La Fórmula 3000 entra en la recta final del campeonato 2001 con el título prácticamente decidido. Al británico Justin Wilson, tras el golpe de mano de Hungaroring, sólo le falta un punto para convertirse matemáticamente en ganador del Mundial. Pero el piloto del conjunto Nordic Team podría ni siquiera necesitar ese sexto puesto. Si su inmediato seguidor, Mark Webber, no logra la victoria, el título iría igualmente a parar a sus manos. Sus veinte puntos de diferencia, le permiten tomarse con tranquilidad esta penúltima prueba de la competición, en el circuito belga de Spa Francorchamps.
Quien retorna a este trazado con ánimos renovados es el español Antonio García, de la escudería Durango. El albaceteño cuajó una sensacional actuación en su vuelta a la Fórmula 3000, en Hungría, con una remontada de 14 puestos, y finalizó décimo. Ello, unido a su victoria, el pasado 5 de agosto, en las 24 horas de Spa, a bordo de un Porsche RWS, le hace concebir ciertas esperanzas, si no de triunfo, al menos de lograr algún punto y de comenzar a asegurarse un asiento para la próxima temporada.
Aunque sabe que será difícil, el joven piloto tratará de emular a otro joven que ahora se bate el cobre en la Fórmula 1: Fernando Alonso. El asturiano concluyó aquí el basado año en una magnífica primera plaza, después de haber conseguido la "pole" en los entrenamientos. Con aquel triunfo en Bélgica, en la que era la última prueba de la pasada temporada, Alonso comenzaba a clarificar su futuro en el mundo del volante.
Junto a los dos primeros de la clasificación y al compañero de Wilson, Tomas Enge, tercero en la general, cuentan con opciones de victoria los dos integrantes del conjunto Red Bull Junior, del que García fue despedido mediada la temporada. Su sustituto, el brasileño Ricardo Mauricio, y el austriaco Patrick Friesacher parten con grandes posibilidades de ver en primera posición la bandera a cuadros, tras finalizar segundo y cuarto, respectivamente, en Hungría. Del resto de pilotos con opciones, los de siempre: Bourdais, Sperafico, Pizzonia o Leinders.
La prueba servirá para desvelar el futuro de muchos pilotos que aún no han firmado contrato alguno para 2002. Entre ellos, curiosamente, el probable campeón mundial, que continúa sin equipo para la próxima campaña. Sus representantes tratan de buscarle una escudería en la Fórmula 1, pero sus casi 190 centímetros de estatura dificultan esta labor.