La compañía ha preparado este análisis para complementar la investigación de 174 muertes relacionadas con la separación insertada en la banda de rodadura de los neumáticos. En el informe se especifica que el diseño del Explorer no lo hace más propenso a los vuelcos o a los fallos en las ruedas que otros todo terreno de tamaño medio.
Bridgestone/Firestone Inc., la división estadounidense del fabricante de cubiertas, ha expresado su desacuerdo con estas afirmaciones, ya que en un estudio que la compañía presentó el año pasado se incluía el diseño del vehículo como una de las causas de los siniestros.
Tanto Ford como Firestone se han visto implicados en varios pleitos desde el pasado 9 de agosto, cuando se llamaron a revisión 6,5 millones de neumáticos de la marca japonesa. Los daños producidos por los casos de accidentes en los que el Explorer volcó han sido valorados en más de 109.000 millones de pesetas (590 millones de dólares).
Jill Bratina, portavoz de Firestone, ha afirmado que "el Explorer debería ser tenido en cuenta, ya que un neumático y un vehículo forman parte del mismo sistema". La investigación de la compañía nipona determina que el margen de seguridad era inferior con las presiones de inflado que recomendaba Ford, sobre todo considerando el incremento de peso que el Explorer ha sufrido a lo largo de los años.
El volumen de negocio de Firestone ha caído un 40 por ciento desde la llamada a revisión, mientras que las ventas del todo terreno del fabricante americano se redujeron en un 22 por ciento.
Récord de pérdidas para la marca estadounidense en Reino Unido
Estos no son los únicos resultados negativos de Ford, ya que su división británica se enfrenta a pérdidas de casi 107.000 millones de pesetas, debido a una fuerte reestructuración y a la presión continuada sobre los precios de los vehículos nuevos.
La mayoría de los costes de reestructuración están relacionados con la "separación de empleados" en la planta de Dagenham, donde la marca anunció el año pasado planes para finalizar con el ensamblaje de vehículos después de más de 70 años. La factoría debía eliminar 2.800 puestos de trabajo, y esperaba poder hacerlo mediante bajas voluntarias o prejubilaciones, pero más de 2.000 han sido despidos forzosos.
El montaje de vehículos terminará en Dagenham el primer trimestre de 2002, momento en que la fábrica se convertirá en el centro europeo de Ford para la producción de motores Diesel.