966. Estaba impulsado por un motor Chevrolet V8, al que McLaren dotó de un sistema de inyección. A su vez, contaba con el primer chasis monocasco fabricado por McLaren, con una carrocería en forma de cuña para lograr el mayor apoyo aerodinámico posible. Su color naranja pronto se convirtió en sinónimo de Bruce McLaren y su equipo.

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