Durante estos últimos días estamos sufriendo las altas temperaturas habituales del verano en todo el país. Estas afectan considerablemente a nuestros coches aparcados en las calles, pues como indican desde la Dirección General de Tráfico (DGT), la temperatura ambiental se puede doblegar en el habitáculo pudiendo alcanzar cifras superiores a los 70 grados.
En estas circunstancias el riesgo de que se produzca un incendio en el interior del vehículo se multiplican, como ha confirmado Xavier Giménez, profesor de Química ambiental de la Universitat de Barcelona (UB), en una entrevista para La Vanguardia. ¿Te suena el efecto lupa? Pues por ahí empezamos.

Objetos peligrosos dentro de los coches
Como comenta el profesor muchos de pequeños hemos utilizado una lupa para dirigir los rayos del sol a un punto concreto de un folio de papel para provocar en él un pequeño incendio. Ese mismo efecto se puede producir de una forma involuntaria dentro de nuestro coche con tan solo dejar botellas de plástico o de vidrio en un lugar en donde el astro los enfoque directamente. Apuntando también a las gafas, que dirijan la luz a un punto concreto en donde haya papel y ya tendremos todo listo para un grave siniestro.
Otro motivo que expone el docente de la Universitat de Barcelona para no dejar objetos “tirados” por todo el habitáculo es que pueden actuar como aceleradores en caso de que se produzca un incendio. Elementos como los papeles, los fabricados con textil o los restos alimentarios son algunos ejemplos de ellos.

Con el fin de evitar estos percances, Giménez lo que recomienda antes de abandonar el coche es intentar dejar objetos de esta naturaleza lejos del alcance de la luz solar. En este caso sería muy útil utilizar cualquiera de las guanteras con las que disponen los coches (puertas, entre los asientos delanteros o la tradicional del salpicadero), pero tampoco estaría de más colocar un parasol, método que está comprobado que disminuye la temperatura interior.
Otro aspecto en el que incide el profesor de universidad es la importancia de que el coche esté siempre en perfecto estado de revisión. En caso contrario, expone una situación en la que hay una pérdida de combustible o de aceite unido a algún tipo de cableado eléctrico defectuoso puede provocar un gran incendio por culpa de una chispa.
De la misma manera, Giménez también comentó en la entrevista al diario que hay otros objetos que realizan el efecto contrario, ya que disminuyen la posibilidad de sufrir un incendio. Como ejemplo pone las tapicerías de los asientos ya que incorporan compuestos retardantes de llama para evitar que entren en combustión con facilidad.