No es ciencia ficción, es pura realidad. El primer coche volador de la historia, que lleva el nombre de PAL-V Liberty, surcará en breve las carreteras y los cielos de diversos lugares del mundo.
El estreno oficial del PAL-V Liberty tuvo lugar en Salón de Ginebra 2018. Hoy, ya puedes comprarlo en España, concretamente en el concesionario de vehículos deportivos y de lujo de alta gama Supergarage de Marbella (Málaga). Para poder disfrutar de esta obra de arte de la ingeniería, además de tener el carné de conducir, también has de tener en posesión la licencia de piloto de helicóptero, puesto que el PAL-V Liberty es precisamente eso: mitad turismo, mitad helicóptero.
Las primeras unidades se entregarán a los afortunados propietarios a lo largo de 2019, pero tanto este concesionario de Málaga como otros de otros lugares del mundo ya admite pedidos. Inicialmente, su producción está limitada a 90 unidades a razón de 500.000 euros cada una de ellas.
PAL-V Liberty: así es el primer coche volador
En el PAL-V Liberty pueden viajar hasta dos personas. Su peso total es de apenas 664 kg y puede llevar en torno 20 kilogramos de equipaje. Como combustible, puede usar gasolina sin plomo 95, sin plomo 98 y E10 (mezcla de gasolina y etanol-alcohol de un 10 por ciento). La capacidad del depósito de combustible es de 100 litros.
Cuando circula por tierra firme o asfalto, se impulsa con un motor de 100 CV. En este caso, se anuncia una velocidad máxima de 160 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en unos 9 segundos. El consumo de combustible declarado en este tipo de uso es de unos 7,6 l/100 km, mientras que la autonomía total cuando sólo se circula por tierra supera los 1.300 kilómetros.
En el modo aire o modo vuelo, el PAL-V Liberty vuela gracias a un motor de 200 CV. La velocidad óptima de crucero es de 140 km/h, aunque en ciertos momentos puede alcanzar los 180 km/h. La autonomía estimada cuando circula por el aire puede variar entre los 400 y los 500 km y puede sobrevolar a una altura máxima de 3.500 metros. Para poder despegar, necesita al menos una recta de 330 metros de longitud, mientras que en apenas 30 metros sobre el suelo es capaz de aterrizar y detenerse.