El pasado mes de junio ya os adelantamos en Autopista que desde Ford habían dado luz verde a la empresa Boreham Motorworks para “resucitar” de alguna manera tanto al RS200 como al Escort RS MK1. Pues ahora ya se ha desvelado por completo el segundo, con un aspecto muy vintage que le queda de maravilla mezclado con algunos elementos modernos y un precio… un poco desorbitado.
Según nos cuentan desde esta empresa británica, para la fabricación de este Escort MK1 tan especial se partirá desde cero, utilizando los planos originales de la época de los 70 que es cuando se comercializó el original. Ahora bien, cuenta con una serie de mejoras tecnológicas y de rendimiento que lo acercan a los tiempos modernos como para replantearte si de verdad se le podría considerar un clásico.
Para empezar, esta edición limitada utiliza una nueva carrocería de acero que es mucho más ligera que la original, añadiendo además una mayor rigidez torsional. E imitando a algunos grandes deportivos de la actualidad, utiliza la fibra de carbono en lugares como el capó, la tapa del maletero o algunas piezas del interior. Estos dos hechos han provocado que la balanza marque tan solo 800 kg, una cifra ahora mismo impensable para cualquier coche nuevo.
Hablando de los pesos, desde Boreham Motorworks aseguran que la distribución de masas se ha quedado en 55:45. A esto unimos una suspensión delantera de tipo MacPherson, un eje flotante de aluminio y de titanio para el eje trasero. También se ha incluido un diferencial trasero de deslizamiento limitado, amortiguadores avanzados y unos frenos con discos de 260 mm delante y 264 mm detrás.
A partir de aquí, el selecto grupo de clientes de este Escort RS MK1 podrá escoger entre dos motores diferentes. Para los más nostálgicos el ideal sería la versión mejorada del original de cuatro cilindros Twin-Cam. Como datos que podremos extraer, la cilindrada se ha aumentado desde los 1.558 cc originales hasta los 1.845 cc, estrenando también un nuevo sistema de inyección de combustible. También ha crecido su potencia que pasa de 106 CV a 182 CV, gobernados por una caja de cambios manual de cuatro velocidades que manda la fuerza a las ruedas posteriores.
Si en realidad lo que se prefiere son unas mayores prestaciones más que ajustarse al pasado, la otra posibilidad es un motor de cuatro cilindros atmosférico de 2.1 litros. En este bloque encontraremos un cigüeñal de palanquilla, bielas de acero, control electrónico para la aceleración y un escape de titanio personalizado. En este caso la potencia asciende hasta los 296 CV, pudiéndose estirar hasta las 10.000 rpm. Y sin olvidarnos que tiene una caja de cambios manual de cinco velocidades.
El toque moderno
Repasando sus fotografías exteriores no podemos decir que hayan estropeado al modelo original. Partiendo de unas formas de la carrocería prácticamente idénticas, se ha incorporado un sistema de iluminación con tecnología LED, unos pasos de rueda un poco más anchos, así como llantas personalizadas con un tamaño de 15 pulgadas y un diseño clásico de cuatro radios. Por no hablar de esa pintura blanca junto a las características líneas azules de la marca americana.
De cara al interior tampoco se ha querido recargar un puesto de mando que ya era básico de origen. Está claro que su salpicadero es mucho más sofisticado pues se usa la fibra de carbono y se lo ha revistado de Alcantara, mismo material utilizado para un volante que conserva sus tres radios. Los mandos de la consola central son nuevos, pero con estética clásica e incluso han metido una pequeña pantalla con algunas aplicaciones, mientras que se han conservado el mismo número de relojes para la instrumentación. También nos cuentan que contará con aire acondicionado, jaula antivuelco o un área destinada para guardar unos cascos.
Limitado y caro
Este juguete, como sucederá seguramente con el RS200 que se desvelará más adelante, será limitado y caro. El plan que tienen desde Boreham Motorworks es fabricar solo 150 ejemplares con un precio de partida de 355.494 euros. Lo bueno es que por ese precio te darán una garantía de 2 años o 20.000 millas (son 32.186 km).
