Imagina en una barra de bar a Henrik Fisker, uno de los fundadores del Fisker, fabricante del superdeportivo eléctrico Fisker Karma —la empresa vendió sus activos a Wanxiang America en 2014— y exdiseñador de Aston Martin; a Bob Lutz, ex alto cargo de General Motors, apasionado del automóvil y, entre otros retos cumplidos, padre del Chevrolet Volt, y Bean Keating, propietario del equipo de carreras Viper Exchange Racing; Y ahora, imagínalos diseñando su deportivo ideal sobre una grasienta servilleta. El resultado, el coche que ves en la fotos, una marca nueva, VL, un superdeportivo nuevo, el Force 1 V10 y toda una delicatessen para el aficionado americano a los coches súper deportivos.
Cómo no podría ser de otra manera, el punto de partida es un Dodge Viper, su estructura, su motor... Pero con muchos cambios, tantos como que su denominación parece por sí sola una declaración de intenciones, porque Force 1 es, también, el apellido del avión del presidente Norteamericano. No correrá tanto como él, volar, volará bajo porque las proporciones de sendos motores deben ser bastante parecidas.
Y es que, mecánicamente, el VL Force 1 V10 emplea un motor derivado del Dodge Viper, por cierto, también uno de los motores atmosféricos más grandes del mundo que emplea un automóvil. Efectivamente, se trata del 8,4 litros de 10 cilindros en V que VL ha tenido a bien potenciar aún más. No conformándose con los 645 CV del Dodge Viper, VL ha llegado hasta los 745 CV que, por cierto, llegan al suelo como en el Viper, sólo a través de las ruedas posteriores. Te aseguro que no debe ser fácil, aún cuando su equipo de ruedas sea de 21 pulgadas. Emplea una caja de cambios manual de 6 velocidades, acelera de 0 a 100 km/h en 3 segundos justos y alcanza 350 km/h, prestaciones, por tanto mejores que el Viper "original", con el que, como ves, guarda parecidos estáticos.
Esa mejora en prestaciones no sólo se deber al aumento de potencia, sino también a la mayor ligereza del VL Force 1 V10 respecto al Viper. Y es que, tanto la piel como muchos otros elementos están hecho en fibra de carbono, logrando un peso final de 1.538 kilos. Diez meses es el tiempo que la marca, instalada en Auburns Hills, Michigan, en antiguas instalaciones de Fisker, tardará en fabricará cada una de las 50 unidades que tiene pensado construir y que vendrá a un precio de 268.500 dólares americanos... más o menos, el doble que el más costoso de los Dogde Viper.